Colaboraciones

¿Vale la pena viajar con una mascota?

Esta es la pregunta que más me gusta responder porque desde hace 11 años viajo con Paco, mi maravilloso perro y creo tener la respuesta.

Paco llegó a mi vida para abrir todas las puertas, todos los caminos y es precisamente con el que decidí recorrer el mundo, he encontrado la compañía perfecta en un cuerpo muy pequeñito.

Nuestro primer viaje fue a la montaña, el segundo al mar, y después cruzamos un océano entero. 

Hemos hecho de todo, hemos ido a pueblos pequeños, hemos viajado por carretera, tren, avión, barco, y todos los días en bicicleta hacia el supermercado. 

Hemos visto osos, lobos, y aves maravillosas que forman parte de este mundo maravilloso.

Caminamos por Central Park, por senderos al lado del pacifico  el norte de España y por el sur de Francia.

Un día estuvimos en las Islas Cíes y otro día en Sevilla. Un día amanecimos en un país y despertamos en otro, viajando en el tiempo, viajando hacia el sur y hacia el norte.

Hemos hecho todo lo que nunca imaginé que sería posible con un cuerpo de mujer y un cuerpo pequeñito de 4 patas.

Siempre con una mochila gigante sobre nuestras espaldas. Siempre con un sendero por delante.  Y no me podría imaginar un mundo así sin la compañía de Paco.

Ha sido lo más difícil que estoy haciendo en mi vida, ha sido muy complicado lograr hacer todo esto con él, trabajar para conseguir dinero, viajar con la mente por todos lados, deprimida, con ansiedad, con mucho miedo.

Es muy difícil recorrer el mundo y la vida al mismo tiempo, pero he visto incontables atardeceres en muchos rincones del mundo a su lado y ver desde ahí mi vida, ver de esos colores que se pintan en el cielo al lado de Paco, es algo que siempre voy a agradecerle a la vida y algo que siempre voy a querer vivir.

Paco me ha regalado la simpleza, la luz, siempre la luz, los ánimos para levantarme de la cama y tomar café para seguir poniendo mi pies sobre el mundo, Paco me ha regalado un mundo. Un mundo que desde el lugar de siempre no hubiera podido conocer.

No voy a decirte que tu también los hagas, porque eso se tiene que pensar a solas, eso se tiene que pensar con mucho amor y con mucho miedo.

Pero ahora, Paco y yo, estamos acá, el tiene 13 años, y yo casi 30. Vivimos en una isla al lado del mar. 

Ambos éramos jovenes cuando empezó todo esto, el tiempo ha pasado, no sé cuánto tiempo nos queda juntos, pero recordar, volver hacia atrás, es hermoso y me llena de vida saber que compartimos nuestra luz en muchos rincones del mundo.

“Aquí la vida continua igual y monótona en la superficie, y llena de destellos, cumbres y desesperanza en las profundidades. Hemos llegado a un estado de nuestra vida tan rico en aprehensiones nuevas e intransmisibles a otras edades, y nos sentimos llenos de tanta dulzura y tanta desesperación a la vez…el enigma de esta vida crece y crece, nos sumerge y nos aplasta para luego, de golpe y en medio de una luz suprema, tomemos conciencia de lo sagrado.”

May Sarton.

Karla y Paco

Soy Karla, la mamá de Paco (un pequeño chihuahua). Nací y crecí en Aguascalientes, México. Comunicóloga de profesión.

Escribo diarios desde muy pequeña, me gusta ayudar a mi memoria a no olvidar, siempre he pensado que recordar es importante aunque vivir el momento es esencial.

Llevo 8 años viajando con mi perrito Paco.

Estudié en España y México y he trabajado en distintos lugares del mundo.

Me gusta la escritura y todos los días intento practicarla. Amo esa sensación de vivir la vida para contarla y leerla para volver a vivirla.

Ahora escribo mi primer libro de viajes con Paco y uno de mis deseos más grandes en la vida es no perder nunca esa sensación de ir hacia nuevos caminos, directo a lo desconocido, sentirme vulnerable y sentirme viva.