Autor: Oliver Olivella Mendoza
El mundo es una de esas cajas que debes abrir y ver que sorpresas trae para ti. Cada rincón del mundo tiene algo único y sin igual que debe ser descubierto.
Desde pequeño fui una persona soñadora, de esas personas que soñaban con subir a un avión, visitar grandes ciudades, conocer la nieve, etc. En el 2005 a la edad de 11 años, tuve la oportunidad de cumplir ese primer sueño, subir al gran “pájaro mecánico”, un avión que me llevaría al maravilloso país del Perú, Era mi primera vez en el extranjero y me deje atrapar por la cultura y platos típicos de Lima. Estar por primera vez fuera de mi país me hizo entender la diversidad si existía y vivíamos en un mundo lleno de sorpresas, por eso mi madre y yo planeamos descubrir juntos esas sorpresas que nos tendría el mundo.
Perú es un país mágico, su cultura Inca aun persiste, es un país misterioso y llamativo por eso 7 años después de mi primera visita y con 17 años decidí volver para iniciar oficialmente mi recorrido por el mundo. Aplaudo la arquitectura, cultura y cocina de este país.
Por cosas del destino tuve la oportunidad de ir ese mismo año a Venezuela, no estaba convencido de ir, pero me siento feliz de haber visitado y recorrido este país, Venezuela tiene los paisajes más bellos que he visto. Viajar en Venezuela por tierra es una experiencia única, cada lugar nos regalo una fotografía bella y única, Maracaibo, Caracas, Puerto Ordaz y Mérida me dejaron anonadado.
El 2013 fue el gran año, llegó el momento de tomar un avión y viajar durante 7 horas para llegar a uno de los países que siempre quise conocer, Chile. Llegué de madrugada, todo estaba oscuro, tenia expectativas por conocer la ciudad de Santiago, al salir el sol, abrí la ventana y no lo podía creer, mis ojos estaban observando Los Andes cubierto de nieve, tenia uno de mis grandes sueños tan cerca pero tan lejos. Disfrutñe día a día Chile, una ciudad bastante moderna y bella, tanto ame los primeros días en Santiago que no podíamos perder la oportunidad de seguir conociendo Chile, así que nos escapamos a Viña del Mar y Valparaíso, era como ver otra lado de Chile, Estas ciudades eran muy diferente a Santiago pero igual de llamativas. Si estábamos en Chile, ¿por qué no tomar un bus y visitar el vecino paísArgentina? Así es, lo hicimos, lo único que necesitábamos eran las ganas. Tomamos un bus que nos llevaría hacia Mendoza – Argentina, para tener un contacto directo con esas plazas románticas donde se disfruta del tango con un buen vino o asado. A mitad de recorrido el bus hace una parada en la frontera y al bajarme quede en shock, mi gran sueño se hizo realidad en el momento que menos pensé, estaba rodeado de nieve, mucha nieve, demasiada nieve, podía ser un sueño, ¿en qué momento había pasado eso?. Cuando menos lo esperas tú sueño se puede hacer realidad.
Perú, Venezuela, Chile y Argentina han sido el inicio de este gran sueño, no se necesita ser rico para decir ¡quiero conocer el mundo! sólo necesitas tener disposición y ganas; ten por seguro que después que salgas de tu casa encontrarás miles de sorpresas y oportunidades que te harán disfrutar de un viaje que te permitira crecer cultural y espiritualmente. Hoy puedo decir que mi casa queda en Colombia, pero mi hogar es el mundo, por lo tanto debo conocer mi mundo, un mundo que Dios nos dio para contemplar.