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¿Viajes o Experiencias?

En dónde han quedado aquellos viajes que solíamos llamar experiencias?.

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Mauricio de la Garza

Instagram: maldemar

¿En dónde han quedado aquellos viajes que solíamos llamar experiencias?

Aquellas experiencias duraderas y profundas cuando cruzábamos el atlántico en barco con todas nuestras pertenencias dentro de baúles y mirábamos hacia arriba; al cielo, la noche y sus estrellas,

Aquellos largos recorridos en tren cuando nos perdíamos entre junglas abundantes de tigres y elefantes durante noches y noches para encontrarnos con nosotros mismos,

Aquellos momentos en la banca del parque, cuando sentíamos el viento de la tarde directamente en nuestros rostros mientras redactábamos alguna postal para aquel ser quien no pudo acompañarnos, o anotando algún pensamiento en nuestros cuadernos,

Aquellas noches interminables a los pies de alguna catedral, sentados en la plaza de algún pueblo perdido, compartiendo anécdotas, verdades y vino.

Aquellos atardeceres inesperados bajo los brazos de los álamos a la orilla de algún río de alguna ciudad barroca,

Aquellas ruinas secretas acobijadas por la gran selva y sus majestuosas bestias,

Aquellos paseos de aventura entre los callejones olvidados del barrio viejo, sin mapa, sin rumbo, sin prisa, pero llenos de ilusión y sorpresas.

-foto 2- Steam Train de Steve McCurry. Agra, India.

Steam Train de Steve McCurry. Agra, India.

-foto 3- Apuntes de Angkor Wat por Henri Mouhot, 1855

Apuntes de Angkor Wat por Henri Mouhot, 1855.

Ahora sólo encuentro viajes express, palomeando destinos y atracciones, olvidándonos del cielo y sus estrellas y mirando sólo hacia abajo a nuestras pantallas estupefacientes.

Hemos acabado con las junglas, capturado a los elefantes y puesto en peligro de extinción a los tigres.

Hemos limpiado todo rastro de selva y reconstruido sus ruinas, remplazando su esencia y su identidad con pretenciosa infraestructura y estrictos horarios de visita.

Ya no tenemos tiempo de sentarnos en las bancas de los parques ni de escribir postales, ni de perdernos entre callejones pues estamos esclavizados por el tiempo y nuestro bagaje y hemos cambiado la pluma y el cuaderno por cámaras digitales completamente automatizadas.

¿Será que hemos cambiado los viajes de experiencias por los viajes de eficiencia, donde la velocidad y rapidez para llegar a un destino se han convertido en una ventaja (o peor aún, en un lujo), cuando en realidad arrasan con toda la magia del trayecto y sus sorpresas ?

¿O será que hemos perdido por completo nuestra capacidad de asombro ?

Creemos haber descubierto el mundo entero cuando ni siquiera nos hemos descubierto a nosotros mismos.

Todavía es tiempo.

Viajeros, ¡ A viajar !.