Tú x el Mundo

Guatapé: el pueblo de los mil colores

Por: Omar Romo

Quien conoce Colombia, sabe del ambiente de fiesta y cumbia que se respira apenas se pisa el aeropuerto. Ahora imagínense estar en un pueblo del país caribeño donde todas las fachadas están cubiertas de formas y colores, la parroquia sea por sí misma un derroche de vida y por si fuera poco, Guatapé se encuentra rodeado de naturaleza y lo que debe ser considerada una maravilla mundial: la Piedra del Peñol.

Se ubica a tan solo dos horas de Medellín y es conocido como el “pueblo de los zócalos”, ya que las fachadas de sus casas, locales y edificios de gobierno representan la cotidianidad de la tranquila vida de este mágico espacio. bajo un concepto artístico y artesanal.

Basta recorrer sus calles para sentirte en un museo gratuito, regalándote en sus colores, un pedacito de magia, un pedacito de historia y un pedacito de arte en cada casa que recorres, basta también perseguir sus olores para adivinar qué delicia gastronómica te esperará después de una reconfortante caminata. Sin duda, esa guía de olores te llevará hasta la plaza principal, donde hay una gran variedad de restaurantes, o bien, puedes degustar de cada uno de los puestos callejeros que se instalan alrededor.

Bajo el resguardo de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y con un tinto en la mano (café puro endulzado con panela) podrás estar sentado en la fuente mientras miras el vaivén de los turistas y las personas locales, quienes son muy amigables y sin miramientos pueden mantener una conversación y parecer que ya los conoces de años.

Con cumbia colombiana de fondo en todo momento, el carisma de los locales y el ánimo de fiesta de los turistas, es sin duda un destino obligado si te encuentras por el departamento de Antioquia.

La maravilla natural: El Peñol.

El encanto de Guatapé no solo radica en la magia de su gente y el colorido de sus calles, a tan solo unos minutos del pueblo se encuentra la famosa Piedra del Peñol, un monolito de 220 metros de altura, del cual podrás tener la mejor vista de la presa que rodea la localidad.

Pero espera, antes de que te imagines estar en la punta, disfrutando de una rica michelada de mango que allí venden, debes saber algo: subirás 740 escalones para llegar hasta la punta, si sueles tener actividad física, esto será una prueba sencilla, si no lo haces y planeas hacer este viaje, prepárate para el ejercicio de tu vida.

¿Vale la pena? Absolutamente.

Cada uno de los escalones que te puede significar el esfuerzo, se verá recompensado al quedarte perplejo ante tanta belleza natural: el cristalino del lago artificial más grande de Colombia, los verdes paisajes de las llanuras que sobresalen de él y las aves que sobrevuelan por debajo del Peñol hace realidad el sueño más impensable si eres fanático del turismo de naturaleza.

Cómo llegar.

De Medellín a Guatapé: ve a la Terminal de Transportes del Norte y busca el quiosco de boletos de los autobuses a Guatapé (son rojos) el ticket cuesta 15,000 colombianos (4.5 USD aprox.), hay corridas continuas y llegarás en dos horas al pueblo.

De Guatapé a la Piedra del Peñol: tienes varias opciones, la que recomiendo es irte en una “chiva”, especie de mototaxi tuneado de tal manera que el traslado de 15 minutos también se vuelve una experiencia. También hay taxis y camionetas tipo jeep ubicadas alrededor de la plaza principal.

La entrada para comenzar a subir la escalinata a la punta de la Piedra del Peñol cuesta 18,000 pesos colombianos (5.4 USD aprox.).

Dónde quedarte.

Yo me hospedé en Casa Encuentro Guatapé, un lugar que recomiendo al 100% ya que funciona como hostal con precios muy bajos, incluye un rico desayuno y café las 24 horas, además es atendido directamente por Naty, la dueña y excelente anfitriona que te hace sentir en casa. Guiño, guiño: hay café gratis todo el día. Este lugar tiene un acceso exclusivo al lago y es un lugar sustentable.

Este lugar complementó la vivencia natural, ya que viajé durante temporada baja y estaba poco acompañado de huéspedes, por lo que durante la noche salí al lago, apagué todas las luces y pude disfrutar de espectacular lluvia de estrellas, en silencio y soledad. Una increíble experiencia.

También existe más variedad de hoteles dentro del primer cuadro del pueblo y si deseas más privacidad, en airbnb existen más opciones.