La zona arqueológica de Machu Picchu es una de las joyas del Imperio Inca y uno de los sitios más famosos y visitados de Perú, la cual tuvo que “cerrar sus puertas” en marzo pasado por la emergencia sanitaria mundial del Covid-19.
Ocho meses después y en espera de que las condiciones sean aprobadas por las autoridades locales (en julio desistieron abrir por un aumento de casos de coronavirus en la zona), se espera que en noviembre pueda recibir nuevamente turistas.
“Aún no hay una fecha exacta, estamos reuniéndonos con los ministros y la próxima semana habrá un lanzamiento importante del sector turismo que anunciará la reanudación de actividades turísticas con destinos seguros”, indicó el ministro de Cultura, Alejandro Neyra.
De acuerdo con el funcionario, se implementarán protocolos de bioseguridad y se reducirán los aforos en algunos sitios turísticos en al menos 50% para garantizar la seguridad de los visitantes.
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Según los nuevos protocolos, solo podrán ingresar 675 turistas por día a la ciudadela y deberán entrar en grupos de ocho visitantes con un guía, manteniendo una distancia de 1,5 a 2 metros entre cada persona.
Antes de la pandemia, ingresaban a la ciudadela entre 2 mil y 3 mil personas por día, y en temporada alta, hasta 5 mil. En marzo, en el último día de visita, ingresaron 2 mil 500 personas.
Antes de la pandemia, las autoridades peruanas comenzaron con planes para limitar el acceso de visitantes para evitar el deterioro del sitio arqueológico, designado como Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1983.
Perú mantuvo cerradas sus fronteras hasta el 5 de octubre, lo que provocó el colapso del turismo particularmente en la ciudad del Cusco, antigua capital del imperio inca y ubicada a 72 km de la famosa ciudadela, donde unas 100 mil personas viven de esa actividad.