Por: Karla y Paco
Hace 10 días murió mi madre, su caso fue uno más de muertes por Covid en el mundo, ese fue el diagnóstico, pero en realidad mi madre había muerto desde hace tiempo.
La muerte de mi madre fue lenta, ella se cayó hace 2 años de las escaleras, se quebró la cadera y no volvió a caminar por su miedo a caer, después de ese diagnostico “miedo a caer”, que muchos médicos le dieron, le detectaron demencia, una enfermedad que cada día se volvió más difícil para mi madre y ahí empezó a morir. Desde hace 2 años, su vida en la tierra ya era complicada, además de la depresión que la abrazó más de la mitad de su vida.
Estos últimos 2 años fui madre de mi madre y sus últimos meses, la pasamos tranquilas en cuarentena en casa, agradezco con amor ese tiempo juntas.
Ahora te escribo desde una isla en medio de la nada, cerca de las Bahamas. No me preguntes cómo llegué acá, porque yo tampoco lo sé, llegué hace 6 días, 4 días después de la muerte de mi madre, llegué aquí, a una isla solo con la compañía de mi perro y ahora puedo decir que es lo único que tengo en la vida.
Te escribo desde una casa rodante, mi perro duerme ahora después de una de las peores noches de nuestras vidas, tuvimos un accidente en bici que me costó la mitad de un diente y mi labio, por la noche lloré, fui el mar muerto por un instante y pensé que tenía que escribir sobre esto.
Sé que me hará bien compartir mis experiencias en la vida de viaje, con personas que tienen el alma vagando por el mundo como tú, que estás leyendo esto ahora mismo, un toque de realidad a estas historias detrás de una buena foto en instagram es lo que vengo a contarte.
Estoy aquí viviendo la vida y el caos al mismo tiempo, con los recuerdos de mi madre que invaden mi alma y con la mente en guerra con las cosas que recién me están pasando.
Caerme de la bici y partirme un diente a días de llegar al extranjero, puede ser uno de los peores momentos de mi vida y que recordaré siempre, no quería decirlo, pero voy con la mala suerte por la vida, estas cosas siempre me pasan, lo que alguien jamás imagina, eso me puede pasar a mi. Y tú, ¿Tienes la misma suerte que yo?
Muchos de los que me están leyendo ahora mismo, me entenderán, hay cosas que solo están destinadas para personas como nosotros.
Este artículo tomará sentido como consuelo, para todas esas personas que como yo, estamos destinadas a cosas muy fuertes en la vida y también para quienes no se pueden imaginar todo lo que vale la pena tener a un perrito como compañero de vida,
Si ahora mismo Paco no estuviera conmigo, no entendería nada de la vida y el mundo sería mucho más duro para mi.
No se como decirte que todo estará bien, porque es algo que no puedo entender en estos momentos, solo puedo contarte mis experiencias para que valores o este sea un espacio de reflexión y agradecimiento por todo lo que tenemos a nuestro alrededor y muchas veces no lo valoramos, y sobre todo, tener la valentía que no se de donde sale, pero sale en momentos como estos para seguir afrontando la vida y no perder esas ganas de seguir recorriendo el mundo.
Tomé la decisión de venirme a la isla para tener un comienzo grande, algo que sacudiera mi mente y me pusiera a caminar con alguna fuerza extraordinaria en momentos que lo único que quisiera sería tirarme en la cama y saltar directo y sin paracaídas al abismo.
Perder a mi madre será por siempre lo peor que me pasara en la vida, mi mejor amiga, mi compañera de viajes, mi bebé los últimos meses, será siempre lo que me ahogara el alma en cualquier momento, pero esa valentía de la que te hablo, que no se bien de donde sale, es la que por una extraña razón te hace continuar y tener aún la intención de seguir la vida, y yo necesitaba algo que me hiciera sentir de nuevo algunas ganas de comenzar.
Te escribo desde esta habitación en silencio, en medio de una isla paradisiaca, escuchando a mi perro dormir, con el alma casi vacía, con el dolor en mi diente partido a la mitad y sin trabajo, lo escribo literalmente: te escribo desde uno de los peores momentos de mi vida.
Pero sigo arriesgando, sigo siendo lo que llaman “Ser Valiente“, te escribo esto para que no pierdas nunca las ganas de viajar y hacerlo bonito con la compañía de tu perro, porque la compañía de tu perro en cualquier parte del mundo y en cualquier momento de la vida, será siempre la mejor señal que te dará la vida para hacerte saber que todo en algún momento, estará bien.
Gracias por ser parte de esa fuerza extraordinaria que me hace seguir, gracias por leerme.
Con el cariño de siempre, Karla y Paco.