Por: Diana Robles Gallegos
Sí, así como lo leen, algunas iglesias de Londres en el día son templos sagrados para ir a rezar, escuchar misa o entablar conversaciones con Dios, pero de noche en época navideña algunas se convierten en salones de fiesta. Les cuento cómo descubrí este inusual acontecimiento.
Resulta que me fui a estudiar inglés a Londres por algunos meses, al ser una de las ciudades más caras del mundo hay que encontrar la manera de ahorrar dinero y descubrir lugares sin tener que pagar una entrada. Así que un día caminando por Regent Street llegué a una iglesia pequeña, All Soul Langham Place, que está justo enfrente de la BBC, vi que tenía un letrero “clases gratis de inglés”, pensé, ¡perfecto! puedo venir aquí a practicar, a pesar de que eran sólo los viernes, tomé los datos.
Inspeccioné un poco el área por fuera y por dentro; al entrar vi que no tienen ningún tipo de Santo o imágenes religiosas a las que estoy acostumbrada a ver, pues yo soy católica y las iglesias son diferentes y esta era una iglesia anglicana, sólo con las bancas, vitrales y ya, pero eso sí, súper bonita.
Llegado el viernes de clase, me formé en la fila para registrarme y pues hasta ahí todo normal, ya adentro, veo que no hay bancas, sino mesas cuadradas para 10 personas cada una alrededor de todo el recinto, lo cual me pareció normal por la dinámica, pero lo que me pareció extraño es que en la parte principal había una especie de escenario con instrumentos y toda la cosa; pero le di importancia hasta que una de las anfitrionas tomó el micrófono y dijo que al finalizar la clase habría una fiesta y que ¡¡estábamos todos invitados!!
Resulta que la fiesta era porque ya estábamos cerca de las fiestas decembrinas, y ese día, era el último que darían clase y después se reanudarían en enero del 2020; y pues como buena mexicana que le encanta el guateque, ¡me quedé!. Y no saben, ¡¡la fiesta se puso buenísima!! Había comida por 4 libras, que era pollo, papas y ensalada, también había una especie de ponche, que básicamente es jugo de arándano hervido con especias, ¡súper rico!.
Nunca pensé que podría pasar un rato muy agradable de una manera diferente y en una iglesia, porque yo estoy acostumbrada a ver las iglesias como recintos de culto y de respeto, no en la fiesta total. El escenario era porque una de las anfitrionas cantó música navideña.
Después de varias canciones que sirvieron para introducirnos a la verdadera fiesta, vino la música de baile y ya fue cuando todos dejamos nuestros asientos y nos pusimos a bailar.
Aunque la fiesta duró poco, pues a las 10 de la noche a todos nos dijeron, gracias por venir, pero esto se acabó, creo que es una de las experiencias más memorables que pude tener y quiero decirles que si en algún momento tienen la oportunidad de ir a una fiesta en la iglesia no lo duden, porque en verdad van a pasar un rato increíble, memorable y divertido.