Autora: María Engracia Muñoz
Son pocas las ocasiones, en que tengo la oportunidad de ser turista en mi estado. Por lo que aprovecho cuando me invitan, como en esta ocasión, que fuimos a un paseo fotográfico por el Valle de Guadalupe, más específico, la Ruta del Vino.
Lugar en que se levantó la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe del Norte y que fue destruida por indígenas locales en 1840 y abarca varias poblaciones como son el Ejido El Porvenir, Francisco Zarco y San Antonio de las Minas.
A lo largo de la Ruta del Vino, podemos encontrar casas vinícolas, que producen tanto vino artesanal, como Gourmet, entre otros productos, y varios museos comunitarios. Nosotros visitamos el Museo Ruso, el Museo Comunitario de la Comunidad Nativa Kumiai de San Antonio y el Museo de la Vid y el Vino.
El Museo Ruso, es de lo poco que se ha conservado de los antiguos pobladores que llegaron de Rusia, perseguidos por el Zar Nicolás II, y los cuales hicieron un convenio con Porfirio Díaz, para establecer la empresa colonizadora de la Baja California, a principios del siglo XX.
La casa, que ahora es el museo, fue construida en 1905 por la familia Samarin, y el 01 de Agosto del 1991 abrió sus puertas como museo, en donde podemos ver vestimentas y fotografías de la familia y diferentes objetos que dan una idea de cómo era la vida de la colonia rusa en el Valle de Guadalupe, también tiene un restaurante y una tienda en donde ofrecen queso y pan artesanal, mermeladas de diferentes sabores, así como también vinagretas y artesanías. Tenemos la opción de pagar solo la entrada al museo o pagar la entrada al museo y el derecho a la degustación de pan salado y dulce, quesos y tres vinos diferentes.
Es importante mencionar, que no se pueden tomar fotografías, antes si se permitía, pero ya saben, el turista no respeta cuando se les pide no utilizar flash, entonces, es que se prohibió el uso de cámaras.
Yo no sabía de esto, y tomé algunas fotografías, la señorita encargada del museo, salió a cambiar un billete, por lo que no estaba, y cuando me dijeron, ya había tomado algunas fotos, de las cuales les comparto aquí. Son objetos antiguos, solo un aparato que utilizaban para calentar agua y hacer té es lo que se conserva de procedencia Rusa.
En la degustación de Vinagretas, Mermeladas, Pan, Queso y vino.
Estuvimos tomando fotos, degustamos, compramos para llevar y de ahí nos dirigimos a Monte Xanic, una de las más importantes vinícolas de la Región, disfrutamos de su lago, tomamos fotografías, un grupo se fue a caminar, buscando conocer más el lugar, pero resulta que nos pidieron que pagáramos la degustación, para poder tomar fotografías. Obvio, que no la íbamos a pagar, porque el fin de nuestra visita no era la degustación, sino la fotografía, se le explicó a la persona que se nos acercó, pero ya no hubo manera, aun así, ya habíamos tomado varías fotografías.
De ahí nos dirigimos a la Casa de Doña Lupe, negocio fundado por Doña Lupe, mujer nacida en Badesi Sonora, quien con escasos estudios de primaria, hasta el quinto grado, ha sabido forjar con mucho cariño un negocio de productos naturales y orgánicos, entre ellos, mermeladas, salsas, aceitunas, aceite de oliva, pan, queso y vinos, es muy agradable conocer a esta mujer emprendedora, es una lección de vida, ver que todo se puede hacer, cuando se quiere.
Degustamos unas pizzas deliciosas, así como ensaladas y lasaña, también disfrutamos de una danza Kumiai.
Definitivo, es una parada obligatoria, para quienes visitamos la Ruta del Vino.
LA CAMINATA EXTREMA
Aquí comienza la aventura, nuestro maestro, platicando con Doña Lupe, le preguntó, cuál era el mejor punto para tomar una buena fotografía panorámica del Valle, y nos dirigimos a esa colina, he de platicarte que fue toda una peripecia, llegamos hasta la mitad de lo alto de la colina… ya algo golpeadas, uñas rotas, pantalones sucios, picadas por las piedras, y con el temor de que nos saliera alguna víbora o animal raro, continuamos y todos los que fuimos, nos echamos porras y nos ayudamos.
Ya estando arriba, nos dimos cuenta que el valle aún estaba seco jajaja. La época buena es en agosto, cuando inicia la Fiesta de la Vendimia. Todos cordialmente invitados, las vitivinícolas, preparan eventos todo el verano, con la presentación de artistas nacionales e internacionales.
Pero bueno, tomamos fotografías y acto seguido, continuamos con el descenso… lo hicimos como Dios nos dio a entender y lo logramos, al principio batallando por los matorrales y después por una veredita, que si desde el principio la hubiéramos visto, el ascenso hubiera sido menos complicado, pero es esta clase de experiencias, que enriquecen los paseos.
Regresamos a La Casa de Doña Lupe, nos reunimos todo el grupo y nos fuimos a visitar el Museo Comunitario de la Comunidad Nativa Kumiai de San Antonio. Desafortunadamente estaba cerrado, por lo que solo anduvimos caminando por el pequeño jardín, que nos muestra una variedad de plantas desérticas, y muy amablemente, nos abrieron la tienda de artesanías.
Anduvimos por ahí un par de horas y nos dirigimos al Museo de La Vid y el Vino, no sin antes detenernos a admirar los viñedos que encontramos a nuestro paso, y que inspiran a todo fotógrafo, principiante o profesional, a capturar imágenes, que no solo se queden en nuestra memoria, y que podamos compartir con los amigos y la familia.
Desafortunadamente el Museo también estaba cerrado, alcancé a tomar algunas fotos, antes de que el guardia de seguridad, nos pidiera que nos retiráramos de ahí, por lo que nos dispusimos a tomar fotos en un viñedo aledaño, lugar perfecto para tomar algunas imágenes en el punto máximo del atardecer, sin ningún problema.
La noche llegaba y la hora de regresar también, no sin antes reflexionar ante la experiencia, de ver con nuestros propios ojos, nuestro hermoso Valle de Guadalupe. Porque así como tenemos la oportunidad de venir en plan de buscar imágenes lindas para fotografiar, también podemos hacer el recorrido de las Casas Vitivinícolas, para degustación de los diferentes productos que elaboran.
Nuestro Valle de Guadalupe es el segundo destino favorito de los mexicanos para visitar. Anualmente pueden llegar a recibir hasta 280 mil visitantes. En plan vacacional, hay muchas opciones de hospedaje, así como también en gastronomía.
Gratamente, me entero de un hotel muy especial en lo alto de una colina, es el Hotel Encuentro Guadalupe, considerado el anti resort. Son cabañas de lujo que ofrecen una vista espectacular de montañas y viñedos, ideal para quienes desean desconectarse del mundo,ya que no cuenta con televisión o conexión a internet, para subir y bajar de las habitaciones, se utiliza una escalinata incrustada en la colina.
Los invito a conocer nuestro estado Baja California, en especial nuestro Valle de Guadalupe, en donde la diversidad de actividades que ofrece son ideales para vacacionar en pareja o con toda la familia y porque no, también en solitario.