Por: Marianne
He sido amante de la lectura desde los 8 años pero no fue sino hasta los 19 años que descubrí a una de las que considero una gran escritora que, aún en este tiempo, la catalogan entre los clásicos de la literatura inglesa, me refiero a la escritora Jane Austen. Hablar de ella es inevitablemente mudarnos mentalmente a la época de la regencia, donde existían muchas barreras sociales y solían darse los matrimonios por conveniencia, pero ella, pese a la atmósfera en que se desarrolló, logró crear su mayor obra: Orgullo y Prejuicio, fue ahí casi 200 años que encontré esta literatura más que todo dirigida al público femenino donde el gran personaje Mr. Darcy representa el hombre ideal, caballeroso que todas deseamos. Es de esos personajes que uno siempre ama y tiene como amor platónico, por lo que me dio base a buscar más literatura de ella, ver las diversas puestas en escena en cine y televisión y dejarme soñar a través de sus páginas.
No fue hasta el 2016 que pude tener la gran bendición de poder ir por fin a Inglaterra, he de confesar que llegué con una alta expectativa y vaya que fue rebasada para bien, pues Londres es realmente maravilloso, hice varias de las visitas que incluso Alan recomienda en sus atinados videos. Las personas con las que interactué fueron realmente amables y es de ese tipo de lugares que se debe volver porque al caminar en sus calles se respira historia, cultura y modernidad al mismo tiempo.
Sin embargo, mi objetivo era llegar a visitar un lugar lo más cercano posible a mi escritora, por lo que partí con mis compañeros de aventura hacia Bath, que queda al menos a 3 horas del centro de Londres.
En cuanto llegamos fue como adentrarme en las miles de películas y series que había visto años atrás, aquellos con hermosos parajes de belleza natural, aquellas planicies que parecían salidas de una pintura, edificios que ella tanto retrataba, era como si yo pudiera ser parte de una pagina de sus libros y poder ver lo que ella vio y visualizó a través de sus líneas, fue hermoso ver donde vivió durante algunos años y aún mas poder ir al Jane Austen Center, que es un estilo de museo dedicado a ella.
Entrar en él es dejarse envolver en aquellos quienes también así como yo podían comprender el por qué estaba yo ahí, fue muy grato ir con mi compañera de viaje, pues ella y yo disfrutamos casi que de manera paralela el descubrimiento de sus libros; no hubiera deseado tener mejor compañía que otra seguidora de tan admirable escritora.
En el Jane Austen Center tienen el árbol genealógico de ella así como un documental muy agradable de ver que mezcla la realidad y la fantasía. Pero sin duda la mejor parte fue la posibilidad de vestirse como la regencia, jamás había encontrado tanta felicidad en un solo lugar, era como si las largas horas de viaje se esfumaran y ver coronado un sueño que empezó con la sencilla frase con que inicia su libro Orgullo y Prejuicio… “Es una verdad universalmente conocida…”
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