Autor: Oscar Castaño
@oscarivanca
Mi nombre es Oscar Castaño, tengo 23 años, soy abogado y quiero compartir con todos ustedes las mejores experiencias de mis últimas vacaciones, que a su vez fueron un reto personal en mi vida, dado que sería la primera vez que viajaría sólo. El destino: “New York City”.
Diciembre y enero de 2013 – 2014 uno de los inviernos más fuertes en los últimos 50 años en los Estados Unidos, pero esto no fue impedimento para disfrutar de las mejores vacaciones, hasta el momento, en mi vida. NYC es un lugar mágico y reúne todo aquello con que se sueña, se ha visto en el cine o te han contado. Fue un viaje de 17 días, con una serie de lugares mágicos predeterminados por el tiempo y por la temperatura, Manhattan es una ciudad que te ofrece todo en un sólo lugar, parques, museos, restaurantes, espectáculos, comercio e historia, por eso la elegí como un destino clave para mi primer viaje en solitario.
El título de mi historia es “Sol de Invierno en Manhattan” porque el 26 de diciembre de 2013 hicieron unos increíbles 17 grados centígrados, ese día la ciudad estaba “tan visitada” que era obligatorio programar actividades desde muy temprano y aproveché para hacer el “Experience the Ride” en la mañana, que de hecho lo súper recomiendo, porque es un espectáculo teatral de nivel Broadway, por las calles de la ciudad, se canta, baila y hasta se celebra el año nuevo, es inolvidable. Más adelante teniendo en cuenta las interminables líneas de algunos lugares, el plan fue Central Park, visitando su zoológico en miniatura, un lugar dedicado a los más pequeños, pero que como adulto se puede disfrutar de la mejor manera, el recorrido es corto y vale la pena conocerlo. De ahí puedes empezar a pensar en el almuerzo, tomando la Quinta avenida desde la 59th hacia abajo, encontrarás, además de tiendas perfectas, muchos restaurantes y foodtrucks, ese día comí en uno delicioso ubicado en 53th con Sexta avenida, llamado “The Halal Guys”, son un fenómeno en la ciudad, porque consigues por 6 dólares buenos vegetales, pollo, cordero, arroz y salsas deliciosas, con ese toque árabe inconfundible, y fueron la comida perfecta para disfrutar al aire libre, sentado en la acera, acompañado de una buena soda.
Tomando la tarde, llegué al lugar donde todas las culturas se pasean por sus calles, donde todos son felices, donde el tiempo se detiene ante ti, para que le dediques un buen rato sonriendo y preguntándote ¿puedo quedarme a vivir aquí? Y obviamente es Times Square la respuesta a tan reiterada pregunta. Un lugar para mirar y admirar. Sus tiendas te sacan el niño que hay en tu interior y es imposible no sonreír a las cámaras que proyectan tu timidez en pantallas enormes; también puedes tomarte fotos con tus superhéroes favoritos, aunque con algo de sobrepeso jajaja, pero donde todo es alegría. Desde jugueterías enormes, pasando por confiterías, teatros y tiendas de zapatos, es un lugar para disfrutar, capturar cada detalle y sobretodo, es allí donde te entregan el boleto imaginario para regresar una próxima vez a NYC.
Cerré mi día de la mejor manera, tomé el subway hasta la estación Brooklyn Bridge – City Hall, y ahí estuve por una hora caminando por encima del enorme Hudson, sobre 131 años de historia. El imponente puente de Brooklyn inspira todos los buenos sentimientos, y ese atardecer me recordó que la felicidad está escondida en nosotros mismos, y por eso debemos buscar en cada acto que realicemos la forma de sacarla a flote, porque es nuestro pasaporte al futuro. Gracias por tomar el tiempo de leer mi relato; soy un creyente absoluto que el mayor placer de la vida se encuentra en viajar y conocer nuevas culturas, y Alanxelmundo ha incentivando muchos de esos nuevos retos. I❤️NY.
