Uno de los sitios más importantes para el cristianismo a nivel mundial es la iglesia del Santo Sepulcro en la Ciudad Vieja de Jerusalén. La primera construcción en este lugar fue consagrada en el año 335 en el sitio donde habría sido el entierro de Jesús de Nazaret.
Aunque existen otras posibles localizaciones del sepulcro, esta es la que más adeptos tiene dentro de la religión. De hecho, actualmente se encuentra bajo la custodia de diversas comunidades cristianas, entre ellas la Iglesia católica, la Iglesia apostólica armenia y la Iglesia ortodoxa. La tumba está protegida por un edículo y es el sitio más anhelado y visitado por los peregrinos.
Si están preparando un viaje a la Ciudad Santa, estos son tres sitios que no se pueden perder en el Santo Sepulcro.
Calvario o Gólgota
Una escalera es la que conduce al Calvario o, para muchos conocido como el Gólgota, el sitio donde Jesús fue crucificado después de recorrer las catorce estaciones de la Vía Dolorosa cargando la cruz. El Calvario lo conforman dos capillas, una griega ortodoxa y una católica.
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El altar de la capilla griega ortodoxa se encuentra sobre la estación número 12 del Vía Crucis y los peregrinos tienen la oportunidad de tocar la roca u observar debajo del altar a través de una plataforma de vidrio. Entre estas dos capillas también se encuentra una estatua de María, que marca la estación número 13.
Piedra de la Unción
A la entrada de la iglesia, los peregrinos se encuentran con la Piedra de la Unción que, se cree, es donde se preparó el cuerpo de Jesús para su entierro hace más de dos mil años. Sobre ella cuelgan lámparas con velas e incienso y al frente se observa un mosaico pintado, representando el momento exacto y los personajes que presenciaron la unción.
Edículo
Quizá sea el sitio más importante del Santo Sepulcro, ya que es ahí donde se encuentra la tumba de Jesús. Tiene dos secciones, en la primera se encuentra la Piedra del Ángel que, de acuerdo con los pasajes bíblicos, es un fragmento de la piedra que selló la tumba de Jesús y, por otro lado, se encuentra la tumba, el mismo lugar donde se dejó su cuerpo después de la crucifixión para después resucitar de acuerdo a los Evangelios.
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No solamente los fieles católicos adoran este sitio, también los católicos romanos, los ortodoxos orientales, los apostólicos armenios y otros. Durante la última década, se celebraban misas en su interior, razón por la cual tuvo que someterse a trabajos de restauración para poder brindar nuevamente una experiencia espiritual única.