Por: Beatriz Villanueva Ortegón
Yo soy estudiante de chino mandarín desde hace casi 2 años y se me otorgó una beca para ir a estudiar un verano a Sun Yat Sen University, la cual está en Guanzhou, Guandong, China.
Esperé con ansias, por casi 4 meses, a que llegara el 21 de junio para el comienzo de mi viaje, mi nueva aventura. Era la primera vez que viajaba sin mi familia y no conocía a casi nadie de los otros estudiantes que vivirían esta experiencia conmigo.
Fue un viaje muy largo ¡de casi 30 horas!, se atrasaron nuestros vuelos, casi perdemos uno, corrimos por todo el aeropuerto de Shanghai, pero al final, cerca de las 3:00 am, llegamos a Guangzhou, y casi a las 4:00 am a la universidad, la cual sería nuestra casa las siguientes tres semanas. No dormimos casi nada por la emoción y porque tuvimos el famoso jetlag, cosa que fue toda una desgracia ya que debíamos estar a las 8:00 am de ese mismo día en la inauguración del curso.
En fin, desayunamos, nos dieron la bienvenida y nos dejaron la tarde libre, así que la aprovechamos para conocer la universidad y para ir a una de las calles comerciales más famosas y grandes de Guangzhou: “Beijing lu”
Nuestras clases comenzaron y al principio fue un poco difícil adaptarse a lo rápido que los chinos hablaban, pero poco a poco comenzamos a “agarrarle la onda” y a entender cada vez más los letreros, los nombres de las comidas e incluso las clases, ya que todas se impartían en chino por nuestras maestras chinas (que por cierto eran muy lindas y divertidas)
En China, si eres un extranjero, serás la sensación, tanto que hasta te toman fotos como si de verdad fueras una celebridad, lo que para nosotros al principio fue bastante raro, pero después nos acostumbramos “a la fama” jaja.
También tuvimos nuestra experiencia en el metro de Guangzhou, después de una semana ya se nos hacía súper fácil utilizarlo, parecíamos profesionales cada tarde que salíamos a pasear después de clases.
Visitamos la famosa Torre de Guangzhou de noche, pues tiene una iluminación espectacular; el museo de la ciudad, la casa de la ópera de Guangzhou, el mausoleo de Sun Yat Sen, varios centros comerciales, el famoso parque de las 5 cabras, y hasta tuve la oportunidad de que estilistas chinos me consintieran ¡en un salón de belleza! lo que fue una experiencia muy padre, porque además de que mi cabello quedó como nunca, nos dieron un trato excepcional.
Esta ciudad me dejó completamente enamorada con sus edificios modernos, lo peculiar de sus habitantes, sus bellos parques. Sin duda, espero con ansias el día en el que pueda volver y sentirme como en casa en una ciudad, país y continente completamente diferente a lo que yo estoy acostumbrada.
Los fines de semana que no teníamos clases los aprovechamos para ir a Zhuhai (localizado a 2 horas de Guangzhou), a Hong Kong y, la cuarta semana de nuestra estancia en China, tuvimos la oportunidad de visitar Xi’an y Beijing. Ciudades que me dejaron maravillada, sentí que de verdad había salido del Planeta Tierra y estaba conociendo otro mundo.
A todos aquellos que tienen temor o dudas acerca de ir a China, les digo que es algo que vale completamente la pena. Nunca se van a arrepentir. No vayan con la idea de que comerán solo bichos o cosas asquerosas porque no es verdad, la comida original china es muy rica y muy barata!!! Tampoco importa si sabes o no hablar en chino, la mayoría de las personas están en la mejor disposición de ayudar a los extranjeros y créanme, cuando regresen, no serán las mismas personas después de ésta gran experiencia, y un mes no habrá sido suficiente para disfrutar de este magnífico país y su increíble cultura.
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