Por: Noe Alexandro Castañon Zenteno
Cuando todo estaba decidido y aunque no era la primera vez que visitaría esa parte de EUA, aún recorría por mis venas la incertidumbre de si había olvidado algún consejo de Alan x el mundo para esas ciudades, me fui a la aventura, con la finalidad de sentirme ave en pleno vuelo mientras viajaba por unos días.
Vi videos, leí post, investigué y por fin, no había fecha que no llegara, era momento de tomar el vuelo que me llevaría a conocer la nueva forma de estar en San Diego CA, desde México, El CBX (Cross Border Xpress). Llegué al aeropuerto TIJ y sin mucho preámbulo tomé el puente, súper corto, muy tranquilo y con gente súper amable, solo pagando 6 dlls por el permiso i94 y 26 dlls por el boleto redondo del puente, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en Otay Mesa California. Un shuttle que en vuelta de 25 minutos nos dejaría solo en el Downtown de San Diego, ¡marcaba el inicio de la primer ciudad a conocer!
No había mucho tiempo, pero si muchas ganas de conocer, caminar y muchos consejos que seguir, y solo 3 días para darle vuelta al zoo de san Diego, a Gaslam Quarter, Sea World, el downton de la ciudad, el WaterPark, el museo Uss Midway, Balboa Park y buscar las cenas a sugerencia de Alan en Little Italy.
Una ciudad que se puede caminar sin problemas, donde el tinte californiano es de lo más grandioso, gente amable, mucho que ver y tanto que caminar. Organizar un itinerario no es nada complicado, si antes de partir leemos y conocemos lo que deseamos recorrer. Visitar el museo de Arte es de carácter obligatorio, llenarse de cultura y de nuevos conocimientos.
Habían pasado dos días y los pies ya estaban cansados, pero se aliviaban con solo pensar que me faltaban cosas que ver.
Usar el metro de la ciudad no fue nada complicado, nada que en estos tiempos un teléfono móvil no pueda resolver, hospedarse y buscar las mejores ofertas, no es imposible, he de admitir que vi una y otra vez los videos para tratar de ubicarme y conseguir la mejor relación precio, distancia en mi hospedaje.
Según mi lista personal y mi itinerario de compras todo estaba hecho, pero temía irme de un lugar dejando algo por descubrir, sin embargo estaba más que listo para llegar a la Estación de trenes Santa Fe Amtrak Station y tomar un viaje de solo 3 horas para llegar a mi siguiente destino.
Allá iba con maleta y sueños empacados para recorrer una ciudad más de California, ¡Los Ángeles!
Llegamos y el metro de la ciudad me llevaría a donde por 8 días pretendería tranquilizar el sueño y descansar, todo era sencillo y sin problemas para recorrer la ciudad, luchaba aún en contra de las sugerencias de rentar un coche para recorrer por completo la ciudad, pero nada que el metro y transporte público no me pudiera solucionar.
Todo era dejarse fluir y conocer; las visitas planeadas eran Downtown, Chinatown, Little Tokio, Observatorio Griffth, Hollywood, Beverly Hills, Pasadena, las playas de Santa Monica, Venice Beach, Malibu, Long Beach; el gran Queen Mary y por supuesto los parques de diversiones.
Así pasaron los días en los Angeles, siguiendo cada tip de los videos, evitando aquellas atracciones que nada más no eran likes para los que somos fans, sugerencias de comida, moverse en la ciudad, comprar lo que era útil, visitar lo que había planeado, era todo a la perfección y aunque cada rato hacía modificaciones a mi itinerario, no dejaba de caminar y cumplir todo aquello que movía mi sueño de volver a visitar. Era momento de seguir las instrucciones y visitar Universal Studios Hollywood, todo un día de risas y de grandes momentos hicieron que ese parque fuera el encuentro con mi niño interior, me hacía revivir cada parte de las películas famosas y disfruté los juegos más divertidos.
Al terminar la tarde comprobé que no existe cansancio que pueda detener mis sueños de seguir conociendo; y empaqué porque los dos parques Disney de la ciudad me esperaban.
El lugar más feliz de la tierra me daba la bienvenida, pero era solo para recordar que mi espíritu viajero había llegado en el tiempo correcto, no había nada que un trípode o un selfie stick pudiera detener.
Cada paso que di por la ciudad, por los parques, por las tiendas, por las avenidas, me recordaron que había tomado la decisión correcta; ¡¡ahorrar para viajar!! Hoy en día son mi prioridad, pues Dios me había dado una segunda oportunidad, y orgullosamente puedo decirlo, soy sobreviviente a una lucha contra el cáncer y eso me había despertado el sentimiento correcto. De esta vida lo único que nos llevaremos es lo que nuestro corazón ha sentido, y lo que nuestros ojos, oídos, nariz y manos han percibido, así que desde hoy he pensado que el mejor regalo que podemos darnos es ¡¡VIAJAR!!
*Si quieres ver tu historia publicada en Alan x el mundo, envíala a [email protected]
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