Roma, la ciudad eterna. El museo al aire libre más grande del mundo. Casi tres mil años de historia se amontonan en capas por sus calles contando miles de historias a quienes tienen la fortuna de pasear por ellas.
Roma es una ciudad que disfruté como pocas. Aquí les dejo un par de tips que les harán más fácil su visita.
1.- ¡Zapatos cómodos!
Roma está cubierta por un precioso y a veces poco uniforme empedrado. Algunos romanos lo odian pues no está diseñado para hacerle vida más fácil a los coches y a las motos. Para los caminantes, este empedrado puede ser una pesadilla si no se llevan los zapatos adecuados. Suela plana, gruesa y muy cómodos.
2.- No compres agua
Una de las mejores cosas de Roma son la enorme cantidad de fuentes y bebederos que hay a lo largo de la ciudad con agua potable. Basta con cargar una cantimplora o botella de agua vacía y rellenarla cada vez que se tenga sed o beber directamente de los bebederos (no olviden el truco romano de tapar la boquilla para no agacharse tanto). El agua es muy rica.
No todas las fuentes tienen agua que puede beberse, pero de ser así está indicado.
3.- ¡Compra tus boletos por internet!
Me sorprendió la cantidad de visitantes que llegaban a Roma y se decepcionaban al ver las filas para entrar a los museos vaticanos. Lo bueno es que es fácil ahorrárselas y disfrutar de estos impresionantes museos donde se encuentra la mundialmente famosa Capilla Sixtina. Basta con entrar a esta página (http://biglietteriamusei.
OJO: en internet hay muchas páginas que dicen vender boletos para los museos, la que pongo es la oficial. Hay que hacerlo con anticipación y cobran una comisión de 4 euros, pero vale la pena con tal de ahorrarse la fila que en temporada alta puede ser de hasta tres horas.
Otros sitios en los que hay que reservar con antelación a través de internet son:
- El tour por el hipogeo del Coliseo.
- Galería Borghese.
- Tumba de San Pedro en el Vaticano (el tour es gratuito pero hay que reservar a través de este mail [email protected] )
4.- ¡Las iglesia son GRATIS!
Roma tiene una ENORME cantidad de iglesias espectaculares. Basta con caminar por sus calles y literal meterse a la que esté abierta para llevarse una agradable sorpresa (pinturas de Caravaggio, esculturas de Bernini y Miguel Ángel). Todas son gratuitas aunque no pueden visitarse durante misa y algunas cierran de 12:30 a 4:00 pm.
Contrario a lo que muchos creen, la basílica de San Pedro en el Vaticano también es gratuita, solamente que la fila para pasar seguridad puede ser hasta de dos horas. Algunos grupos organizados pasan directamente de la Capilla Sixtina a la basílica de San Pedro.
5.- El verdadero Gelato.
Roma está plagada de Gelaterias y es difícil resistirse a probar uno de estos deliciosos postres. Pueden comerse literal a todas horas. Sin embargo hay algunos tips para saber cual es un tradicional Gelato y cual es un heladería dirigida a los turistas.
El Gelato tradicional no tiene la presentación que todos conocemos en pequeñas charolas de metal una junto a la otra exhibiendo de manera espectacular cada sabor. En realidad este es un helado más parecido al “ice cream” estadounidense que se llena de aire para aumentar su espesor y generalmente está preparado de manera industrial. El Gelato tradicional se guarda en recipientes con tapa y los expertos le asignan una temperatura diferente a cada sabor.
Hay muchas gelaterias artesanales, incluso GROM es una enorme franquicia que está por todo el mundo. Lo mejor es preguntar a los locales que te recomienden uno.
6.- No en todos lados se come bien.
En Roma hay muchos restaurantes, pero no todos son garantía de buena comida. La gran mayoría son de comida Italiana (En Italia no se ve tanta abundancia de restaurantes de comida internacional).
Lo que yo hice fue apegarme a las recomendaciones de amigos locales (no de otros turistas) y a las de Lonely Planet y Foursquare. Me sorprendí como a sólo unos pasos de los restaurantes para turistas hay verdaderas joyas.
7.- ¡Junto a la fuente!
Cuando avisé que viajaría a Roma me llovieron recomendaciones de todas partes (parece que todo mundo ha visitado este país) restaurantes, gelaterías, tiendas, lugares escondidos. Todo mundo tenía algo que aportar.
Una frase frecuente fue “cómete un Gelato, de los que están junto a la fuente de Trevi”. Nadie se tomó la molestia de decirme el nombre de la gelatería, cuando llegué a la fuente encontré a su alrededor 6 gelaterías diferentes. Pequeño detalle.
Así que recurrí al internet y resultó que el mejor gelato de la zona no está junto a la fuente sino a una cuadra y se llama San Crispino.
Moraleja, si alguien te da una recomendación que sea con nombre y ubicación.
8.- Las huelgas
Las huelgas son frecuentes en Roma (y creo que en toda Italia) especialmente los viernes. Así me sucedió y justo cuando estaba apunto de subirme al metro en un viernes, hubo huelga y todo el sistema de transporte estaba colapsado.
Tuve que caminar 50 minutos de Termini al Vaticano.
Así que siempre tengan un plan B y teléfono de taxis a la mano.
9.- Termini
Mucha gente le tiene miedo a hospedarse alrededor de la estación de trenes. Yo curiosamente no hice otra cosa. Mis tres opciones de alojamiento estuvieron en esta área y si bien no es tan bonita como el centro histórico de Roma es más barata y tiene muy buenas y variadas opciones de alojamiento.
En ningún momento me sentí temeroso y además estaba cerca de muchas atracciones.
10.- Paciencia.
En Roma hay mucha gente, repito MUCHA gente. Ni creas que te vas a tomar una foto en solitario en los lugares más famosos. Sin embargo, con planeación pueden llegar a disfrutarse mucho.
Reserva tiempo extra en tus itinerarios para las filas y la espera. La mayoría de los grupos hacen visitas muy veloces, así que intenta quedarte el más tiempo posible en los lugares y disfrutarlos más.
Roma es uno de los destinos que más agradece al viajero preparado. Entre más investigues sobre la historia y los sitios que visitarás más los disfrutarás. Algunos lugares como el Foro Romano necesitan de la imaginación del visitante y si vas con datos y fascinación aprendidos mucho mejor.
En resumen, mi visita a Roma fue muy placentera, estuve una semana completa y no pude hacerle verdadera justicia. Esa gente que dice que Roma se ve en 3 días, qué descaro. Pero Roma no es para verse, es para sentirse y aprenderle. Hay una historia en cada esquina esperando alguien con curiosidad para escucharla.
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