Por: Mariana Torricos de Santa Cruz
Tengo 23 años, soy de Bolivia y ¡fui por dos meses, como voluntaria de la ONG AIESEC, a México!
Fue el primer país que visité lejos de mi familia, pero feliz; por cierto ¡un sueño hecho realidad!
Todo comenzó en junio, mis emociones estaban a ‘flor de piel’, tanto que cuando escuché que mi avión estaba a punto de aterrizar en México, mis lágrimas empezaron a caer de emoción.
Estuve enseñando inglés a niños del Estado de México. Compartir parte de mis conocimientos y hablar sobre mi país y cultura generó una sensación inexplicable. Éramos 15 extranjeros en proyectos diferentes, de los cuales no todos hablaban español, por lo tanto también tuve la oportunidad de practicar mi inglés con personas de Hong Kong, Polonia, Egipto, Eslovaquia, Brasil, además de relacionarme con mexicanos.
Aprendí a usar el metro con facilidad, a acostumbrarme a los tacos y ¡al picante!, a comer tortas al pastor, a enamorarme más de la cultura mexicana, de su vida nocturna, de sus actividades culturales, a conocer personas inolvidables, a vivir el mejor verano de mi vida.
Tuve la oportunidad de viajar mucho, conocí lugares como Guadalajara, Tequila, Tlaquepaque, Xochimilco, Cuernavaca, Toluca, Pachuca, Teotihuacan, y ¡hasta Acapulco! Era la primera vez que veía la playa y fue un momento inolvidable. ¡Y como dejar de mencionar que recorrí la infinidad de lugares que tiene el DF! como sus museos, el Estadio Azteca, la Arena México, ¡el Zócalo! ¡Bellas Artes! ¡Chapultepec! Y antes de irme de México, no podía dejar de visitar la tienda de mi viajero favorito ¡Alan x el mundo!, comprarme mi playera y también pasear por la colonia favorita de Alan, la colonia Roma 🙂
Viajar te cambia la mente por completo y ¡sí! te hace ver la realidad. Existen muchos mitos sobre México, y en mi estancia en este país descubrí que no es como se escucha o se piensa; su gente es muy amable, gentil y educada; el peligro está en todos lados del mundo. México no me pareció para nada como lo describen en la televisión, comprobé que nada era como decían y, ahora que estoy en mi país, no me quedan más que hermosos recuerdos y muchas ganas de regresar.
Cuando escucho la palabra México, muchas emociones vienen a mi mente, además de muchas de las maravillas que tiene este hermoso país y que me faltaron conocer, por eso las ganas de volver siempre seguirán en pie.
Mi consejo es: viaja, descubre, disfruta, aprende, y por sobre todo ¡vive! Porque viajar te hace sentir vivo y que el mundo es inmenso, las cosas materiales van y vienen pero los recuerdos nunca saldrán de tu mente.
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