Tú x el Mundo

El último adiós a Her Majesty  

Por: Diana Robles Gallegos

 Como todos saben, hace poco murió la Reina Elizabeth II y como era de esperarse el funeral fue uno de los hechos históricos más importantes, por lo que les voy a contar que se vivió con un Londres abarrotado de gente, flores, solemnidad y muchas muestras de cariño para la Reina y la monarquía en general.

Hubo varios días de recorrido por algunos lugares de Gran Bretaña pero cuando el féretro llegó a Londres, se abrió una capilla ardiente durante 4 días en la que miles de ingleses y extranjeros hicimos una laaaaaarga fila que desde el punto de inicio hasta la Abadía de Westminster eran en promedio 12, 19 y hasta 26 horas de espera!!!!!!! y eso que la fila siempre avanzó fluidamente, no había tiempo ni lugar para sentarse o descansar, ya que si lo hacías perdías tu lugar porque nunca se detenía, así que había que aguantar.

Los más afortunados en la fila fueron los que caminaron al lado de David Beckham, pues además de regalarles donas y café, aguantó estoico las 12 horas de su recorrido y a pesar de ser una persona reconocida decidió rendir su último adiós a la Reina como cualquier británico, haciendo la respectiva e interminable fila.

Y yo, estoica como Beckham, también me eché mis 12 horas formada, aguantando el frío de la madrugada junto al Támesis, al menos nos regalaron unas cobijas para poder soportar más. Y he de decirles que el tiempo estimado de mí recorrido era mínimo de 14 horas, pero he de admitir que en un punto de la fila me metí jajajajaja porque vi que otras personas lo estaban haciendo y pensé, ok, no soy británica, no tengo que ser extremadamente educada y además ya me cansé de estar tanto tiempo formada.

Así que como iba yo sola, caminé por el lado peatonal, ya que habían dividido la calle en 2, el lado de la fila y el peatonal, y simplemente me salí de la fila, caminé por el otro lado y avancé hasta lo más adelante que pude, eso redujo mucho mi tiempo fila y por fin después de casi 12 horas llegué al último retén de seguridad que estaba en la Abadía de Westminster y básicamente era una revisión como las del aeropuerto, donde te quitan líquidos y cosas que no están permitidas, pero además nos hacían apagar el celular para no tomar ninguna foto ni video dentro de la capilla donde estaba el féretro.

Ya dentro de la capilla todo era solemnidad y silencio absoluto!!! como nunca antes lo había visto. Fue impresionante ver el féretro con la corona encima, pero sobretodo el sincero respeto que cada uno de los asistentes mostraron, muchos de ellos hacían reverencia, otros simplemente bajaban la cabeza como muestra de respeto.

Muchos otros que decidieron no aventurarse a hacer la larga e interminable fila, simplemente llevaron flores a Green Park y Hyde Park, pero ¡oh sorpresa que me lleve! Porque fue sorprendente ver la cantidad de flores que había, por supuesto yo no me podía quedar atrás y al igual que todos mostré respeto dejando una bandera de México con un mensaje.

Otra muestra de respeto fue cuando el día antes del entierro se realizó un minuto de silencio a nivel nacional, donde estuvieras tenías que parar y llevarlo a cabo, en mi caso estaba cenando en un restaurante y la mesera se acercó a cada una de las mesas para decirnos que a las 8 en punto tendríamos que guardar silencio en respeto a la Reina, así que ese fue otro momento de impacto, porque todo se paró durante un minuto y al finalizar uno de los comensales gritó God Save The Queen!. También muchas de las tiendas, sobre todo en Regent Street, mostraron respeto y sus condolencias colocando banderas negras y fotografías de Her Majesty.

Ya el día del funeral, se vivió un ambiente sumamente triste, porque era la última vez que los británicos podrían ver a su Reina, por lo que muchos de ellos acamparon toda la noche para tener el mejor lugar y poder despedirse de ella. El momento cumbre para cada uno de nosotros fue ver pasar el féretro de Her Majesty rodeado de marinos y atrás de ellos al nuevo Rey y a todos los miembros de la Monarquía. Así que a pesar del cansancio, la larga espera en la fila y en general caminar por Londres sumamente atiborrado de gente, fue una gran y única experiencia.