Traigo el corazón a todo. Mi última aventura en el agua superó cualquier expectativa. Me fui a la joya mexicana de Tulum a sacar mi certificación de Apnea, y de mí, regresó solo una parte. El corazón se quedó allá, en la libertad de lo profundo.
Salí temprano rumbo a Cancún, llegando ahí tomé un camión hacia Tulum. El caribe mexicano enamorándome cada vez más. Esta vez probé un hotel muy diferente, Gaia Tulum. Este hotel construido a base de contenedores es super práctico y se encuentra en la avenida principal del pueblo de Tulum. Disfruté muchísimo ir y venir en bici al pueblo y al mercado. Además de la cercanía a uno de los cenotes más lindos que he visto. Todo en este hotel está permeado de calma, de la gente linda que lo atiende y turistas de todas partes del mundo buscando conectar.
La certificación empezó un viernes temprano. La instructora, Camila Jaber -mujer a la que admiro muchísimo, te lleva de la mano en todo momento para descubrir poco a poco más profundidad en ti. El APNEA, o buceo libre es un deporte en el que se suspende voluntariamente la respiración dentro del agua. La base de esta práctica no es solamente física, si no que, en gran parte, todo se debe a la relajación mental.
Yo tenía mucho tiempo queriendo hacer una certificación en este deporte. Me habían contado tanto de él que este año no me pude esperar más. Tenía que probarme adentro del agua de esta manera.
Camila es una de las apneístas con más reconocimiento en el territorio mexicano. Ella está constantemente exigiéndose llevar la bandera mexicana a otras profundidades. Tiene 2 récords en su categoría y muchos metros más por recorrer a pulmón. Si algún día la llegas a conocer, su determinación te va a impactar fuerte. Es una de las sirenas con los pies más puestos sobre la tierra que he conocido. Como maestra fue increíble. Nos supo llevar paso a paso a encarar miedos y oscuridades, para luego regresar a la superficie.
Ustedes saben que siempre he sido muy acuática. Mis deportes y mis días favoritos son aquí, en el agua. Pero mi manera de bajar a explorar había sido siempre con tanque, dependiendo todavía del oxígeno. El apnea en mi marcó una pauta fuerte en mi relación con el agua. Aprender a suavizar las sensaciones y el miedo dentro del agua no tiene comparación alguna. Se experimenta una libertad muy diferente al bajar sin tanque y lograr profundidades que no te imaginabas posibles. La contemplación se vuelve hacia el interior.
Camila no solo me ayudó a probar mis límites adentro, si no a llevar a cabo una de mis metas en la vida. Poder bajar 30 metros sin tanque no es cualquier cosa, y se lo debo a la gran maestra que me preparó en todos los aspectos para lograrlo. Viajero, si te interesa este deporte, sus profundidades y sus límites, tienes que contactarte directo con ella. La recomiendo de todo corazón.
Para más información acerca de Camila, el Apnea y los próximos cursos que impartirá te dejo aquí su Facebook – https://www.facebook.com/CamilaJaberFreediver/?fref=ts
Hotel Gaia