Autor: Erik Himmelstine
Me llamo Erik Himmelstine, a pesar de mi apellido no soy rico como muchos judíos que escaparon de Alemania como mi bisabuelo. Tengo 21 años y me quería regalar la fiesta de 21 más grande de la “historia”. Dadas mis posibilidades, no era sencillo ya qué como la cultura de cualquier mexicano es complicado ahorrar y no “vivir” de forma lujosa.
20 días antes de mi cumpleaños número 21 una amiga me invitó a Egipto y me dije a mi mismo que sería imposible y le pregunté: -¿cuánto cuesta? y ella respondió 1850 dólares lo que incluía 15 días sin avión. Mis ojos se iluminaron, al pensar que era una cantidad súper accesible. Me dijo que tenía que pagar 1200 la siguiente semana para poder apartar mi lugar por lo cual me moví por mar y tierra, pedí prestado, saqué tarjetas de crédito y demás y ese dinero estuvo ahí, el último día que tenía para entregarlo, un boleto de avión conseguido con mi tío el cual es piloto aviador y otros en oferta justo las fechas que tenía el dinero para comprarlo.
Para ser la primera vez que salía del país y que me subía al avión no estaba nervioso, inclusive al no saber los idiomas de los países que visité antes de llegar a El Cairo, como Francia e Italia. Dentro del último vuelo y después de adversidades en el Aeropuerto de París y de Roma, me sentí de nuevo en México, sólo que hablaban árabe.
Llegar a Egipto es increíble, bien dice mi amiga (Ángeles Ezcurra) que quien va a Egipto es porque ya estuvo ahí una vez. No sólo fui de viaje, fui a un taller que ella da cada dos años, no sólo a aprender el trasfondo cultural; dado que soy politólogo en formación, no a ver la adversidad y los estragos de dos revoluciones, fue reconexión conmigo mismo, fue valorar mi hogar, fue crear nuevos amigos de diferentes partes del mundo, fue sentir paz algunos días, amor, inmensidad, no quisieras salir nunca de los barcos del Río Nilo, ni dejar de admirar los templos en medio de islas, ni la grandeza de Abu Simbel en lo alto de una montaña y por su puesto jamás vas a poder dejar de admirar la belleza de la Esfinge ni la omnipotencia de la Gran pirámide de Giza.
El día de hoy he abierto una agencia de viajes en mi ciudad natal y cada que tengo oportunidad de salir a un nuevo pueblo o una nueva ciudad, me lo permito, porque de que me serviría una casa enorme o un gran carro de lujo, sino enriquezco mi vida día con día y que mejor que con viajes.
Mi cumpleaños 22 será en la India y seguramente volveré a escribir para este blog. Alan no te conozco y solo leí tu nota “No soy millonario” poca gente te entendemos, mucha tiene miedo y nadie se enriquece como cuando viajas y conectas tu ser con cada lugar.