Por: Mónica Manrique (@monicamnrq)
Viajando, disponemos de tiempo limitado en los destinos que visitamos, por lo que dejarnos llevar por nuestro instinto y entrar al primer restaurante que encontremos no suele ser lo más recomendable. Varias veces he escuchado, como sugerencia, que un sitio donde hay mucha gente comiendo es garantía de una buena elección, pero mi experiencia me dice que no siempre es así, aunque tenga muchas probabilidades.
Aquí van 5 consideraciones básicas para tener en cuenta. No está de más decir que si disfrutas mucho comer y tu intención es un viaje o ruta gastronómica, la experiencia será mucho más agradable si la vives con personas que también disfruten comer; parece una obviedad, pero de no ser así estarías viajando con alguien que tiene objetivos distintos, y seguramente tendrás que conciliar y ceder sobre tus intenciones muchas veces.
1. Infórmate: Hoy en día tenemos mucha facilidad más allá de los libros, revistas y las guías de viaje de los países que visitamos, como lo son: las redes sociales, blogs, vídeo blogs, series, etc. Haz una investigación previa de qué se come en tu destino: comidas típicas o tradicionales, costumbres, agricultura local y otras economías relacionadas con la industria alimenticia. Estar bien informado es la principal y más importante herramienta para comerse un buen mole o unas cemitas en Puebla, tomarse un buen café en Colombia o un pisco sour en Perú. Aquí mis recomendados no tan conocidos son: La guía Michelin de comida callejera (Disponible solo en Asia), series en Netflix como Ugly Delicius (James Beard & David Chang) y la docu-serie Street Food Latinoamérica, y por supuesto video-blogs como El Comidista, en España.
2. Prueba cosas nuevas: Atrévete con los sabores. Estar abierto a probar cosas nuevas es una actitud ideal para cualquier viaje, y por supuesto no es diferente con la comida. No hace falta comer insectos, aleta de tiburón o feto de pollito, simplemente tener consciencia de que en otras latitudes los recursos, condimentos, aliños y técnicas son diferentes. Estar dispuestos a probar y dejarnos sorprender, será siempre la mejor cualidad para embarcarnos en un viaje.
3. Consume local: Aunque las cadenas de restaurantes suelen tener menús propios de cada ciudad en donde están presentes, la mejor forma de experimentar los sabores de una región es probando sus cocinas locales y autóctonas; comer lo propio del sitio que visitamos nos garantiza, además de ingredientes frescos y de proximidad, una maestría sobre las técnicas de preparación que llevan mucho tiempo desarrollando. Aunque hoy en día el mundo globalizado ofrece comida japonesa de la mejor calidad en Paris y una excelente pizza napolitana en Palawan, Filipinas, creo que la mejor oportunidad de probar ciertos platos es precisamente en las regiones de donde son originarias, además de ser una de las mejores prácticas para apoyar la economía local mientras viajas.
4. Pide recomendaciones a conocedores: Importantísimo saber a quién se le piden. Recomendar restaurantes es como recomendar un buen libro, mejor si has leído varios. Cada ciudad tiene sus propios creadores de contenido para buscar reseñas de sitios, pero es importante asegurarse de que el contenido del creador no responda únicamente a dinámicas publicitarias. Una cuenta que les puedo recomendar aunque seguramente ya deben conocer es @gordosxelmundo, a cargo de @manumanuti y @alanxelmundo. No solo tiene reseñas en México sino en diferentes lugares del planeta.
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5. Utiliza la tecnología: Apps como Google Maps y Foursquare siempre serán grandes aliadas para darse al encuentro de estos sitios. Esta última fue mi favorita durante varios años pero recientemente ha perdido fuerza por falta de entusiastas que se atrevan a reseñar y recomendar los sitios que visitan. Creo que las aplicaciones deberían permitir levantar contenido como COMUNIDAD y no solo como individuos, que podamos aportar el contenido a un mismo tablero colectivo, o algo así, que aumente nuestra confianza en las sugerencias que se realizan. Ejemplo, un grupo en Foursquare o Telegram para la comunidad de @gordosxelmundo, donde los seguidores también puedan aportar.
+ 1: Si tienes tiempo y te gusta cocinar, aprovecha tu visita al destino para tomar alguna clase de cocina. Es algo que aporta mucho en la comprensión de la cultura y tradiciones de los pueblos. Muchas clases inician desde el momento mismo de hacer la compra en la plaza de mercado, lo que es toda una experiencia para los sentidos, además de aprender de todas las fases del proceso de selección y transformación de los alimentos. Imagínense un road trip por Italia o Tailandia, tomando clases de cocina en las diferentes regiones que visitemos y aprendiendo de todo el proceso. Maravilla.
Por último, si vienen a Barcelona, un plan muy barato y típico de aquí es tomarse un vermut o una “birra” (cerveza) acompañado de unas Bravas, que, aunque son tradicionales en todo el país, en Barcelona te las sirven con las dos salsas: alioli (del catalán all i oli que en castellano quiere decir “ajo y aceite”, una salsa muy tradicional de esta región) y la famosísima salsa brava, una salsa de tomates y cayena, de la que cada bar tiene su propia receta secreta y perfeccionada. Si visitan la ciudad, mi recomendación es que le den una mirada al perfil de Edu en Instagram, @bravasbarcelona, que reseña los sitios con las mejores bravas en diferentes zonas de la ciudad y el área metropolitana.
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¿Cuál es la comida que no pueden dejar de probar los lectores de este blog en la ciudad donde vives?