Por: Jose Alejandro García Almeraya
Hola Amigos, empezaré afirmando lo siguiente “No se necesita ser millonario para viajar”, tristemente yo tenía esa idea antes de realizar este viaje por Europa, el cual había pospuesto por muchos años, hasta que finalmente “ME DECIDI”, con mi novia como cómplice de esta aventura.
Al ser mi primer viaje quise abarcar mucho, ya saben, el típico, ir a las principales ciudades de Europa. Las ganadoras fueron Madrid, Londres, París, Roma, Florencia y Barcelona, en un lapso de 22 días, lo cual tiene sus desventajas ya que pareciera que siempre vas de prisa y no terminas de apreciar lo hermoso de cada ciudad, pero bueno uno nunca sabe cuándo puede regresar, por eso es que decidí abarcar mucho.
Para este tipo de viaje no contrate ninguna agencia de viajes, ni un tour, ni nada que se le parezca, sino que lo organicé 6 meses antes de irme, lo cual me ayudó mucho en lo económico, ya que por ejemplo, el boleto redondo de Mexico a Madrid me salió a la mitad de precio que de lo que normalmente estaba, después compre por internet los vuelos internos por Europa (baratísimos), y reservé hostales apoyándome de los comentarios de diversos turistas en las páginas y blogs de viajes (obviamente Alan x el mundo “mi gurú viajero”), definí las atracciones y lugares que quería visitar, en algunos casos los reservé con antelación (de mucha ayuda para evitar filas), compré tarjetas turísticas como el London Pass y Paris Museum, estas sólo ayudan si eres súper fan de museos y lugares turísticos, además te ayudan a reducir costos.
Madrid
Verdaderamente una ciudad muy tranquila, muy ordenada y en lo particular una ciudad ideal para vivir, el transporte de la ciudad es genial ayuda a moverte de un lugar a otro sin complicaciones, el metro es excelente, el Museo del Prado fue uno de los mejores lugares que visité. Si eres apasionado del fútbol no puedes perderte el tour del Santiago Bernabéu, la experiencia es por demás agradable; el parque del retiro es imprescindible; de noche debes caminar por la Gran Vía y sentarte a beber una cerveza (caña) en alguno de los lugares de por ahí, y si eres amante del vino y los quesos debes forzosamente visitar el mercado de San Miguel.
Londres
Admito que esta ciudad no estaba en mis planes, pero mi novia me convenció y ahora la amo más por eso. Es una ciudad única, majestuosa, es una mezcla perfecta de una ciudad de siglos y de una modernidad impresionante; el metro es el mejor medio para moverte. Conocí lugares como el Royal Albert Hall, el Museo de Historia Natural, la Abadía, el Puente de la torre de Londres, el Big Ben, el Palacio de Buckhingham y le doy una mención muy especial a la Torre de Londres; me dirán que soy un payaso o que fumo algo, pero de verdad, al entrar a ese lugar es como si viajaras en el tiempo, está tan bien conservado que realmente te sientes parte de eso, y claro, el pensar que lleva más de 1,000 años en pie te impresiona aún más, y no podía ser para menos, si ahí se guardan las joyas de la corona.
Les daré un consejo viajero, ¡nunca tomen un taxi a medio día en Londres! Les contaré mi anécdota. No me podía ir sin conocer a Abbey Road y tomarme la clásica foto (la más cara de mi vida, hasta ahora.), tenia el tiempo contado para ir al aeropuerto y tomar mi vuelo a Paris, decidí tomar un taxi para llegar “mas rápido” y ¡oh la la! tráfico en todos lados. Después de estar mucho tiempo atorado en el tráfico, llegue al aeropuerto 5 minutos después del tiempo límite para documentar, y ahí comprobé realmente la llamada “puntualidad inglesa”, ¡perdí el vuelo!
París
Para llegar a París tuve que tomar el tren de alta velocidad (muy caro), llegué como 10 horas después de lo planeado. Paris por si sola es una ciudad mágica, que enamora y con mucha elegancia, la cual se puede ver en todas sus edificaciones, parques y lugares turísticos.
Seguí uno de los consejos de Alan, almorzar en el restaurante de la Torre Eiffel, pues esto te evita demasiado tiempo de espera en la fila y la experiencia es increíble.
La Basílica de Sacre Coeur tiene una vista genial y es algo majestuoso, Los inválidos, el Arco del Triunfo, La Chapelle, Notre Dame y el Museo de Louvre, son algunos de los lugares que no debes dejar de ver. La magia de Paris la sentí más cuando visite la Torre Eiffel de noche, todo a su alrededor embona perfectamente con el espectáculo que estás viendo, y estar a lado de la persona que amas es lo mejor.
Versalles merece mención aparte, es realmente majestuoso, espectacular y ahí se define, perfectamente, la elegancia de los franceses; tuve la oportunidad de ver el show de luces y fuegos artificiales en la noche y, realmente, vale mucho la pena, hace que tu visita a este lugar se cierre con broche de oro.
Roma – Florencia.
Al llegar a Roma lo primero que hice fue visitar fue el Coliseo y el Foro Romano, es impresionante ver como después de más de 1,500 años aún siguen en pie, en este momento me di cuenta que viajar y estar en esos lugares te acerca más a la historia y te hace sentir parte de ella.
Ir a roma es tomarte el tiempo para caminar y pasear por sus plazas y calles. Para ir al Vaticano es recomendable comprar tus pases desde antes, sino harás una fila de entre una hora y media y dos para entrar a los museos; esta visita vale mucho la pena cuando llegas a la Capilla Sixtina, te impresiona desde el momento en el que entras, nunca dejas de ver la gran obra de Miguel Ángel.
En Florencia pude comprobar la importancia que tiene Miguel Angel en la historia del arte. Tengo que admitir que no esperaba mucho de la obra “El David”, pero al tenerlo cerca, pude comprender su importancia.
Florencia es una ciudad chica, pero muy bella, que se debe conocer caminando. Y claro, si estás en Italia, lo único que debes de comer es pizza. Es la mejor pizza que he probado en mi vida, ya la extraño.
Barcelona
Después de 17 días recorriendo distintas ciudades, el peor error fue llegar a Barcelona, y no por que me haya decepcionado, sino porque es una ciudad llena de fiesta, colorido y tantos lugares que visitar que te faltan días y fuerzas. La ciudad es una belleza arquitectónica, claro, no se puede pedir menos de la ciudad donde Gaudí realizó las más majestuosas de sus obras, Park Güell, Casa Batlo, Casa Mitla, y por mucho la gran obra la Sagrada Familia, que por fuera la ves y te impresiona, pero una vez que entras ¡te quedas atónito! Está llena de color, formas impresionantes, es un must en cualquier visita a Barcelona; es necesario comprar las entradas con anterioridad, debido a que es muy concurrida.
No puedes irte , de Barcelona sin visitar el majestuoso y hermoso Camp Nou, casa del mejor club del mundo el F.C. Barcelona (ok un poco de fan from Hell), pero de verdad, vale mucho la pena visitarlo y ver la historia de este club, claro si eres amante del soccer.
En mi estancia corrí con la suerte de estar en la fiesta máxima de Barcelona “Le Merce”, por lo que en el ayuntamiento pude ver el baile de los gigantes que pasean por la ciudad, un espectáculo imperdible. Barcelona es una ciudad donde todo el tiempo es fiesta, no pude conocer su playa por lo que tendré que regresar.
Este viaje fue la mejor decisión que pude haber tomado; una vez que te decides a hacer esto realmente no puedes parar, por lo que este año estoy organizando nuevamente irme y conocer más lugares, ahora en plan de fiesta “wild on” y no tan chavo ruco cultural, el secreto está en decidirte y planearlo con anterioridad.
Me queda muy claro que la satisfacción de viajar, conocer otros lugares del mundo y empaparte de nuevas culturas es mayor que el tener el nuevo celular, el carro más caro, o irte de fiesta cada ocho días, te ayuda a entender que el único límite son tus sueños.