Por: Jeison Andrés Salazar Bermúdez
Me encontraba en mí cuarto viendo vídeos y fotos acerca del evento juvenil más grande del mundo, me preguntaba si podría algún día estar allí y compartir con personas de todos los rincones del mundo, después de estas preguntas vinieron otras y entre esas la que más me agobiada ¿de donde sacaré dinero para ir?
Antes de contar la historia pues les explico de qué se trata, la Jornada Mundial de la Juventud es un evento creado por el Papa Juan Pablo ll en el año 1984 donde miles de jóvenes se reúnen cada 3 años en una ciudad diferente del mundo con el propósito de compartir experiencias , culturas, ideas y todo bajo una misma fe.
Por Internet vi un vídeo de una persona que ya había conocido antes en un evento y hacía la invitación para que muchos jóvenes se sumaran a la experiencia, inmediatamente lo contacté en mayo del 2018 y empecé un proceso de indagar y solicitar información de cómo podría ir.
Éramos varios jóvenes de nuestra diócesis los que teníamos la idea de hacer lo posible para poder asistir a este evento.
La idea era realizar proyectos y eventos que nos ayudaran a recolectar dinero para poder pagar todo lo del viaje.
Inicialmente comenzamos vendiendo boletas de rifas a todos nuestros amigos , familiares , vecinos y hasta desconocidos, la idea era clara y la necesidad de recolectar fondos crecía. Pasaban los días y fue duro porque eran demasiadas boletas y llegaban muchos bajones porque hubieron días donde no vendíamos ninguna , entonce se nos vino a la mente realizar rifas de otra clase , ventas y más ventas, nuestra única meta era recolectar dinero para ir a la JMJ.
En muchos momentos pensábamos que era una locura o que quizás teníamos la idea de ir pero así no sería así que fue un poco duro porque yo era de un pueblo y los demás amigos que planeaban ir estaban en otro pueblo entonces ellos allá se ayudaban pero por la distancia a mí me tocaba vender y recolectar dinero a mi modo, aunque cuando podía yo viajaba y nos colaboramos entre todos. Poco después logré sacar mi pasaporte y eso me permitió meterme a la cabeza aún más la seriedad con la cual las cosas estaban fluyendo.
El viaje era en enero del 2019 y ya estamos en el mes de diciembre del año 2018 y las tensiones aumentaron porque no teníamos el dinero completo así que nos llenamos de voluntad y seguimos luchando , muchas personas nos ayudaron y nos motivaban a luchar por nuestro objetivo.
Fue así como en enero del 2019 me encontraba en un avión por primera vez, me dirigía hacia un país diferente al mío, por primera vez, y a conocer el mar, por cierto por primera vez también. En mi mente no cabía la certeza de que iba a ser parte de un evento único en el mundo y era de los pocos jóvenes con el privilegio de vivir esta experiencia.
Estando allí conocí personas del todo el mundo , todos hablábamos en idiomas diferentes pero el traductor de voz impidió la mala comunicación. Todos llevábamos objetos representativos de cada país de origen para realizar intercambios, conocí personas de México los cuales me obsequiaron un típico sombrero de mariachi, también conocí a unos polacos que me regalaron una bandera y una pañoleta con los colores patrios como símbolo de amistad , también una italiana sin conocerme se acercó y me regaló unas estampas de la virgen patrona de su país , también hicieron parte de mí colección de regalo unos origamis traídos de Japón, eran hermosos y me hicieron reflexionar sobre las fronteras que nos trazamos los humanos y estar allí hablando con alguien personalmente, a quien no le entendía lo que me hablaba, pero estaba allí con él. También me traje una pelota de béisbol con la cual minutos atrás se había realizado un triunfo en un estadio de Chitré-Panamá.
Panamá es un país que llevaré en mi corazón , me impactó ver su hermoso canal y cómo barcos provenientes del todo el mundo hacían su recorrido por aquel lugar, sus playas, sus inmensos edificios, su gente y su cultura hicieron de mí una persona más conocedora del significado de cada uno de nosotros en el mundo y no dudo que las 700.000 personas que estuvimos allí se llevaron para sus casas un recuerdo grato de estas tierras.
Esta es mí historia, un día estaba en mí cuarto anhelando poder viajar y ser partícipe de este evento y otro día lo estás aquí contando, recuerdo que después que llegué del viaje y desperté al día siguiente en mi casa miraba los regalos que recolecté de todas partes del mundo y me preguntaba ¿realmente si pasó?