Tú x el Mundo

Los imanes

Por: Diana Hidalgo 

¡Wooow! ¿Por dónde comenzar? Tal vez, por la parte en donde recuerdo que desde niña tenía el deseo de poder viajar algún día por el mundo, recuerdo que cuando iba de visita a casa de unas primas siempre me encantaba dirigirme a su cocina y contemplar los imanes de varios países que tenían en su refrigerador, y decía ¡Algún día tendré los míos! jaja. Después, fue cuando descubrí el mágico mundo virtual de los viajes de Alan, disfrutaba tanto el verlos que por un momento llegaba a sentir que yo también estaba en ese lugar y, fue ahí donde las ganas de viajar se volvieron aún más intensas.

Terminando la universidad, el único sentimiento que tenía era el de ahorrar dinero y hacer realidad mi sueño, sentía que si empezaba a trabajar en un empleo estable después me sería más complicado el lograrlo, y de lo único que estaba segura era que no iba a renunciar a el poder viajar.

Entonces, fue cuando decidí convertirme en Au Pair y vivir un año en Alemania. Gracias a ello, pude por un año adquirir tantas aventuras y desventuras, porque sí, el viajar a veces también implica eso, sabía que el enfrentarme a grandes sueños involucraba también grandes retos, pero no lo pude dimensionar hasta que lo viví en carne propia.

Durante ese año, pude viajar por varios países, algunos que ya estaban en mi lista y otros a los cuáles simplemente el destino me llevó, pero en todos me llevé algo nuevo, una lección de vida. Valoras más lo que ya tienes y aprecias más lo que experimentas. Y sin duda, lo más maravilloso de viajar no son los lugares, sino lo que aprendes.

El tener que comunicarte en un idioma que desconoces, el que un desconocido pase a ser tu mejor amigo, el caminar simplemente por lugares que nunca antes se había imaginado tu mente, o por lugares que viste tanto en fotos o videos y que jamás pensaste que algún día estarías allí, es una explosión de emociones increíbles. Creo que somos muy afortunados los que hemos podido vivir esa experiencia, y los que aún no la viven y tienen tantísimas ganas como yo las tuve, no se detengan. Ahora, tengo mis propios imanes, pero mi mayor souvenir es el que se quedó en mi mente para siempre.