Por Paulina Rivera, Chile.
Viajar siempre será una experiencia increíble; viajar abre la mente, los sentidos, abre a un mundo totalmente diferente al que nos rodea de culturas, estilos de vida, paisajes, comidas y tanto que hay por descubrir allá afuera; viajar lejos, cerca, a un lugar desconocido, volver, soltera, en pareja, con las amigas de la vida o en familia… ¿y viajar sola? ¡puede ser doblemente increíble!
Si el hambre por recorrer el mundo te quita el sueño, quieres ir en busca de respuestas o simplemente a aplanar calles, si crees que tu mejor compañero de viaje puedes ser tu misma, no dejes que tus propios prejuicios o los temores de otros, como el clásico: ¡te puede pasar algo!, te impidan hacerlo, olvida el miedo a que te roben en la calle, a enfermar por el agua o la comida, o que a alguien de tu familia o amigos le suceda algo mientras tú estés lejos, todo esto podría pasar cuando estés a la vuelta de tu casa.
Cuando me aventuré por primera vez tenía 23 años y me fui a estudiar a España por 6 meses; no pedí opiniones sobre si debía o no hacerlo, tampoco hablé con alguien que lo hubiese hecho, es más, nunca había salido de Chile, no sabía cocinar, me fui con lo puesto, 2 maletas y 800 euros, y no pensé en qué estaba haciendo ni en todo lo que podría pasar hasta que ya estaba al otro lado del mundo y lo viví… en realidad recién lo supe tiempo después de regresar y me hubiese gustado que alguien me contara la verdad sobre viajar sola.
Pasaron 10 años y en 2016 por fin regresé, esta vez para recorrerlo todo… en cifras fueron 108 días y 34 ciudades en 13 países de Europa.
Bueno, ¡iré al grano! Aunque hayas viajado una o muchas veces, incluso si antes viviste en otro país, emprender el rumbo sola nunca será lo mismo; viajar sola es difícil, sí lo será y es bueno que lo sepas ahora, desde la despedida en el aeropuerto en adelante, pero ten por seguro que también va a ser difícil tomar el avión de regreso a casa, porque todo ahí seguirá igual, y tú ya no serás la misma.
Habrán días en los que querrás correr a tu casa, regresar por un día y luego seguir, extrañarás todo y a todos, vas a querer tu cama, un abrazo de mamá y hablar con tus amigos, pero para eso hoy existe Facebook, Skype y Whatsapp, así que no trates de desconectarte del mundo porque los vas a necesitar; tendrás problemas y el idioma lo hará más complicado de resolver, pero créeme, siempre alguien saldrá en tu rescate; manejar tu presupuesto será un estrés, pero jamás, jamás te prives porque esa puede ser la última vez en la vida que pises ese lugar; te vas a perder y más de una vez, aunque salgas con Google Maps; cambiarás tus planes, porque de seguro tendrás un plan, cambiar la siguiente parada, cambiar el día de salida, así que sé flexible, re planifica y déjate llevar; en algún momento te sentirás agotada de andar de acá para allá, de tantos buses y aviones, dormir en millones de camas diferentes, compartir habitación con 5 personas o más, y repetir el mismo discurso mil veces sobre quien eres y de dónde vienes, así que toma días para hacer absolutamente nada, incluso para estar sola… ¡Todo puede pasar y todo es posible de superar… después te sentirás casi invencible!
Así que ¡solo hazlo!… Anda una ciudad donde no entiendas una palabra del idioma en que hablan y aprenderás a comunicarte en señas y sonrisas, se curiosa y entra a todas las iglesias, recorre todas las plazas y sube a todos los miradores porque ninguno será igual al otro, viaja a lugares que con suerte primero miraste en Google antes de comprar el pasaje, piérdete sin miedo, anda siempre alerta para no perderte de algo, déjate sorprender, memoriza todo lo que más puedas para que luego ese recuerdo te lleve ahí nuevamente, despierta temprano para que lo único que tengas que hacer sea caminar, caminar y caminar, buscar un lugar donde ver el atardecer, averiguar cómo llegar a la siguiente ciudad y pensar en qué te espera al bajar del próximo bus, tren o avión, pierde la noción del tiempo, siente que todos los días son sábado, haz de tu hogar el lugar donde estés, acóplate en el camino a otros que anden en la misma que tú y encuentra amigos para el resto de la vida, enamórate por unos días, recorre con humildad, ¡APPERRA!… Estando lejos, prácticamente sola, con tu mochila en la espalda y un celular recolectando momentos, no te hará falta nada más.
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