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Siguiente destino: Chicago, la Ciudad de los Vientos

Este verano estuvo lleno de experiencias increíbles, crecimiento personal y la oportunidad de conocer el estilo de vida de un lugar tan diferente al mío, Chicago.

Por: Claudia Maldonado Acosta

Este verano estuvo lleno de experiencias increíbles, crecimiento personal y la oportunidad de conocer el estilo de vida de un lugar tan diferente al mío, Chicago. Conocí su historia, gastronomía, arquitectura y además, el porqué la llaman la Ciudad de los Vientos, lo cual no tiene nada que ver con el clima, sino con la política. Es una de las ciudades más importantes de los Estados Unidos.

Chicago es un ave fénix, renació del Gran Incendio de 1871 para convertirse en lo que es ahora, una ciudad con grandes rascacielos a la orilla del imponente lago Míchigan. Este incendio, que se dice fue originado por una vaca al patear una lámpara en un establo, devastó gran parte de la ciudad, que en su mayoría estaba construida en madera. Ahí empezó una nueva era en la arquitectura de Chicago, surgieron altos edificios con estructura de acero. Empezaba la era de los rascacielos.

Mi aventura para ir a Chicago comenzó en la estación de tren de Belmont. Por primera vez viajaba en tren, porque casi no hay servicio de este medio de transporte para pasajeros en México. Esta fue una nueva experiencia, iba apreciando el paisaje, el estilo arquitectónico de cada estación, sin embargo, me percaté que era la única que observaba el panorama, los demás pasajeros dirigían la vista a sus celulares, puesto que están acostumbrados a ver ese paisaje diariamente. Estos pasajeros o commuters, viven en los suburbios y viajan todos los días para trabajar en la ciudad.

Explorar las calles de Chicago es interesante y multicultural. Los walking tours son una buena opción para conocer la historia, cultura y arquitectura de Chicago. Free Tours by Foot ofrece paseos muy ilustrativos y entretenidos, uno paga lo que considera que vale el tour, que dura aproximadamente 2 horas. Los guías dan información muy útil de arquitectura y sitios de interés. Aprendí sobre la historia de los rascacielos, su estilo arquitectónico, además de conocerlos por dentro y por fuera caminando por las calles o a la orilla del río.

Pasear por el muy innovador Millennium Park es increíble, hay eventos gratuitos, obras artísticas y los rascacielos se pueden apreciar desde ahí. Disfruté el reflejo del cielo soleado y los rascacielos en Cloud Gate, mejor conocida como The Bean, una escultura de acero muy popular entre los turistas para tomarse fotos. También el observar a niños jugando en la interactiva Fuente Crown, una video escultura que muestra caras de personas. Cada vez que las personas del video abren la boca, el agua brota a borbotones de la fuente, como si fueran gárgolas modernas. Por último, pude escuchar a una orquesta sinfónica ensayando en el Pabellón Jay Pritzker para el festival de música clásica.

Un gran consejo es comprar el CityPass, un cuadernillo con entradas a las atracciones más populares e importantes de Chicago. Tiene muchas ventajas: el ahorro del 52% del precio normal de los boletos, acceso preferente, exhibiciones especiales, entre otros. Se adquiere en internet o en las atracciones, cuesta 96 dólares para adultos y 79 dólares para niños.

El Museo Field de Historia Natural es uno de los museos de historia natural más grandes del mundo. En el vestíbulo principal del museo sobresale Sue, el fósil más completo y mejor preservado de un Tiranosaurio Rex. Fue descubierto por la paleontóloga Sue Hendrickson en 1990, por ello tiene un nombre femenino, aunque se desconoce cuál es su sexo. Gracias al CityPass, entré a varias exhibiciones especiales, así como ver una película en 3D sobre Egipto.

Uno de mis lugares favoritos es el Instituto de Arte de Chicago, reconocido por ser el museo # 1 del mundo por TripAdvisor en 2014 y tener una de las mejores colecciones de arte Impresionista. Hubo un momento sorprendente en la galería Impresionista, mientras admiraba las pinturas de Renoir, Seurat y Monet, escuchaba a turistas hablando en francés en una sala de arte francés, sentía que estaba en Francia.

El acuario Shedd es un must-see, en especial para los niños. En el CityPass está incluida la entrada a las exhibiciones permanentes, una película en 4D, el show acuático por 2 dólares más, tocar a las mantarrayas y descuentos en otros tours. Es impresionante ver la agilidad de los pingüinos bajo el agua, la tranquila danza de las belugas, la misteriosa pecera en donde habitan los tiburones y a un buzo dándole de comer a los peces.

El mirador Skydeck de la Torre Willis, también conocida como Torre Sears, es una de las atracciones más populares de Chicago. Lo más novedoso de Skydeck es The Ledge, una plataforma de cristal a 412 metros de altura en el piso 103 de la Torre Sears. Es increíble ver el mundo a tus pies en uno de los edificios más altos del mundo. Se aconseja utilizar el acceso preferente del CityPass porque Skydeck es muy visitado durante el verano.

Muy recomendable ir al Planetario Adler, tiene shows astronómicos muy impresionantes. Es asombroso como desde tu asiento viajas a planetas y galaxias lejanas del sistema solar. También ir al mirador 360 Chicago en el John Hancock Center, en donde hay vistas panorámicas espectaculares de la ciudad. La atracción de este mirador es TILT, una plataforma de cristal que se inclina 30° afuera del edificio. Lamentablemente, TILT estaba en mantenimiento cuando fui.

 

Otra forma de conocer la ciudad es dar un paseo arquitectónico en barco por el río Chicago, ya que ofrece una perspectiva diferente de los rascacielos siendo vistos desde el barco. El guía va diciendo datos curiosos de los edificios y el río, como que este fluye en sentido contrario. Lo anterior se hizo en el siglo XIX para no contaminar el lago Míchigan, que es la fuente de abastecimiento de agua de Chicago. Otra curiosidad es que el río se tiñe de verde para celebrar el día de San Patricio.

Viajar a Chicago fue una de las experiencias más importantes que he vivido. Moverme por mi cuenta en una gran ciudad de Estados Unidos fue un reto. Investigué las rutas del tren o autobús en Google Maps para llegar a donde quería ir. Es muy útil que el sistema de transporte público de Estados Unidos, que es muy eficaz y exacto, esté en esa aplicación.

Me despido con una impresionante vista de Chicago desde el lago Míchigan que tomé en el avión. Como diría Frank Sinatra: My kind of town, Chicago is…

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