Colaboraciones

Viajeros al rescate del jaguar

Hola bandita, en esta nueva colaboración les platicaré de mi último viaje con causa en compañía de la tribu de Nomad Republic.

El proyecto se llama “Conservación del hábitat del jaguar” y junto con un grupo de expertos, viajamos a la Península de Yucatán para realizar labores de conservación en medio de la mágica selva, además de realizar un recorrido por un sitio arqueológico y explorar uno de los lugares más ricos en biodiversidad del país.

Es un viaje a disposición de todos, así que al final de este artículo les dejo toda la información por si lo quieren hacer también.

El hábitat del Jaguar

La selva maya es uno de los ecosistemas más ricos del mundo. Se extiende por el sur de México hasta Guatemala y Belice. Es majestuosa, fértil, mágica.

Por cientos de años fue el refugio secreto de algunas de nuestras primeras civilizaciones mesoamericanas, y hasta la fecha es también el hogar de cientos de especies animales y de una biodiversidad asombrosa.

¿Cuál es el problema?

En este fascinante corredor natural habita el jaguar, una de las 5 especies de felinos de la selva tropical de Yucatán. Por su belleza, potencia y agilidad para cazar, fue alguna vez considerado sagrado por los mayas.

Sin embargo esas mismas virtudes lo han hecho víctima del hombre moderno. La falta de presas, la cacería indiscriminada y los conflictos con los ejidatarios -que los matan para proteger su ganado- han colocado en riesgo a sus poblaciones.

Se estima que en la península de Yucatán solo quedan algunas decenas de ejemplares de jaguar, y si no hacemos nada, en unos años existirá solo en los recuerdos de los locales, en las fotografías de libros de ciencia o disecados, inertes, en algún museo de historia natural.

¿Cómo pueden ayudar los viajeros?

En la Reserva privada El Zapotal -al Noreste de Yucatán- Nomad Republic trabaja de la mano con Pronatura en un programa integral para la conservación del jaguar.

El programa consiste en convocar a los viajeros del mundo a ayudar con la recopilación de información biológica de estos felinos a través de cámaras trampa y monitoreo constante.

También durante el viaje se busca difundir información entre las comunidades locales, principalmente los ganaderos, sobre la importancia de la conservación del jaguar. Es un proyecto ambiental, pero siempre considerando el desarrollo sustentable de las comunidades rurales.

Finalmente existen cursos para proteger el ecosistema del jaguar, como programas para la prevención de incendios forestales, brigadas comunitarias y trabajo social.

¿Cómo funcionan las cámaras trampa?

Las cámaras trampa que colocamos en la reserva funcionan con un sensor de movimiento y de calor. Cuentan con un flash incandescente, lo que permite tomar fotos nocturnas a color, de muy buena calidad. Si se les da el correcto mantenimiento -y ningún “mal alma” se las roba- pueden durar varios años.

Cada jaguar tiene manchas únicas, por eso la idea es tomarle una foto a los dos costados del gato al mismo tiempo, para identificar nuevos individuos o reconocer a los que ya están registrados. Por esta razón, se colocan dos dispositivos en cada “estación”, normalmente fijados a un árbol, intentando que las cámaras no estén una enfrente de la otra para no quemar la foto.

Para saber si las cámaras están colocadas a la altura correcta y funcionan adecuadamente, se tiene que realizar la prueba del gateo. Posicionado en “cuatro patas humanas”, se imita sensualmente el andar de un jaguar, emulando también su estatura, que en esta zona peninsular, es de aproximadamente 60 centímetros -son los más chiquitos de todo el continente americano.

Otras de las técnicas de monitoreo es buscar excremento y analizarlo. Se puede saber, entre otras cosas qué comió, su tamaño, su sexo, y su parentesco con otros felinos identificados. Como dicen entre la comunidad científica: “No hay buen ‘gatero’, que no haya sido ‘cacólogo’ jajaja”.

Otras actividades para los viajeros en la Reserva

Durante la estancia en el Zapotal, además de las actividades relacionadas con el Jaguar, también hay una experiencia de observación de aves al amanecer.

Existe una gran variedad de aves en la zona, así que armados con un par de binoculares, un libro sobre aves de norteamérica y un ornitólogo experto, se camina en busca de algunos bellos ejemplares.

Existe una app que imita el sonido de algunas aves y sirve para atraerlas, aunque se procura no usarla demasiado, para no ser tan intrusivo.

Otra de las actividades es explorar la zona -siempre en compañía del staff de Nomad Republic- porque hay animales en su hábitat natural que sí pueden llegar a hacernos daño como serpientes, cocodrilos o hasta el mismo jaguar.

El terreno también puede ser engañoso, ya que es un bosque inundable y existen zonas pantanosas.

Finalmente, dentro de la Reserva, hay cenotes, y al ser un área privada y protegida, la mayoría son vírgenes e inexplorados.

La palabra “cenote” viene del maya “dzonot” que quiere decir caverna de agua. Para los mayas estos lugares eran sagrados ya que eran sus únicas fuentes de agua dulce en medio de la selva.

En la península de Yucatán hay miles de cenotes abiertos y cerrados (se encuentran nuevos día con día) y gracias a la espeleología -la ciencia que estudia las cavidades subterráneas- se ha probado la existencia de interconexiones entre los cenotes y entre estos y el mar.

Nadar en un cenote es una experiencia maravillosa, son frescos y seguros; y las tonalidades de azul de sus aguas son espectaculares.

El sitio arqueológico de Ek’ Balam

A 190 kilómetros al oriente de Mérida se llega al fascinante sitio arqueológico de Ek Balam. Su nombre en maya significa Estrella Jaguar.

Su descubrimiento es tan reciente, que nuestro guía cuando era niño solía venir de picnic con su familia. Sin saberlo, se sentaba sobre los montículos de tierra y vegetación, que después se revelarían como los restos escondidos de la antigua ciudad maya.

Fue gracias al rey Ukit Kan Le´t Tok, quien gobernara en el siglo VIII d.C. que la ciudad-estado tuvo un crecimiento exponencial. Fue él quien impulsó los avances técnicos, culturales y arquitectónicos de Ek Balam, incluido el majestuoso palacio de la Acrópolis.

Lo más representativo es La Casa Blanca de la Lectura (no la de Peña Nieto jajaja). Este misterioso mausoleo fue descubierto por un derrumbe accidental a finales de los años noventa, y debido a que estaba protegido por un muro, se conservó perfectamente. En su interior se encontraron más de 7,000 piezas ofrendadas al difunto rey.

En la decoración de piedra se llegaron a encontrar paralelismos con la cultura egipcia que aún no logran explicarse. Hace unos años unos pescadores que salieron de Celestún Yucatán naufragaron 6 meses en el Mar y llegaron hasta Sydney en Australia. Pudiera ser que un viaje de ese tipo se realizara antes de la conquista española.

La vista desde lo alto de la Acrópolis es impresionante. Se puede contemplar la eternidad de la selva maya, y en días despejados, se pueden inclusive distinguir en el horizonte las Ruinas de Cobá a 48 kilómetros de distancia.

En nuestro camino de salida, pudimos apreciar también el antiguo recinto del juego de Pelota. Un dato curioso es que en la cultura maya, originariamente, se sacrificaba al equipo perdedor. Sin embargo fueron los aztecas y los toltecas, que introdujeron al juego, el sacrificio de los vencedores.

La majestuosa Ría Lagartos

Ría Lagartos es el romántico encuentro entre las aguas del Golfo de México y las del Mar Caribe.

Reserva Especial de la Biósfera desde 1979, son más de 47 mil hectáreas de refugio natural para cientos de especies y una biodiversidad extraordinaria: 333 especies de aves, 58 especies de mamíferos y 95 de anfibios. Cuenta con varios corredores naturales y es uno de los sitios en México con mayor extensión de manglar, un ecosistema fundamental para la oxigenación del planeta.

Nos subimos en las lanchas de dos lugareños, uno de ellos Henry, el hombre con mayor acento yucateco que he conocido en mi vida.

Juntos dimos un paseo, rodeados siempre de aquellos abundantes manglares y de sus raíces

voladoras, y observando aves preciosas que nos observaban de vuelta desde lo alto como centinelas emplumados.

Quizá el más grande atractivo de la zona, son dos maravillas de color rosa: los elegantes flamencos y las preciosas salinas Las Coloradas.

El amplio estero de Ría Lagartos es el único sitio de anidación del flamenco rosado en el país. Se pueden observar cientos de ellos, bailando sigilosamente con sus patas a media agua, o desplegando sus hermosas alas cuando vuelan despavoridos ante la menor provocación.

Las célebres salinas de Las Coloradas, son lagunas construidas por el hombre pero su proceso es natural. El color rosa se debe a un crustáceo diminuto llamado Artemia Salinas, que se cultiva y se deposita en el agua para acelerar el proceso de cristalización de la sal. El agua de las lagunas es más salada que el mar y solo el flamenco viene a alimentarse de este crustáceo, que le confiere su color rosa.

Siguiendo las instrucciones del “Baño Maya”  varios miembros de la Tribu de Nomad Republic, cubrieron su cuerpo con un lodo blanco que exfolia y humecta la piel (algo así como lo que se realiza en el Mar Muerto).

Al final, como cavernícolas pálidos, nos dirigimos a un pedazo cercano de playa serena, amarramos los navíos a un muelle y nos tiramos al agua fresca turquesa a enjuagarnos el tratamiento cosmético ancestral.

La ciudad amarilla de Izamal

A la siguiente mañana, abordamos la camioneta con todas nuestras cosas para hacer la última parada del viaje: el pueblo mágico, único, fantástico de Izamal.

Su belleza reside en sus ubicuas paredes amarillas y en la arquitectura colonial de su centro histórico y su majestuoso convento franciscano -que fue construido, como muchos otros edificios de la época- sobre una edificación prehispánica (ya saben, como parte de la imposición religioso-cultural por parte de los españoles).

Estuvimos caminando por sus calles empedradas, hasta que nos dio una sobredosis visual de amarillo y nos fuimos a comer a la calle 27, al deliciosísimo Kinich.

“En un episodio más de Gordos por el Mundo, pedimos comida tradicional yucateca: sopas de lima, salbutes, cochinita pibil y por supuesto, mis favoritos, panuchos. Después de tomarme las gotas de la felicidad de mi agua verde de chaya, partimos para el aeropuerto y así volver a la Ciudad de México.

 

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Un viaje fascinante

Aprendí mucho sobre la riqueza de biosfera que tenemos en Yucatán, de cómo podemos cuidarla y de los grandes esfuerzos que se están realizando para conservar un animal legendario como el jaguar que enfrenta su extinción definitiva.

Es esencial para mí, ir descubriendo junto con Nomad Republic, que puedo seguir viajando, e inclusive viajar más, pero contribuyendo positivamente al ambiente y a las comunidades que visito.

Somos una nueva tribu de viajeros que no nos preocupamos por los problemas del mundo, nos ocupamos en solucionarlos.

Si estás interesado en realizar alguno de estos viajes, u otros proyectos de turismo regenerativo, visita la página de Nomad Republic: https://nomadrepublic.org/

Manu Espinosa

Manuel Espinosa Nevraumont, mejor conocido en redes sociales como @manumanuti es creador de contenido especializado en turismo. Documenta sus viajes a través de sus crónicas, fotos y videos, en México y en todo el mundo, con un especial interés por proyectos relacionados con turismo comunitario y ambiental. Ha trabajado con diferentes oficinas de turismo nacionales e internacionales. En 2017 creó junto con Alan por el Mundo la cuenta foodie de Instagram @gordosxelmundo para compartir experiencias gastronómicas durante sus viajes.