Colaboraciones Secciones

Travelin’ thru

Me encanta viajar. Todo eso de conocer nuevos lugares y personas la neta, la neta si es lo mío. En cuanto me cae lana, en lugar de ahorrar para mis afores, me lo gasto todo en un viaje.

David

David Fridman

www.inthenameofvlog.com

Twitter:

@davefridman
@inthenameofvlog

Facebook:

facebook.com/inthenameofvlog

Youtube:

youtube.com/inthenameofvlog1

Tumblr:

http://inthenameofvlog.tumblr.com

Me encanta viajar. Todo eso de conocer nuevos lugares y personas la neta, la neta si es lo mío. En cuanto me cae lana, en lugar de ahorrar para mis afores, me lo gasto todo en un viaje. Siempre salen experiencias y anécdotas muy chingonas. Mis momentos favoritas son los que no se planean. Los que no te das cuenta mientras te están pasando que van a ser algo que vas a recordar toda tu vida. Y estas pueden pasarte de la manera más inesperadamente random.

Les voy a contar una de mis historias que me pasaron mientras andaba de viaje.

Corría el año del que me gradué de prepa – don’t even do the math. Después de mi graduación, me fui a vivir 6 meses aSuecia a estudiar (nocierto) y a trabajar (nocierto). Mi plan era irme a vivir a Suecia un semestre y luego regresar y estudiar la carrera en chinga para poder mudarme a NY y estudiar teatro – que era lo que realmente quería. Pero los papás creyeron que sería mejor que tuviera una carrera de adulto y luego hiciera lo que quisiera con mi vida de artista. Benditos.

En el camino a Suecia hice escala en Londres. Estuve en el aeropuerto como unas 6 horas porque los de KLM no tienen vuelos directos, no me explico la razón, muchos mexicanos viajamos a Suecia on a daily basis y viceversa. Babosos primermunidstas ahorradores. Entonces, estaba yo paseándome en Heathrow cuando de repente vi a una señora de unos 40 ó 50 ó chance 55 años – yo tenía 18, cualquier persona de más de 40 se veía igual – estaba sentada sola en una sala de espera, lloraba y lloraba. Vi que trataba de hablar con un señor que estaba sentado junto a ella pero el señor claramente no tenía idea de lo que esta mujer estaba diciendo… Language barrier, pensé. Y pues yo, entre que quería ver si la podía ayudar y por metiche que quería ver porqué lloraba, me le acerqué y le pregunté en inglés que si la podía ayudar en algo. La vieja se me quedó viendo con cara de what (literal, con cara de what) (que buena campaña esa de cara de what porque es en serio que sí pasa). Entonces le pregunté en español que qué le pasaba y hagan de cuenta que le dije a la Pelangocha que el reto era que no dejara de hablar en los próximos 20 minutos.

Resuuuuuuuulta que la señora era cubana, maestra de la Escuela Nacional de Teatro en Cuba. What are the fucking odds… Iba con un grupo de maestros de teatro a Inglaterra a dar unos cursos a una escuela de teatro en Londres y que por alguna razón, había perdido a su grupo y se había quedado sola en el aeropuerto sin dinero, sin amigos, sin hablar el idioma y sin una buena alma samaritana que la ayudara a salir de su #aprieto. ENTER DAVE.

Me explicó que llevaba dos horas perdida en Heathrow, dando vueltas buscando a sus amigos pero no los encontraba. Estaba mala de la rodilla entonces no podía caminar y tenía mucha hambre y no tenía dinero porque sus viáticos los traía el maestro encargado de los viáticos.

Como yo tenía 4 horas más para matar y una necesidad de que la gente me quiera, decidí hacer a la señora mi proyecto por las siguientes horas. La llevé a su aerolinea a preguntar si sabían algo del vuelo en el que había llegado. Tómense un momento para darse cuenta de que esta es la época de antes de los celulares y antes de Internet – again, don’t even do the math. Si tu querías comunicarte con alguien, más te vale que te sepas su land line de memoria.

(me tomé un respiro y estoy platicando con Diego del Rio que estoy escribiendo pura mamada) (at gunpoint)

Yo no me acuerdo en que artes pudimos por fin dar con el hotel donde se iba a quedar y les llamamos. Pudo hablar con el amigo líder del grupo de cubanos por fin. Me acuerdo que le dio mucho gusto porque se soltó a llorar ahí en el counter de la mujer de Lufthansa. El Mr. Cubano iba a mandar a alguien por ella al aeropuerto, entonces ella iba a estar un ratito mas ahí atorada sin un alma caritativa que le tirar un pedo. RE-ENTER DAVE.

Me la llevé al Fast food y le invité una Big Mac (no me acuerdo si fue una Big Mac o un croissant o un sándwich de pavo, pero me acuerdo que no me dejó de agradecer a cada bocado que daba, tons ustedes hagan de cuenta que era algo delicatessen). Se lo terminó y empezamos a platicar, me empezó a preguntar de mi vida y le dije que era un actor en formación. Después del “que coincidencia, yo soy maestra de teatro, a eso vine a Londres” inicial, yo, en mi infinita inocencia, le dije que si tenía consejos para un actor nuevo (en ese entonces yo sólo había hecho anuncios de Wings y de un telescopio).

Me dio mi primera clase de actuación ahí a medio aeropuerto. Su clase de actuación consistió en un ejercicio para agilizar la mente y ejercitar la memoria. Estuvimos como 45 minutos haciendo el ejercicio sentados en el Fast-food (again, no me acuerdo del tiempo exacto pero ustedes hagan de cuenta que fueron 45 minutos). Si les interesa saber en que consiste el ejercicio, siéntanse en libertad de preguntar, no todos mis lectores son actores y temo que ya de por si perdí a varios de ustedes con mi anécdota aeropuertil.

Lo que me gusta de esta historia es que fue algo tan simple y tan sencillo que pasó hace muchos años y yo me sigo acordando de los detalles, de cómo cuando se despidió me suplicó que fuera a verla a Cuba para que me pudiera pagar todo lo que hice por ella, de lo agradecida que estaba y de que fue mi primera maestra de actuación, y todo esto pasó cuando yo creía que iba a estar encerrado en un aeropuerto tantísimas horas jugando “Blame the Terrorist”.

Después de esto, me despedí de la señora hasta que la subí al coche, me regresé a tomar mi vuelo a Suecia y todo mi viaje yo practicaba lo que me enseñó.

Jamás pude localizar a Ana María Paredes.