Colaboraciones

El mejor regalo que me han dado mis hijos

El concepto de felicidad ha sido romantizado de más, pensamos que la felicidad es un estado de alegría permanente, de risas y una vida perfecta. Igual la maternidad, la pareja perfecta, los hijos perfectos. Eso no existe. Lo que nos hace felices es esa paz y cálidez que llena nuestra alma, de lo vivido, de las conexiones hechas y las experiencias adquiridas.

Si me preguntan cuál es el mejor regalo que me han dado mis hijos, es fácil responder; ha sido poder viajar con ellos. Crear recuerdos que se quedarán por siempre en nosotros.

Viajando juntos las cosas más sencillas se vuelven valiosas, porque cada vez que volvemos a ver esas fotos, nos volvemos a reír y volvemos a sentir esa conexión única e inquebrantable que te da el viajar en familia. Es algo tan especial que no puedo describirlo, algo hermoso y entrañable.

Después de la pandemia aprendí, que no quería perder el tiempo, me sentía frustrada por lo que en algún momento deje de hacer, porque no sabes que va a pasar en el futuro, porque nunca imaginamos que íbamos a estar encerrados un año sin viajar (admito que si me causó poquito trauma jajaja). Es cuando valoré más el regalo y el privilegio de poder viajar con mis hijos.

¿Cuántos momentos me perdí? No lo sé, pero seguiré recolectando muchos más.

Esos momentos son un tesoro, los guardo en mi cajón de cosas especiales. Y ¡Si! que nos ha pasado de todo. Me quedo por ejemplo, con el recuerdo de la vez que nos obsesionarnos por unos sandwiches de pepperoni en Reikiavik o ver alces en la carretera de Islandia o cuando no podíamos manejar en las calles tan angostas de Cordova, morímos de risa con el ataque de miles de moscos en un pueblo perdido de Michigan o rodar por la nieve sin control y sin parar de reír en Canada.

Y la lista es enorme, la felicidad no llega por ver la Torre Eiffel o La Alhambra en España, sino por estar juntos y aventurarnos, por platicar horas manejando entre pueblo y pueblo y explicarle a mi hijo sobre la historia, mi vida, dudas, o lo que sea, por cantar y decir tonterías, por convivir, por simplemente vivir la experiencia. Eso es lo que quiero este día de las madres. Eso es lo más bonito y perfecto para mi.

Así que regálenme más momentos maravillosos con ustedes, ese es el mejor regalo.

Grace Navarro

Fotografa, viajera y mamá muegano.
Nací en Mexicali, donde el sol te quema la piel y la gente te abraza con su calor humano. Un impulso me trajo a la CDMX y muchos otros me han mantenido en esta ciudad. Si me preguntas dónde he trabajado te diré que en periódicos, revistas y editoriales, que me han pagado por tomar fotos, que he viajado y conocido lugares increíbles, y que he conocido a gente excepcional. La verdad es que la fotografía cambió mi vida y eso es lo que soy, simplemente una fotógrafa.