Por: Erix Valencia de Haro
Hola viajeros, mi esposa Dalia y yo les queremos compartir la maravillosa experiencia de viajar con tu bebé a Machu Picchu y muchos otros lugares en Perú y Bolivia, muchos piensan que el tener bebé te limita mucho, que ya no podrás viajar y no es verdad.
Cuando iniciamos los preparativos del viaje mucha gente nos cuestionaba si la bebé era capaz de aguantar un viaje a grandes altitudes sin las “comodidades” de otro tipo de sitios a los que habitualmente viajan las familias con bebé.
Con todo y eso salimos llenos de emoción rumbo a Perú apoyados con una mochila ergonómica para poder llevar más fácilmente a nuestra bebé, fueron varios los lugares que visitamos antes de llegar a nuestra meta, Arequipa, valle del Colca, Chivay, el lago Titicaca y sus atracciones, todos ellos ubicados a gran altura.
Fue grata nuestra sorpresa al ver lo rápido y bien que se adaptó Emma a la altura (más rápido que nosotros) ella corría igual que en casa y no sufrió del soroche (mal de altura) en ningún momento, disfrutamos el ver al “condooo”(cóndor de los Andes), como dice Emma, en su hábitat natural, recorrer la isla del Sol y la luna en el lado boliviano del lago Titicaca, y ver el atardecer en la isla de los uros, ya en el lado peruano.
Llegó el día y por fin llegamos a visitar esta gran maravilla, estuvimos 7 horas recorriendo las ruinas, tomando fotos, creo que Emma fue la única bebé que entró ese día, de hecho no vimos algún otro en casi todo el viaje.
Durante el viaje nos preguntaron si era difícil viajar con la bebé; es cansado ya que tienes que estar al pendiente de más cosas como pañales, sus comidas, ropa, etc, pero la experiencia de disfrutar con tu familia lugares tan hermosos realmente hace que valga la pena. Además tiene sus ventajas.
No haces fila en aeropuertos (al documentar y al pasar por seguridad) abordas primero que todos, en los vuelos, sin pagar extra, te ahorras fila en migraciones, en Machu Picchu además de no pagar, evitamos la larga fila que se forma en el autobús que te sube/baja a las ruinas.
Si tienen bebés o está en sus planes tener pero sienten que ya tendrán que dejar de viajar, es falso, no se detengan y dénse la oportunidad de viajar en familia, es cansado, sí, pero ¡no es imposible! Y la experiencia es única. No dejan de ser bebés y sí van a llorar, pero si va a llorar en casa, pues también puede llorar en un país lejano ¿no creen?