Por: Ernesto Rojano
Siempre había querido conocer Nueva York y mis ganas aumentaban cuando veía “Friends”, “Sex and the City”, “The Devil Wears Prada” y muchas películas que suceden en la Gran Manzana. Así que decidí regalarme de cumpleaños el viaje que siempre había querido hacer.
Busqué muchos videos (por supuesto, mis favoritos los de Alan x el mundo) y referencias en línea para tratar de no perderme al llegar a Manhattan, cosa que no conseguí porque, desde el momento que llegué al aeropuerto, tomé mal el autobús que me llevaría al hostal y tuve que caminar unas cuantas cuadras de más, pero ahí empecé a descubrir lo genial que es perderse en esta ciudad. Encontré lugares geniales que no estaban en mi guía de turistas, así que desde el primer día decidí conocer por instinto lo que me llamara la atención y caminar en ocasiones sin rumbo por la ciudad.
Mi primera parada fue en el lugar más brillante: Times Square, y puedo decir que no hay foto o video que te pueda preparar para estar parado en este lugar tan icónico, quedé fascinado con tantos anuncios y gente de todo el mundo admirando el lugar.
De inmediato quise ver una obra de Broadway y opté por Chicago, me formé por una hora debajo de las escaleras de Times Square para conseguir entradas con descuento, aproveché para comer una hamburguesa en Shake Shack de la Sexta Avenida y me encantó el lugar, tanto que lo visité casi todos los días. Anteriormente, había visto obras de comedia musical, pero creo que el hecho de estar en Broadway viendo una, hace que la experiencia sea inolvidable.
Durante mis días en Manhattan traté de visitar lo que más pude, así que adquirí el “New York Pass”, con el que pude disfrutar de diferentes museos y exposiciones; mis museos favoritos fueron el de Historia Natural y el Museo Guggenheim.
En el ferry tuve una diferente perspectiva de la ciudad, ya que desde el agua, los rascacielos se ven diferentes y a pesar de que fui en verano, en el ferry se sentía bastante frío lo cual hizo la experiencia diferente; el puente de Brooklyn y el puente Manhattan me encantaron, pero en la estatua de la libertad obtuve mi nueva foto de perfil de Facebook.
Ese día finalizó con una visita a la zona cero y al Museo Memorial, los cuales me conmovieron porque se siente que falta algo; la gente que visita el lugar procura guardar cierto respeto en recuerdo de las personas que perdieron la vida ahí. En el museo, tengo que admitir que se me salieron las lágrimas al ver un muro con las fotos de todas las personas que estuvieron en las torres, en definitiva estaba parado en un lugar significativo de la historia.
Al siguiente día quería ir a ver el Toro de Wall Street y, como me dijeron en el hostal que siempre estaba súper lleno, salí muy temprano para poder tomarme una foto con él, cosa que tampoco conseguí porque para esa hora ya había un grupo muy grande de gente intentando retratarse, así que solo pude tomarme una selfie y me retiré del lugar.
Ese día también subí al mirador del Empire State, me encantó la vista ya que pude disfrutar de un estupendo amanecer. Con mi playera salvadora de apuros puesta, continué mi tour, fui a Macy´s, al Madison Square Garden y al Chelsea Market, donde comí delicioso.
El día de mi cumpleaños había llegado y lo comencé con el tour gratis que hace el hostal en el Central Park, y a pesar de estar caminando por casi cuatro horas, el parque es genial, tiene muchísimo que ver, el castillo, las fuentes; además de que iba feliz porque el guía nos prometió visitar la fuente de Friends al final del tour, pero al llegar al lugar prometido ¡oh sorpresa! la fuente que sale en Friends no está en el Central Park, más bien se grabó en un estudio de Los Ángeles y los visitantes suponen que es una fuente que se encuentra ahí, pero no se parece mucho a la de la serie, además como había una construcción, sólo se podía ver desde 200 metros.
Más tarde caminé por la Quinta Avenida y el Rockerfeller Center, donde sí pude comprarme un souvenir de Friends en la tienda de NBC, y para cerrar con broche de oro, vi mi musical favorito, Mamma Mia; fue una excelente forma de cerrar mi cumpleaños.
Al día siguiente sólo tenía un par de horas antes de regresar a México, así que fui a desayunar y a despedirme de Times Square prometiendo regresar pronto, y así será.