A mediados de noviembre fui a Guadalajara y, a pesar de que mi objetivo principal era experimentar su semana del arte, quedé maravillada de lo tanto que disfruté de estar en tierras tapatías.
Como parte de la agenda de la feria Estación Material, visitamos los estudios de los reconocidos artistas locales Jorge Méndez Blake, Eduardo Sarabia y José Dávila y nos invitaron a una cena en el estudio de Gabriel Rico por la Galería OMR. Para mí, estos encuentros son vitales en el mundo del arte porque te llevan a conocer o replantearte paradigmas y te demuestran que el aprendizaje y el cambio son “algo” que ocurre día tras día.
También tuvimos la oportunidad de ir al espacio de Proyecto Caimán que se dedica al arte contemporáneo y de conocer la Colección Alma Colectiva de los grandes empresarios de Zapaterías “CANADÁ”, Aurelio López Rocha y ‘Pepis’ Martínez. Guadalajara es una ciudad que año con año me sorprende porque los proyectos dedicados a la promoción artística desde lo más clásico hasta lo contemporáneo nunca paran.
La verdad es que comí riquísimo, disfruté mucho de la gente y de mi estancia gracias a que tenía un lugar de descanso maravilloso. Me hospedé en el Grand Fiesta Americana Country Club de Guadalajara en el midtown donde me trataron como reina.
Los cuartos están recién remodelados, las amenidades son de primera, los desayunos de room service son geniales y llegan a tu cuarto con un florerito con una flor nueva cada día. Este tipo de detallitos y la atención de calidad son los que hacen toda la diferencia cuando te hospedas en un hotel cuando estás trabajando.
En mi caso, asistir a una feria es igual a estar todo el tiempo en eventos; estar de pie más de 9 horas o cruzar la ciudad de un lado a otro para tener reuniones…. Termino agotada y sin duda fue un alivio saber que al final del día me esperaba una cama en la que podía descansar al cien y con un trato inigualable. Todas las veces que vuelva a GDL, me voy a hospedar en el mismo sitio.
Sí, la capital tapatía es sorprendente por muchas cosas, desde su comida, su música o folklor, pero para mí este viaje fue extraordinario debido a estos highlights:
Museo Cabañas
Este tesoro es una visita obligada si vas a Guadalajara. El Museo Cabañas no sólo es monumental en cuanto a su arquitectura, sino también por la calidad de exposiciones que tiene, planeadas desde la perspectiva del brillante curador Víctor Palacios. A eso, súmenle pasear por los 57 frescos de la Capilla Mayor hechos por el muralista José Clemente Orozco entre 1937 y 1939. Es muy conmovedor estar sentada en ese espacio, ver hacia arriba y perderte en estas obras… El impacto que te deja el museo es instantáneo.
Esta joya está protegida por la UNESCO desde 1997 debido a su importancia histórica y cultural y te explico por qué: la sede del museo solía ser el Hospicio Cabañas y sus orígenes remontan a 1796, cuando el obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo pidió a Manuel Tolsá que diseñara un edificio que funcionara como albergue.
Tolsá pidió a su alumno José Gutiérrez que se hiciera cargo del proyecto arquitectónico y como resultado, el estilo neoclásico fue protagonista. Desde que abrió sus puertas en 1810 hasta hoy, el sitio ha sido testigo de los eventos sociales y políticos más importantes del país. ¿Se imaginan todas las historias que nos podría contar este lugar de 212 años de edad?
En 1937 el Gobierno de Jalisco invitó a José Clemente Orozco a pintar el interior de la Capilla Mayor, ya que además de ser uno de los artistas más importantes de aquellos años a nivel nacional (se codeaba con Diego Rivera, Siqueiros y otrxs artistas talentosxs), era jalisciense. Te juro que después de ver el mural “El hombre en llamas” y los otros 56 en vivo, vas a sentir por qué el muralismo fue tan importante en la vida artística de México.
Sin duda alguna, visitar el Museo Cabañas es una actividad que estimulará todos tus sentidos.
La fábrica Cerámica Suro
Uno de los oficios que más me intrigan es el de la cerámica. La paciencia y maestría que se debe de tener para crear piezas con un material igual de frágil que increíble es de admiración total y en Guadalajara está uno de mis lugares de cerámica favoritos: la fábrica de Cerámica Suro.
A pesar de que se originó en Tlaquepaque en 1951 (a unos 20 min de la capital de Jalisco) fue hasta los años noventa que Luis Miguel y José Noé Suro comenzaron a trabajar con artistas visuales para producir piezas que siguieran las técnicas tradicionales de la cerámica pero que también incluyeran otros oficios.
Hoy en día, las obras que salen de sus hornos tienen materiales tan diversos como bronce, aluminio, fibra de vidrio, vidrio soplado, madera o acero (aunque seguramente habrá otros) y tienen como destino la cocina de un hogar, un espacio en un museo de cualquier lugar del mundo o también, sumarse a la colección que la misma fábrica ha ido creando a lo largo de estos años dedicada al arte contemporáneo.
Si tienes la oportunidad de visitarla, en serio no la pierdas, te vas a divertir muchísimo explorando todas las formas en las que puede existir este oficio.
Las Casas de Barragán
Y para cerrar con broche de oro para re-confirmar que Jalisco es cuna de íconos de la creatividad mexicana: ¿sabías que hay una ruta para conocer las casas del arquitecto Luis Barragán? Seguro es de ensueño para lxs apasionadxs de la arquitectura.
Luis Barragán es famoso en el mundo entero por su estilo arquitectónico basado en las influencias tanto de su natal Mazamitla, como las moriscas, mediterráneas y europeas, como del escritor, artista y paisajista francés Ferdinand Bac, que lo inspiró desde inicios de su carrera.
Entre 1920 y 1930, en el país empezó a sonar un estilo arquitectónico hecho en México, el de la “Escuela Tapatía” que fue encabezado por Barragán y otros arquitectos de Guadalajara.
A mí no me ha dado la vida cuando estoy en Guadalajara para poder hacer el tour, pero tengo muchas ganas de recorrer la ciudad con expertos que me cuenten cómo fue que Barragán dejó un legado que es reconocido a nivel mundial.
Lo que sí he visto o visitado es la Casa Estudio de José Clemente Orozco, el maravilloso “Parque Rojo” y la Casa Franco (una de las sedes de la galería Travesía Cuatro), todas ellas diseñadas o creadas con la colaboración de Barragán.
Ya sea en tour grupal o a tu gusto, te invito a hacerte tiempo cuando estés en Guadalajara y te maravilles con la genialidad de Barragán.
Estas tierras tapatías no dejan de sorprenderme, cada vez que conozco más me doy cuenta de que en esta ciudad es sinónimo de calidad desde la gastronomía, los artistas, la arquitectura, los talleres artesanales, el tequila, el legado histórico, monumentos importantes, hasta la buena hotelería, centro de negocios y de temáticas de la nueva era contemporánea.
Karen Huber,
Galerista y promotora cultural
@karenhuber_
Fotografías cortesía de Karen Huber e internet
