Tú x el Mundo

¡Buen Camino! ¡Ultreia!

Por: Patricia Pérez  

Es cierto lo que dicen que los viajes se viven 3 veces, cuando se preparan, cuando se viven y cuando se recuerdan, y no siempre los 3 momentos coinciden después en nuestra memoria. Hasta los lugares que uno puede pensar “no vuelvo más”, con el tiempo el recuerdo los suaviza, y hasta se puede pensar y ¿por qué no volver ?

Después de mi año sabático (2018) por algunas partes del mundo (el mundo es muy grande para decir que lo recorrí, aunque fueron 34 países, 68 ciudades y algunas otras sin pernoctar, en 353 días), era el momento de pensar en mi próximo destino. Ya era el 2019, y yo que adoro caminar, y amo España, decidí hacer el Camino de Santiago.

Mi cadera derecha no estaba en buena condición, cuando volví de mi viaje al que denominé “Largo”, y fui a la consulta médica, comprobaron que había una artrosis avanzada. Hice estudios, consulté varios especialistas y salvo calmantes o someterme a una cirugía, no había mucho más. Pero como siempre, se necesita más que eso para detenerme, igual me decidí a hacerlo.

 El plan era hacer el Camino Francés, en más o menos 1 mes y después por 2 meses más recorrer la costa Norte de España, bajar a Baleares y volver por Barcelona, que terminó siendo cambiada por Hamburgo, y terminar nuevamente en el comienzo del periplo, mi querida Madrid. Proyectaba como primera instancia hacer aproximadamente 20 km por día, que dependería del estado de mi cadera. La artrosis en la cadera estaba, y si bien me permitía caminar, me hacía renguear y eso causaba que me cansara más o incluso que sintiera las piernas más pesadas, y como si tuviera un limitador de velocidad!! Pero mi preocupación mayor fue cuando la reumatóloga me dio un diagnóstico de “necrosis de cabeza de fémur”, porque no sabía realmente si eso podía hacer que en mi caminata de 790 km en algún momento me quedara sin cadera. Un especialista en caderas me tranquilizó, diciéndome que él no veía tal necrosis, y la verdad, aunque estuviera y el peligro siguiera latente, ya mi nivel de preocupación desapareció, o sea, por lo menos me lo creí.

Si bien he estado en distintos tipos de alojamientos, como cuartos en casas de familia, hostels, aunque en habitación privada, hoteles cápsulas, hoteles y hostales, iba a ser mi primera experiencia en albergues donde todos dormiríamos juntos. 

Pensé que con 60 años solamente me iba a encontrar con gente joven en el Camino, grande fue mi sorpresa cuando el promedio de edad era elevado, y además yo iba sola, como muchos, pero muchos de los que estaban en el Camino. 

Después de 2 días en Madrid para comprar los bastones y la sábana (tipo bolsa de dormir pero finita) en Decathlon, me dirigí a Roncesvalles vía Pamplona. Roncesvalles no me recibió con muy buen tiempo, igual estaba preparada con mi capa de lluvia y mis botas de trekking a prueba de agua. Mi primera noche en Roncesvalles y debut en un albergue estuvo bien. La Colegiata fue un buen comienzo, es un edificio antiguo pero el interior del nuevo albergue está muy bien, tiene 183 camas con un lay out de 4 camas por cubículo, aunque todas comparten el mismo pabellón. Tiene locker por cada cama, y si bien alguien roncaba terriblemente, aún a pesar de usar tapones se escuchaba, el comienzo de la experiencia fue genial, aún el uso del baño estuvo muy bien. Temprano el 20 de junio del 2019 comenzaba la aventura de los 790 km hacia Compostela, llovía, y después de desayunar, con capa y botas empezó la caminata, aunque a media mañana ya no llovía más y hacía bastante calor. Así pasó otro albergue, el de Zubiri. Es bastante sencillo alojarse, se llega al pueblo y consultando la aplicación (Viva Camino y alguna otra) para ver cual es el más barato o ver qué facilidades ofrece, desayuno, lavarropas, etc, se elige y ya está. Luego la hermosa ducha y a recorrer el lugar, para acostarse temprano y empezar de nuevo al día siguiente. 

La segunda etapa Zubiri-Pamplona me dejaría por 2 noches en esta ciudad, ya que planifiqué quedarme 2 noches en aquellas ciudades que tienen algo más para ofrecer y visitar. Pamplona muy linda, su catedral, sus calles, merece visitarla. Me volví a encontrar con un holandés que viajaba con la novia y el hijo de ella, y que me decía “hola argentina” en español! La experiencia hasta ahora venía muy bien, y mi cadera podía hacerlo, cargada con la mochila de casi 7 kg, pero que al ser técnica repartía muy bien el peso, esa fue una buena elección. 

Así fueron pasando etapas, ya iba 11 etapas. Parecía mentira, cuando ayer nomás estaba planeándolo. En general las etapas están más o menos definidas, ya que por supuesto la ruta jacobea es hecha por millones, pero una las ajusta de acuerdo a cuando se quiere estar en alguno de los pueblos, o cuan cansada una se encuentre. Mi cadera aguanta, hace mucho calor y las botas son molestas, y me hicieron una ampolla, que por suerte pinché a tiempo, ahora usando las zapatillas de trekking es mucho más confortable. Se suceden trigales dorados, campos verdes, hermosos puentes, pueblo pequeños, albergues de distinto tipo, pero el alma del peregrino vive en el Camino. 

Una se cruza con mucha gente, aunque por momentos se va caminando sola, sola entre medio de esos campos enormes. A la mañana pienso “ahora a caminar” y cuando me quiero acordar ya llegué al próximo pueblo. A veces cuando falta poco parece que se hace eterno, pero me aliento y pienso “ya falta poco”, “a ver son 2 km, más o menos la distancia hasta la calle Corrientes desde mi casa”, y eso ayuda, pero es llegar al albergue, darse una ducha y sentir que la caminata del día no sucedió, los 25 a 30 km caminados ya son historia, y lo único que se piensa es en la etapa siguiente. Ya ni siquiera en llegar, sino en seguir en el Camino. 

Con Sarria termina la etapa 26. Me crucé con gente interesante, una francesa con fibromialgia que descubrió que caminando no le duele, por lo menos se puede mover, y les digo, caminaba más rápido que yo. Se defendía en inglés champurreado (en Argentina sería algo así como hablado con dificultad, aunque mejor que mi francés), pero igual de alguna forma nos entendíamos. A veces la veía un día, otro no, otro coincidíamos en un albergue, sin que nos lo hubiéramos propuesto. Una alemana de casi 70 años que venía caminando desde Colonia, Alemania, cuando terminara el camino habría hecho como 2000 km !!!!! Un hospitalero que había hecho 44 veces el camino, solo, con su hijo, caminando, en bici, y ahora iba de albergue en albergue ocupándose de dar alojamiento y preparar la cena y el desayuno. En ese albergue éramos 6, 2 japoneses, 1 rumano, 2 alemanes y yo de Argentina, y como el hospitalero no hablaba inglés yo hacía de traductora, dormimos en el piso pero fue cómodo, o debe ser que uno llega cansada y duerme en cualquier lado. 

Antes de entrar en Galicia, coincidí en un albergue con una italiana y con un brasileño que hablaba muy bien español, y aunque la amiga italiana no hablaba español, nos entendíamos igual. Tomamos una cervezas juntos y salimos temprano los 3 para encarar la subida de O Cebreiro, que es bastante dificultosa, después del desayuno y de caminar juntos unos kilómetros durante la madrugada, aún oscura, nos separamos y yo seguí a mi ritmo, pero 2 días después me encontré con mi amiga tomando un café y cuando llegué a Compostela me la encontré en la plaza. 

La parte de Galicia no es igual que el resto, si bien el paisaje es muy lindo, verde con arboledas, con subidas y bajadas, hay más “turistas”, gente que despacha sus mochilas y va caminando liviana hasta la próxima parada, esta zona pareciera perder un poco el espíritu del Camino. Después de 30 etapas, inicialmente había planificado 34, llegué a Santiago de Compostela, y con tanta suerte, porque en realidad no lo planee, llegué justo en el día del Santo, en realidad el día anterior porque el día es el 25 de julio, pero esa noche había fuegos artificiales en la plaza de Obradoiro, para empezar el 25 así, lucky me !!!! Una semana antes del viaje, casi no sabía si iba a poder hacer el camino, la reumatóloga por poco quería que usara muletas por mi artrosis de cadera o por algo peor en realidad, esa posible necrosis de cabeza de fémur, que por suerte no fue tal según otros 2 especialistas. Mi miedo era que eso pudiera hacer colapsar la cabeza del fémur (que fue más o menos lo que dijo la reumatóloga) y ¡¡me quedara sin cadera caminando!! Pero así como le dije a la reumatóloga “me rehúso a usar muletas” me dije (ante un diagnóstico más tranquilizador) “pues bien, si en el futuro tengo que ir a un reemplazo de cadera (lo cual ya sucedió en este 2021), no será porque no la usé” así que ahí estaba, y ¡por suerte seguía todo en su lugar! Así que en el Monte do Gozo cuando a lo lejos se ve la Catedral de Santiago, sí me emocioné.

Fue una hermosa experiencia, linda gente conocida, buena vibra, mi cadera todavía ahí.

Pasaron los días, buen clima, aunque mucho calor, solo lluvia el primer día y alguna llovizna algún otro, pero por suerte todo bien para caminar. La ola de calor afectó justo a España, pero gracias al agua de acequias y bebederos, con pañuelo húmedo en la cabeza y líquido en las paradas se pudo hacer, fui a buscar el equipaje que había despachado desde Roncesvalles a Santiago y que me guardaron hasta que llegara, solo una valija pequeña, pero con ropa de verano y ahora para playa en algunos puntos, lo hice, llegué, yo me lo había propuesto y siempre trabajo en pos de mi objetivo y pude cumplirlo. 

Ahora a seguir, ya en bus, o tren o algún transporte, por el norte de España. Yo misma me pregunto, “lo haría de nuevo”, no lo sé, capaz que sí. Después del Camino, siguió el Norte de España, creo que sería una buena forma el hacer el Camino del Norte para conocer por ejemplo los pueblos de Asturias, que pude conocer, pero usando el autobús. Son lindas las playas del norte. Después de Santander volé al sur, a las Islas Baleares, y me quedé en Palma de Mallorca. Volví a tierra continentales hacia Hamburgo, e hice una escapada a Bremen. Y finalmente, para ya casi regresar a Buenos Aires, Zaragoza, Salamanca y la bien amada Madrid. 

El viajar siempre nos deja ese sabor dulce de la experiencia vivida, y mientras el físico y la cabeza me dé (y algo de dinero por supuesto) voy a seguir haciéndolo, así que por eso y mucho más ¡¡¡¡¡BUEN CAMINO !!!!!