Secciones Tú x el Mundo

Rompiendo la burbuja… Sudeste Asiático

Hace un año recuerdo que soñábamos con como sería que dos jóvenes ecuatorianos estuvieran al otro lado del mundo, y hoy, un mes después de nuestro regreso puedo afirmar que los sueños se hacen realidad.

Por: Ine y Santy (@rompiendolaburbuja.viajes)

Hace un año recuerdo que soñábamos con como sería que dos jóvenes ecuatorianos estuvieran al otro lado del mundo, y hoy, un mes después de nuestro regreso puedo afirmar que los sueños se hacen realidad. CREER PARA VER.

Si me preguntaran qué haría para darle un poco de paz al mundo, la respuesta sería: ¡Viaja más! Maya Angelou dijo que “quizás viajar no sea suficiente para prevenir la intolerancia, pero si logra demostrarnos que todas las personas lloran, ríen, comen, se preocupan y mueren; puede entonces introducir la idea de que si tratamos de entendernos los unos a los otros, quizás hasta nos hagamos amigos”.

Sin duda para mí, nuestro país Ecuador, es uno de los destinos más hermosos que pueden existir, pero nuestro paso por el sudeste asiático me abrió una perspectiva a otro mundo. Y no significa que tuvimos que viajar a otro planeta para vivir otras realidades, respirar otro ambiente y probar otros sabores. Fueron tan solo 55 días, 4 países y 1 continente que nos hicieron sentir que ahora para nosotros cualquier distancia es corta.

La aventura comenzó en el aeropuerto de Beijing, cuando la respuesta de un empleado al preguntar dónde está el baño en inglés, fue una cara de “no entiendo”, y que nos hizo recordar que estábamos al otro lado del mundo. Había olvidado que llevaba puesta la “camiseta salvadora de apuros”, que créanlo o no, realmente nos salvó. El siguiente episodio sucedió al no encontrar el hostal y caminar por las calles con un mapa que no entendíamos, y que luego terminó siendo nuestro mejor compañero. China indudablemente es un país exótico, lleno de sabores y olores penetrantes, de costumbres extrañas para nosotros, que al principio molestan, como que no hagan fila, pero que luego te divierten y te enseñan el valor de la paciencia.

Beijing, sus dumplings, y su contaminación mezclada con maravillosos parajes como el Templo del Cielo, Palacio de Verano, Ciudad Prohibida y Muralla China.

Xi’an, la ciudad amurallada, con sus hermosos parques llenos de Tai chi, su espectáculo de luces en el Pagoda y los impresionantes Guerreros de Terracota.

Chengdu, en donde se puede disfrutar de la ópera de máscaras y de sombras junto con una taza de té, y pasarse horas viendo cómo juegan y se divierten los osos pandas, o sorprenderse mil veces con el Gran Buda de Leshan, cerca de la ciudad.

Y por último Shanghái, una ciudad de contrastes, que alberga una parte de la China antigua en su Jardín de Yuyuan, junto con el futurista e imponente Pudong, sin poder perdernos el recién abierto Disneyland Shanghái.

El skyline de Hong Kong es una de las cosas que difícilmente se borrarán de mi memoria, así como el Gran Buda de Lantau. La libertad de disfrutar la vista desde Victoria Peak ó divertirnos en Hong Kong Disneyland como si fuéramos niños otra vez.

Llegamos a mi ciudad favorita, Singapur, que incluso lo fue antes de conocerla, gracias a los videos de Alan x el mundo. Es indescriptible. Encontrarme con esta “ciudad en un jardín”, tecnología, leyes, Gardens by the Bay, su acuario, su zoológico y colarnos en el Marina Bay Sands para ver su piscina infinita. En esta maravillosa ciudad también nos divertimos por Halloween, recorriendo un barrio con mucha gente disfrazada pidiendo dulces. ¡Dulce o truco Singapur! Volvería mil veces.

Pasamos por Kuala Lumpur a ver sus Petronas, a las cuales las fotos les quedan cortas, y sus cuevas de Batu.

Y finalmente, Tailandia, el gran destino. En Phuket recorrimos sus playas en moto, recalcando que en nuestro país se maneja por la derecha, así que si fue una aventura. Conocimos Patong, Karon, Kata, y el imperdible tour a Phi Phi, The Beach en Maya Bay, donde se grabó la película de Leonardo Di Caprio.

Aunque hace menos de un mes había fallecido el Rey de Tailandia, pudimos disfrutar de los festivales de Yi Peng y Loi Krathong en Chiang Mai, un tanto diferentes a los otros años debido al luto en todo el país.

Bangkok fue nuestro último destino en Tailandia. Navegamos en el río Phraya, cuya ruta en un barco bus es utilizada por los habitantes para cruzar la ciudad y evitar el tráfico en horas pico, además de llevarnos a parajes turísticos como el Gran Palacio Real. La ciudad nos mostró sus templos, junto con conmemoraciones al Rey y la mayoría de su gente vestida de negro.

Regresar a mi ciudad, Quito, después de todo el viaje, es otra historia. Viajar te enseña a apreciar lo que tienes, considerar lo que no tienes y luchar por lo que quisieras tener. Gracias también a “Alan por el mundo” que ha sido la mayor inspiración que hemos tenido para realizar este viaje. Hay lugares que se quedan con un pedacito de ti y sé que inevitablemente vamos a volver a cada uno de ellos.

Ahora hemos empezado una página en Facebook e Instagram. Nuestro objetivo es compartir la experiencia para apoyar a otros viajeros porque sabemos lo difícil que es a veces lanzarse a la aventura. Vamos a seguir recorriendo América, Europa y el mundo entero, y compartirlo con ustedes. Rompiendo la Burbuja nace después de los paradigmas que fuimos rompiendo en nuestro viaje. Muchos amigos, nuestros padres y la mayoría de la sociedad mira de forma extraña cuando no sigues el sistema (la burbuja que te mantiene ciego) graduarte, casarte, tener hijos y jubilarse, para después tal vez empezar a viajar. Aunque sepamos que nuestros padres siempre quieren lo mejor para nosotros, la mejor decisión que hemos tomado es hacer nuestro propio camino. Cuando nos dicen cuál es su mayor experiencia del viaje, suspiramos y decimos Romper la Burbuja que nos tenía ciegos. Así fue como pudimos tener nuevos amigos, experiencias y recuerdos. Ahora no queremos que nos cuenten como es el mundo afuera, nosotros mismos lo vamos a ver.

¡Nuestro objetivo ahora es el mundo!

 

*Si quieres ver tu historia publicada, envíala a [email protected]. No olvides adjuntar tus fotos a parte del archivo en donde escribas tu aventura.