Por: Fernanda Caballero
¡Hola Viajeros!
Tenía ya un buen rato sin escribirles por aquí.
No sé ustedes, pero para mí el 2016 ha sido un año algo duro. Sigo sin creerme en qué momento ya estamos en diciembre, a punto de darle la bienvenida al próximo. Estos 12 meses se me fueron en un abrir y cerrar de ojos, y ahora que estoy empezando a cerrar todos los pendientes, no me quería quedar sin contarles algo.
A lo largo de este año, me di cuenta que NUNCA termina el aprendizaje en este gran recorrido de la vida. Cuando pensamos que ya superamos algo, que ya nos la sabemos, que ya medio que agarramos la onda… ¡Pum! Otra revolcada de ola.
Me quedó mas claro que nunca, que todo en la vida es para aprender, que estamos hechos de experiencias y memorias, que presente solo hay uno y sin él no hay futuro, que no sirve de nada preocuparse, que los viajes son para siempre, que el dinero que ganes no te sirve de nada si no lo gozas, que los abrazos nunca sobran, que las palabras de aliento tampoco, que tener ratos de calma es tan necesario como tener aventuras y ratos de locura, que a esta vida venimos a sonreír, amar, disfrutar y dejar ir, que el cambio SIEMPRE es bueno, que atreverse es mejor que vivir con miedo, que dudar no tiene nada de malo, cuestionar y echarse para atrás, tampoco. Que tenemos muchos días para volver a intentar, pero no suficiente tiempo para quedarse con las ganas.
Viajeros, tengo mucho que compartirles y no sé cómo, pero esto que les escribo aquí es un pequeño resumen de lo más cierto que encuentro hoy en mi camino. Los invito a seguir viajando, seguir explorando, buscando, cuestionando, sintiendo y amando. Espero tengan un excelente cierre de año, busquen con una sonrisa al sol y la aventura en sus primeros días del siguiente, y se coman la vida a mordidas.
Que vida solo hay una, y se requiere vivirla.
Nos leemos el próximo año, ¡felices fiestas a todos!
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