Una Historia

Hola. Esta historia es completamente diferente a las presentadas con anterioridad; además de que esta historia no es ni divertida ni de miedo o algo así, es más, incluso para algunos lectores puede resultar inverosímil, o hasta ridícula, pero eso sí a cada uno que se la he contado se ha quedado pensativo, sobre todo al ver las fotografías.

Tengo 26 años de edad, para cuando iba a cumplir 15 años las posibilidades económicas de mi familia no permitían la clásica fiesta de quinceañeras; mi cumpleaños es en julio y desde ese entonces a mi mamá le gusta ir planeando mi festejo desde el mes de abril. Mi abuelita era oriunda de Mérida Yucatán y como desde más chica me han “atraído” los mayas he tenido muchas ganas de ir allá a conocer las ruinas; el plan era ir ella y yo tres días en el mes de julio. Terminando las vacaciones de semana santa una ex compañera de mi mamá en el trabajo le hizo la invitación de ir a las Bodas de Plata de sus papás en Paredón Chiapas, pero en el mes de diciembre. Casualmente el aniversario de bodas de mis papás es en diciembre y ellos cumplían los 25; así que mamá consultó con todos, pero principalmente conmigo:

 -Tú y yo tres días a Yucatán en julio o los 4, tres semanas a Oaxaca, Chiapas y a ver que más se puede planear, pero hasta diciembre.

Y nos decidimos por la segunda opción; había más tiempo para ahorrar y era mejor viajar nosotros 4; tenemos un remolque, así que ahorraríamos algo de hospedaje. Mi papá organizó un mega tour que incluía hasta Quinta Roo, pero por clima y por consejo de lugareños no llegamos, incluso el plan era ir hasta Bonanpak, pero por otras razones ya no fuimos. Como desde hace años me apasionan tanto los mayas, el plan se hizo para recorrer la mayor parte de sitios de interés maya (sin playas, ni nada así), todo lo más de mayas que se pudiera ya que el viaje era para mí principalmente.

Sin hacer esta historia tan larga, estando en Chiapas y con las modificaciones del tour que nos sugirieron llegamos a CHILCUNTIK, sitio maya apenas explorado, con decirles que ni el boleto de entrada venía rotulado el  nombre del sitio; como me gustan los mayas he leído bastante, tengo una mochila con revistas, recortes de periódico, fotografías y varias cosas más y por consiguiente gracias a ese viaje poseo más artículos; como he leído y me informado, cuando me tocan “guías” pues o entiendo más que el resto de la gente o de plano (aunque grosero, lo admito) me burlo de los cometarios que hacen.

Ese día fue uno de los pocos del viaje que nos tocó sol, prácticamente todo el viaje tuvimos mucha lluvia; como mi mamá se cansa no sube ni va a todas partes (sobre todo con ese clima)  siempre se queda alguien con ella y como era mi viaje trate de no perderme de nada; a una de las construcciones (que es una fortaleza) sólo fui con mi hermano y la clásica camarita 110 de esas baratitas, ya que era la única que teníamos. Subimos hasta la parte más alta (5 pisos de altura aproximadamente) a oír a un “guía” de esos que se aprenden las cosas de “periquito” sin entender bien el tema; en el sitio se encuentra una piedra que alguna vez formó parte de uno de los calendarios mayas, es decir, del calendario agrícola (Tzolkin)  <en las fotografías aparece> con la representación de un jaguar; pero el muchacho sólo dijo que pertenecía al calendario y no especifico nada más y un turista le preguntó al “guía” sí el este calendario estaba basado únicamente en el sol o sí también se veía reflejado el ciclo lunar. El muchacho no supo que responder, así que yo, amablemente le explique de los 3 calendarios, y que esos ciclos sólo se especifican en el calendario astrológico (Haab), y respondí otras interrogantes, lo importante es la piedra del jaguar.

Después de estas explicaciones  había que tomar la clásica fotografía; esta vez mi hermano me las tomó posando recargada a una piedra sacerdotal, como mencioné la cámara era de esas sencillas que con facilidad se mueven y la toma sale movida; hizo algo de aire, no muy fuerte pero sí lo suficiente para que él sintiera que se me movió la cámara, así que ni me había movido gran cosa cuando repitió el toma; el subió un escalón como de 5 centímetros para la otra toma, pero además de eso no se movió más.

Y ya de regreso en casa al llevar a revelar los rollos apareció algo interesante: las 2 tomas están bien, pero se ven diferentes, el fondo, la piedra, las nubes; curioseando repetidamente con diferentes personas hemos tratado de averiguar a qué se deben tantos cambios, hay muchas teorías pero la que más me gusta es una reciente que le dijeron a una de mis tías al leerle las cartas; que son el reflejo de mí en una VIDA PASADA, no es que haya dejado algo inconcluso, sino que simplemente volví a casa, que fui alguien importante dentro de en mi población y que una parte de mi memoria la recuerda, y que es debido a ello mi pasión por los mayas y aunque una de las cartas deja de manifiesto que fue un error de mi parte no estudiar arqueología como alguna vez planee, que algún día en el futuro regresaré a una parte de mi casa;  nosotros concluimos como familia que el regresar a una parte de mi casa significa que visitaré otra ciudad maya, y honestamente me gustaría todas, pero no sólo sus construcciones, sino también cenotes, lagos, cuevas e incluso la entrada al Inframundo Maya (Yaxché), descrito en el Chalambalam recién descubierta en 2007.

Y desde hace años creo en la reencarnación, esta lectura de cartas (que por casualidad salí ya que mi tía nunca preguntó por mí), y estas fotografías, me dan hasta cierto punto la razón.