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Qué hacer dos días en la CDMX (y alrededores)

A veces la cotidianidad nos impide ver las maravillas que se encuentran ante nuestros ojos. Hace algunos años, me sorprendía cuando la gente quedaba impactada con mi ciudad de origen, el otrora Distrito Federal porque se me hacía de lo más común. Que equivocada estaba.

Tengo 30 años y toda mi vida he vivido en la Ciudad de México, tuve la oportunidad de estudiar aquí, jugar en sus calles, disfrutar de sus museos, pertenecer a sus cronistas en el Instituto de la Juventud  (con programa de radio incluido) y hoy de ser parte de sus servidores públicos.

Con mi alter ego de creadora de contenido para Alan por el Mundo, tuve la oportunidad de conocer (y volver a visitar) algunos de los sitios turísticos más populares de la CDMX en un fin de semana.

Sábado:

La cita era en un hotel de Paseo de la Reforma a las 8:20 am. Miriam (mi cómplice en esta aventura) y yo llegamos temprano para incorporarnos a un pequeño grupo de personas que resultaron ser un guía muy simpático y conocedor de la historia, una pareja de Mazatlán y dos chicas de la India.

La primera parada fue la zona arqueológica de Tlatelolco, que significa “Montículo de arena” y fue uno de los centros comerciales más importantes del México prehispánico. Tras tomar un par de fotografías y  aprender un poco sobre esta civilización que compartió territorio y muchas veces rivalizó con los mexicas, nos dirigirnos a uno de los templos marianos más importantes del planeta: la Basílica de Guadalupe.

Corría el año de 1531 cuando la Virgen María se le apareció a Juan Diego solicitándole que se le erigiera un templo en la entonces Nueva España. Tras varios dimes y diretes, en 1701 se consagró la Antigua Basílica de Santa María de Guadalupe, hoy llamada Templo Expiatorio a Cristo Rey.

Un poco inclinada, esta iglesia fue sustituida por la actual Basílica de Guadalupe (1974), la cual alberga el ayate con la imagen de la virgen y se calcula que es el templo más visitado del planeta sólo por detrás de San Pedro, en el Vaticano. Una parada obligatoria en la ciudad.

Finalmente, para cerrar el día salimos a la periferia de la Ciudad de México y nos dirigimos a Teotihuacán (‘‘ciudad de los dioses’’). Ahí aprendemos un poco sobre esta ciudad que fue abandonada antes del paso de los mexicas por la zona, degustamos tres de las bebidas más importantes del país y aprendemos sobre su elaboración: tequila, mezcal y pulque.

Vislumbrar las pirámides del Sol (la segunda más grande del continente) y la Luna, así como caminar por la Calzada de los Muertos nos hace viajar al pasado y sentirse por unos momentos parte de una civilización increíblemente avanzada.

Ya cansados, tomamos la van de regreso, no sin antes hacer una parada técnica para comer, y con muchos datos que reflexionar y analizar de la historia de la capital del país.

Domingo:

El segundo día de nuestra aventura la cita fue un poco más tarde y en punto de las 8:40 nos unimos a un grupo de viajeros nacionales y extranjeros para conocer un poco de Coyoacán y “navegar” por los canales de Xochimilco.

Sin duda alguna una de las artistas mexicanas más reconocidas en el país es Frida Kahlo, quien durante el siglo XX fue una de las más vanguardistas pintoras y hoy en día su obra es valorada en todo el planeta.

En el centro de Coyoacán se encuentra la llamada Casa Azul (debido a su intensa pintura de este color), la cual compartió con el también pintor Diego Rivera; y es una buena manera de conocer la vida y obra de la pareja.

Un café del legendario Jarocho y unos churros son ideales para todos aquellos #GordosPorElMundo que necesiten energía para seguir con un pequeño recorrido por el centro de Coyoacán que incluye la impresionante iglesia de San Juan Bautista y sus alrededores.

La segunda parada del tour fue en Ciudad Universitaria de la UNAM, la cual me trajo muchos recuerdos al ser mi alma mater. Allí nos hicieron una breve reseña de los murales del Estadio Olímpico Universitario, de Rectoría y de Biblioteca Central, los cuales pertenecen a Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Juan O´Gorman, respectivamente.

Finalmente y para cerrar con broche de oro este fin de semana, fuimos a celebrar con nuestros nuevos amigos a Xochimilco. A bordo de una trajinera y al son de los mariachis comimos y bebimos (con moderación) en una de las tradiciones más arraigadas entre los habitantes de la Ciudad de México y sus visitantes.

En Xochimilco nos pudimos hacer una idea de cómo era la vida de los habitantes de la zona antes de la llegada de los españoles. Conocimos las chinampas (islas artificiales) y la importancia de los transportes acuáticos por los canales, los cuales eran lo común antes de que fueran entubados.

Descubrir la Ciudad de México cómo lo hacen miles de personas que la visitan todos los días me abrió los ojos y me hizo sentir muy afortunada de vivir en este gran mounstro metropolitano lleno de historia, cultura y diversión. Y también fue una excelente oportunidad para salir de viaje, sin salir de mi ciudad.

Karla Campos

Geek de tiempo de completo y viajera con muchas millas para recorrer.