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Patrimonios de la Humanidad de la Unesco en Cuba

Por: Yunier Ramos Peña 

Recorrer todos estos lugares es posible en dos semanas si confía en quienes conocemos la Isla de Oriente a Occidente, los cubanos. Cuba es el país del Caribe insular que posee más bienes reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, el primero de ellos data de 1982 y abarcan tipologías tan disímiles como Centros Históricos, Construcciones Militares, Paisajes Culturales y Parques Naturales; lo cual es un reconocimiento tácito a la riqueza y singularidad de nuestra cultura, nuestras riquezas naturales y los rasgos físico-geográficos de nuestro archipiélago; así como al celo con que el estado cubano vela por la conservación de su legado. 

La Habana fue fundada en 1519, por los españoles; en el siglo XVII se convirtió en el siglo en un importante astillero para la región del Caribe. 

Aunque hoy es una metrópoli tentacular con más de dos millones de habitantes, su antiguo centro conserva una interesante mezcla de monumentos barrocos y neoclásicos, así como un conjunto homogéneo de casas con arcadas, balcones, rejas de hierro forjado y patios interiores. Desde 1982 el Centro Histórico de la ciudad y su sistema de fortificaciones forman parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad. 

Descubrir la llamada Habana extramuros resulta tan apasionante como desandar las estrechas calles de la vieja ciudad. El afamado malecón habanero, considerado la imagen más característica de la ciudad, enlaza al centro tradicional con la populosa barriada de El Vedado.

Viñales, rodeado de montañas, el fértil Valle de Viñales está sembrado de espectaculares afloramientos rocosos. 

Sus habitantes siguen utilizando técnicas agrícolas tradicionales, en particular para la producción del tabaco. La riqueza de su paisaje cultural se ve realzada por la arquitectura tradicional de sus granjas y aldeas, donde perduran todavía las características una sociedad pluriétnica de peculiar riqueza, muy ilustrativa del desarrollo cultural de las islas caribeñas en general y de Cuba en particular. Es considerado el paisaje más espectacular de Cuba, fue declarado por la UNESCO Paisaje Cultural de la Humanidad en 1999. 

Cienfuegos fue fundada por colonos franceses, cuando Cuba se hallaba todavía bajo la dominación española. Bañada por las aguas del Caribe y situada en la parte central del sur de la isla, su arquitectura, neoclásica en un principio, evolucionó hacia formas más eclécticas, sin que por ello el paisaje urbano perdiera nunca su armonía de conjunto que la UNESCO reconoce hoy como el primer y excepcional ejemplo de un conjunto arquitectónico representativo de las nuevas ideas de la modernidad, higiene y orden, en el planeamiento urbano desarrollado en América Latina del siglo XIX. 

Trinidad, la otrora villa de la Santísima Trinidad, una de las primeras villas fundadas por los españoles en Cuba y declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1988, es un sitio impresionante, completamente respetado por el paso del tiempo, con sus calles empedradas, artísticos balcones, rejas admirablemente trabajadas, escalinatas y fachadas multicolores, que parece cada una un museo en sí. 

Camagüey atesora una gran tradición cultural, arquitectónica y económica. El caprichoso entramado urbano camagüeyano —muy poco común en las ciudades coloniales de América Latina situadas en terreno llano—, la calidad de sus construcciones religiosas y la gran cohesión arquitectónica de su centro histórico, son algunas de las características que le valieron la inscripción ante la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. 

Parque Nacional Desembarco del Granma. Las elevadas terrazas marinas de este sitio son un ejemplo de valor universal de las particularidades morfológicas y fisiográficas de los terrenos cársticos, así como de los procesos geológicos en curso de evolución. 

Situado al sudeste de Cuba, el Parque Nacional Desembarco del Granma comprende las terrazas y los farallones espectaculares del Cabo Cruz, así como algunos de los acantilados costeros más impresionantes e intactos del Atlántico Occidental. 

San Pedro de la Roca. Las rivalidades comerciales y políticas en la región del Caribe durante el siglo XVII tuvieron por resultado la construcción de este castillo, conjunto masivo de fortificaciones erigido en lo alto de un promontorio rocoso para proteger el importante puerto de Santiago. 

Este intrincado complejo de fuertes, polvorines, bastiones y baterías, edificado con arreglo a los principios de diseño de la Italia renacentista, es el ejemplo más completo y mejor conservado de la arquitectura militar española en América. 

Ruinas de los cafetales franceses del sur-oriente de Cuba. Los vestigios de las plantaciones de café del siglo XIX, situados al pie de la Sierra Maestra, constituyen un testimonio excepcional del uso de técnicas agrícolas precursoras en terrenos difíciles. Estos vestigios aclaran aspectos de la historia económica, social y tecnológica del Caribe y América Latina. 

Parque Humboldt. La geología compleja y la topografía variada de este sitio han generado una diversidad de ecosistemas y especies sin parangón en el Caribe, haciendo del Parque Nacional Alejandro de Humboldt uno de los sitios insulares y tropicales del mundo con mayor biodiversidad. 

Debido a la toxicidad que presentan para las plantas muchas de las rocas subyacentes, las especies vegetales han tenido que adaptarse para sobrevivir en condiciones hostiles. Este proceso de evolución, único en su género, ha conducido al desarrollo de numerosas especies nuevas, que hacen de este parque uno de los lugares más importantes del hemisferio norte para la conservación de flora endémica. 

El endemismo de los vertebrados e invertebrados del sitio es también excepcionalmente elevado. 

Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, el tipo de baile, canto y percusión llamado Tumba Francesa (literalmente, tambor francés) llegó a Cuba con los esclavos haitianos, que fueron trasladados a la parte oriental del país tras las revueltas que sacudieron Haití en 1790. Los primeros testimonios escritos de esta tradición datan de principios del siglo XIX. Esta danza encarna uno de los vínculos más antiguos y visibles con el patrimonio afrohaitiano de la provincia cubana de Oriente. Es el fruto de la fusión, en el siglo XVIII, de la música de Dahomey y de los bailes tradicionales franceses. 

El Punto Cubano, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, es una expresión poética y musical de los campesinos cubanos consistente en una tonada o melodía acompañada por la voz de una persona que canta composiciones poéticas en décimas, improvisadas y aprendidas. 

La ejecución de la rumba, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, comprende formas verbales y gestuales de comunicación. Los instrumentos de percusión, las herramientas de trabajo y los utensilios domésticos utilizados para las músicas rumberas forman parte integrante de esta práctica cultural. Cuando los intérpretes ejecutan la rumba con sus códigos culturales específicos y establecen una interacción con el público, se crea una atmósfera festiva y los cantos y bailes evocan una gracia, una sensualidad y una alegría propicias al acercamiento entre las personas, sean cuales sean su condición socioeconómica, su sexo o su origen étnico.