“La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quién puede amarla”
Hermann Hesse
La hora de la comida es un ritual. Los seres humanos no sólo nos alimentamos por cubrir una necesidad física y es por eso que una celebración nunca está completa sin nuestros platillos favoritos.
Cada detalle cuenta y bajo esta premisa, el nuevo restaurante del chef Mario Espinosa, a cargo de Madereros y Tencüi, es un concepto sencillo rodeado de una gran propuesta visual en San Ángel, al sur de la Ciudad de México.
Magda es su nombre y hace alusión al río Magdalena, uno de los únicos sobrevivientes acuíferos en una ciudad que en algún momento flotaba sobre el agua.
Su ubicación es histórica y el antiguo jardín del Convento del Carmen ha sido intervenido por el diseñador Ricardo Casas destacando su origen fluvial con colores en la gama del azul y verde y una apariencia rústica, pero moderna con esculturas del artista Aldo Chaparro.
En medio de este restaurante con techos altos, los comensales sentirán una vibra familiar y confortable, como en casa de los abuelos. Es fácil entender porqué su momento más popular son los brunch del domingo y su esencia de sentarse a compartir.
Nosotros tuvimos la oportunidad de degustar su menú vespertino, con una cena agradable y llena de anécdotas de viaje. Comenzamos con un ceviche de chicharrón regio, al estilo chicharra yucateca. Si bien uno espera frescura al pedir este platillo costero, el chicharrón le da un toque chujiente y lleno de sabor.
Para compartir, seguimos con unos tacos de suadero confitado con salsa Chimalistac, que recibe su nombre en honor a una colonia de la zona de San Ángel y traducido del nahualt significa “lugar de los escudos blancos”
La influencia yucateca del chef Espinosa, quien vivió y cocinó por un tiempo en la Península, se pone en manifiesto en platillos como el Chamorro estofado con jugo de cochinita pibil, salsa de habanero, cebollas encurtidas y tortillas. Un platillo para taquear.
Finalmente, luego de compartir un Asado de picaña con pork belly laminado, decidimos cerrar la noche con un postre (en realidad dos, ¡nadie puede resistirse al dulce!). Los elegidos fueron una Rebanada de pastel de queso, aceite de limón y fresas maceradas y unos Duraznos a las brasas con crema ácida y sorbete de durazno.
Como sucede en lugares dónde el ambiente es relajado, seguimos con la sobremesa y aunque ese día no habían los ingredientes para un carajillo, nos ofrecieron una dulce alternativa y el carajillo de mazapán fue un dulce final.
Su menú no busca ser complicado, es una oda al lugar que lo rodea, su historia y la experiencia misma del chef que nos propone un viaje gastronómico íntimo y de una belleza en el entorno.
Dónde: Museo del Carmen 4, San Ángel, Álvaro Obregón, 01000 Ciudad de México, CDMX
Precio: $$
Las entradas van entre los $145 y $185 pesos
Los intermedios se hallan en $230 y $240 pesos
Los platos fuertes oscilan entre $280 y $420 pesos (la mayoría se pueden compartir y cuentan con opción vegetariana)
Los postres están en un rango de $140 a $175 pesos.
TipFinal: Cuenta con una barra de cócteles y bebidas, ¡pidan recomendaciones! los sorprenderán.