Por: @eldiariodebeto
Puedo decir que acabo de vivir la experiencia más impactante de mi vida.
Estando en India por allá en el 2017, en Varanasi Ciudad de los Muertos, tuve la oportunidad de estar en los crematorios de las calles aledañas al Río Ganges, viviendo de cerca el dolor de las personas viendo cómo los cuerpos de sus seres queridos eran consumidos por las llamas para luego ser arrojados al río en señal de respeto, llevándolos de nuevo al origen. Las ceremonias eran impactantes, llenas de fuego, personas, mucho ruido y sobre todo mucha solemnidad.
Este año, como colombiano ajeno a estas celebraciones, decidí vivir la versión mexicana del ritual de los muertos que es todo lo contrario a nuestras creencias en las que la muerte es sinónimo de tristeza y dolor. Esta celebración se realiza los días 1 y 2 de noviembre en gran parte del territorio mexicano y que ha sido masificada a nivel mundial por producciones como James Bond y Coco de Disney.
Solo al pisar el territorio mexicano se comienza a sentir que es una celebración que está arraigada en la cultura y en todas las clases sociales, tan solo basta ver la decoración de los lugares, las formas de vestir y el maquillaje de catrinas de todo el que se ve pasar por el lado. En Ciudad de México tuvimos la oportunidad de vivir el desfile de Día de Muertos por la Calle Reforma, un desfile que hace pocos años no existía, y que gracias a la película Spectre de James Bond los citadinos vieron que podían llevar la tradición a la modernidad y a la ciudad. La utilería usada en la producción de la película fue prestada a la ciudad para celebrar la primera edición y cuando se pudo hacer fue tanto el éxito, que se ha venido repitiendo con el pasar de los años y que hoy por hoy es punto de reunión de miles y miles de personas que quieren disfrutar de la celebración en la capital.
Luego de esto nos fuimos a uno de los epicentros de la celebración, ¿El Lugar? Oaxaca, que desde la evangelización de la región realizada por los Dominicos Fray Gonzalo Lucero y Fray Bernardino de Minaya, se implementaron las fechas para celebrar a los Fieles Difuntos, tomándose como resultado del culto a los muertos que ya tenían los pueblos aborígenes y las preces de la Iglesia por los antepasados.
Al final del día 31 de octubre nos acercamos a uno de los panteones de la ciudad, con la intención de vivir y tener la sensación de estar ahí en donde moran los difuntos todo el tiempo y que por estos días se verían acompañados por familiares y amigos cercanos, pero nos llevamos una sorpresa que aún no termino de asimilar. A diferencia de lo que viví en India, la solemnidad se vive solo de cierta forma ya que la manera de ver la muerte en este país es diferente. Entrar al panteón y ver las decoraciones, las grandes cantidades de Cempasúchil por todos lados, las familias que no solo llevaban velas en honor al difunto, sino que llevaban comida, cerveza y mezcal fue algo que no podía creer, era simplemente precioso, definitivamente las fotografías no hacen honor a la sensación de estar ahí. Pero todo esto no sumaba la estupefacción de ver cómo frente a las tumbas una gigantesca tarima se levantaba del suelo y sobre ella una banda de música norteña tocando sus canciones al calor de los mezcales y la comida que quienes estaban en el público les brindaban.
Un segundo panteón fue un poco diferente, pero de igual manera impactante, en esta ocasión la música era más baja, opacada por los cantos religiosos de las oraciones que se hacían en el centro del lugar y de igual manera las multitudes con comida y tragos acompañaban las cientos de tumbas que habían en el lugar.
El pecho se siente pesado, los ojos casi aguados, y los labios dibujando una sonrisa al ver las familias felices de compartir con sus difuntos es el estado casi sostenido que se tiene durante estas visitas. No comprender o al menos no compartir en su totalidad los principios de la fiesta se van convirtiendo en gozo y en alegría al ver cómo la cultura y las tradiciones se conservan con los años y se disfrutan sobre todo en familia.
Definitivamente México es otro durante estas fechas, he visitado el país en múltiples ocasiones y puedo corroborarlo, Día de Muertos es algo que hay que vivir en carne propia para entender de dónde proviene la inspiración de esa película Coco que enamoró a todos a nivel mundial y que ahora considero que se queda corta al mostrar tan espectacular experiencia.
“El resto del mundo obedece reglas, pero yo obedezco a mi corazón” Coco.