¿Cuántas veces nos hemos sentido hartos de la rutina? ¿Cuántas veces hemos dicho que no nos gusta nuestro trabajo? ¿Cuántas veces hemos algo para cambiar lo que no nos gusta?.
Les presento a Ana, Nataly y Valentina 3 comunicólogas quienes estaban frustradas con sus trabajos y como muchas personas se preguntaban si eso era lo que querían hacer en la vida. Las 3 tomaron la decisión de viajar, hacer un voluntariado y a mismo tiempo aplicar los conocimientos adquiridos en sus trabajos. Es así como nació MUTUO un proyecto social, emprendedor y de aventura, el cual ha hecho que las 3 se sientan seguras de que esto es lo que desean hacer.
MUTUO se divide en 3 tipos de proyecto:
- Social: donde apoyan a organizaciones sin fines de lucro a difundir su causa por medio de estrategias de comunicación, así como apoyarlas con el material que necesiten.
- Emprendedor: ellas no reciben ningún pago por los servicios que realizan por el contrario solicitan a las organizaciones estancias y comidas a cambio de su trabajo.
- Aventura: gracias a este proyecto han podido conocer diferentes culturas del mundo.
Su primer proyecto se desarrolló con la organización Be Someone en Tanzania. Aquí ayudaron a Namelok School y Kipawa. En Namelok School reunieron a varios voluntarios durante la primer semana del proyecto que ayudaron a la construcción de la escuela. Además documentaron la experiencia y grabaron a la comunidad para hacer un video que ayudara a difundir más el mensaje. Rediseñaron el logo de la escuela, diseñaron un tríptico y planearon una estrategia de medios tradicionales y en Facebook.
Con Kipawa lograron crear el branding y la comunicación de la marca de la joyería Maasai que hacen las mujeres de la comunidad, esto con el fin de comercializar sus productos en otros países del mundo.
Como en toda experiencia tuvieron parte positiva y negativa. Pudieron convivir con la comunidad Maasai, superaron sus expectativas y tuvieron gran confianza y apoyo de Be Someone, sin embargo al principio las mujeres de la comunidad no eran felices de que las estuvieran grabando. Los niños por el contrario hacían el papel de grabar un poco difícil porque no podían contener su emoción. Por último una parte frustrante era que muchas veces se quedaban sin internet después de largas jornadas de trabajo.
Sin lugar a duda estas 3 jóvenes nos dan una gran lección y es que muchas veces estamos pensando en nosotros mismos. Habla de una gran calidad moral el renunciar a tu trabajo para ayudar a otras personas y darte cuenta que no necesitas cosas materiales para vivir feliz si no vivir este tipo de experiencias que te dejarán una gran satisfacción.
Les dejo este video para que conozcan más del proyecto: