Por: Daniel Chairez
Si hay algo que puede poner tus sentidos a prueba, sin duda es un viaje a la India y, aún más, observar cómo se desintegra un cuerpo frente a tus ojos.
Yo soy Daniel Chairez, un mexicano de 24 años apasionado por los viajes, y ¡TE COMPARTO MI EXPERIENCIA EN UNA DE LAS CIUDADES MÁS ALUCINANTES DEL MUNDO!
Esto sucede en los gaths a las orillas del río Ganges, en Benarés, India (también conocida como Varanasi), la ciudad sagrada más importante para el hinduismo. Para sus fieles, no hay mejor manera de morir que ser incinerado ahí, ¿por qué? porque esto les permite purificarse y liberarse del ciclo de las reencarnaciones, alcanzando así la moksha.
Sin embargo, no todos los cuerpos pueden ser cremados, como es el caso de personas que padecen lepra, niños menores de 10 años, los Sadhus (hombres sagrados), embarazadas y aquellas personas que murieron a causa de una mordedura de serpiente; pues se considera que ya son cuerpos puros. Entonces, ¿qué hacen con ellos? los arrojan directamente al río, atados con piedras para que lleguen al fondo.
Así es, hay incalculables cuerpos que descansan en la profundidad de este río, lo que por supuesto lo ha hecho acreedor a considerarse uno de los más contaminados del mundo.
No obstante esto, es increíble ver cómo los habitantes desarrollan ahí su vida, pues se bañan, lavan sus dientes, ropa, accesorios de cocina e incluso ingieren el agua del río.
Pero bueno, estoy seguro que si has llegado hasta este punto ansías ver evidencia, así que te comparto algunas fotos que logré capturar, acompañadas de un breve relato (ojo, algunas imágenes pueden ser un tanto fuertes):
En esta imagen se aprecia el cuerpo de una mujer, recostada en una cama hecha a base de bambú; previamente fue cubierta con algunas flores y telas. Podemos observar que a un costado hay una base de madera y, detrás de ella, dos flamas, cada una consumiendo un cuerpo.
Aquí podrás observar a la mujer sobre dicha base, cubierta con más madera (sobresale su cabeza). ¡Se necesitan cerca de 400 kilos de leña para calcinar un solo cuerpo!
El hombre envuelto en una tela blanca, es el hijo mayor de la mujer, encargado de la ceremonia. La tradición dicta que deberá raparse la cabeza para el ritual y que será él quien se encargará de encender la leña.
La leña ha sido encendida.
A mi parecer, esta es la imagen más impactante, pues el cuerpo está en proceso de calcinación y aún sobresale la cabeza de la mujer, pero esta vez con la carne consumida.
Después de tres o cuatro horas el cuerpo se habrá consumido casi por completo, y digo casi porque una de las personas que estaban ahí me explicaba que en el caso de las mujeres es casi imposible que logre desintegrarse la cadera y, en el caso de los hombres, el pecho.
Para finalizar el proceso, transcurrido este tiempo, las cenizas y aquellas partes restantes serán arrojadas al río, con la ilusión de que ese ser querido alcance la tan deseada liberación.
Y bueno, todo esto fue parte de mi experiencia en diciembre de 2019, en ese maravilloso país y estoy muy feliz de poder compartirla, porque es algo que sin duda ha marcado mi vida y que creo cualquier viajero merece vivir.
Para concluir, quiero agradecer a Alan y a todo su equipo por brindarnos este espacio tan enriquecedor para todas aquellas personas que nos apasiona conocer el mundo y porque gracias a ellos descubrí este sorprendente destino.
¡No olvidemos que VIAJAR ES VIVIR y que hasta en el caos, podemos encontrar belleza!