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Pueblos y ciudades imperdibles en la Toscana

Foto: 123rf
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La joya de la Toscana, y sin duda una de las mayores riquezas de Italia, es Florencia. Esta ciudad es tan hermosa, que algunas personas han sufrido el llamado síndrome de Stendhal, un trastorno psicosomático provocado por la exposición a sus riquezas artísticas.

Sin embargo, la ciudad de Dante es también la capital de una de las regiones más famosas y visitadas del país: la Toscana. 

Si bien existen tours que nos invitan a probar un bocado de la zona, recorrerla a nuestro ritmo y conocer algunos de sus pueblitos y ciudades sin prisas es una gran experiencia.

En Alan por el Mundo, les hicimos un pequeño recuento de lugares para visitar en la Toscana (además de Florencia) que no se pueden perder. 

Siena

Esta ciudad compartió protagonismo y cierta rivalidad con Florencia y no es para menos. Sus edificios medievales y su importancia cultural, histórica y artística le valió ser considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995. 

Entre sus imperdibles se encuentra la Catedral Siena, la cual data del siglo XIII y es famosa por su impresionante fachada de marmol en blanco y negro. 

La arquitectura es una razón para visitarla por sí misma, la Basílica de Santo Domingo, el Palacio Comunal o la Piazza del Campo, donde dos veces al año se lleva a cabo el Palio de Siena (una carrera de caballos de origen medieval) son un excelente plan.

Foto: 123rf
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San Gimignano

En lo alto de una colina se encuentra el Manhattan medieval, o casi. San Gimignano es un pequeño pueblo amurallado reconocido mundialmente por sus torres, las cuales han sobrevivido al tiempo (15 de 75 que llegó a tener hace cientos de años).

Los tours que pasan por la Toscana muchas veces incluyen dos horas por San Gimignano, las cuales podrían ser suficientes para apreciar las plazas della Cisterna, Piazza del Duomo, Piazza Pecori y Piazza delle Erbe. Además de Via San Giovanni, la calle principal que atraviesa el pueblo y que está llena de tiendas de souvenirs.

Sin embargo, al terminar el ajetreo turístico por la tarde noche, caminar por sus calles en, casi, completa soledad es una experiencia que recomendamos en Alan por el Mundo. Una noche es suficiente para sentirse en un cuento medieval. 

Volterra

Ubicado en la provincia de Pisa (ciudad más allá de su torre inclinada), este municipio es un viaje por la historia a través de sus edificios y arte de los períodos etruscos, romanos, medievales y renacentistas.

Destacan el teatro romano, la célebre Porta all’Arco y las sólidas murallas que rodean su casco medieval. 

Montefioralle, Montalcino y Montepulciano

En Italia se come bien y uno de sus productos gastronómicos más conocidos a nivel mundial es el vino y el chianti  es uno de los más prestigiosos y conocidos. Producido en el valle que le da el nombre, uno de los eventos vinícolas principales en el país se llevan a cabo en la Expo del Chianti Clásico en Montefioralle, que permite degustar y conocer los productores de la región en medio de encantadoras calles empedradas con cerca de 100 habitantes.

Otro de los vinos famosos en la región es el Brunello, producido en Montalcino, una localidad con mención en documentos históricos desde el año 814. Además de tomar una buena copa de vino, los visitantes podrán visitar la Chiesa di Sant’Agostino (construida en el siglo XIII), el Duomo, la Piazza del Popolo y el Musei Riuniti.

Finalmente, en Montepulciano se concentran edificios góticos como el Ayuntamiento en la Piazza Grande. Tras visitar la catedral y la iglesia de San Agostino, vale la pena tomar uno de sus más célebres bebidas: el Vino Nobile de Montepulciano. 

Foto: 123rf
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Cortona

Ubicado en la frontera con Umbría, este municipio en la provincia de Arezzo, tuvo un despunte en visitas tras el lanzamiento del libro y la película Bajo el sol de la Toscana. Sin embargo, su historia se remonta a los siglos VIII y VII a. C., cuando fue un importante asentamiento etrusco.  

Además de impresionantes vistas de la Val di Chiana, destacan su catedral, las  iglesias de San Francesco y de Santa Maria delle Grazie al Calcinaio, del célebre arquitecto sienés Francesco di Giorgio Martini. Además, el Palazzo Comunale y los museos dell’Accademia Etrusca y el Diocesano.

Pitigliano

Conocida como “la pequeña Jerusalén” (Piccola Gerusalemme) por la enorme migración de judios a la zona en el siglo XVI, cuando el papa Pío IV los expulsó de Roma, los primeros asentamientos etruscos datan del siglo XII a. C. 

Además de visitar la plaza Petruccioli, donde se encuentra el Palazzo Orsini con su Museo arqueológico, y el Museo de Arte Sacro, donde está expuesta la obra la Madonna con Bambino del maestro Jacopo della Quercia, no se pueden perder la sinagoga de Pitigliano, uno de los monumentos más característicos del centro histórico.

Lucca

Finalmente, un viaje por la Toscana no estaría completo sin una visita a Lucca, la cual tiene vestigios de asentamientos cercanos de la época del Paleolítico. Su nombre vendría del celta “luck”, lugar del paludismo, sin embargo, fue fundada por los etruscos y posteriormente pasaría a ser parte del imperio romano. 

La Catedral de San Martín posee un estilo gótico toscano y si deciden subir su torre de 60 metros hasta el campanario, tendrán una vista increíble de la ciudad, la cual es una de las únicas que conservan casi al 100 por ciento sus murallas (casi 4 kilómetros y medio de muros de 12 metros de alto).

La Torre y el Palacio Guinigi, la animada Vía Fillungo y la Plaza del anfiteatro son una visita obligada.

Karla Campos

Geek de tiempo de completo y viajera con muchas millas para recorrer.