Por: Karina Schmidt
En agosto del 2015 realizaba el gran sueño de mi vida: la Polinesia Francesa.
Lo que hace 15 años para mí parecía algo imposible, con el paso del tiempo y con los pasajes cada vez más accesibles, me dí cuenta que si me lo proponía podría lograrlo. No es tan caro como parece.
Air Tahiti tiene paquetes de pasajes entre islas que lo hace mucho más económico y hay pensiones a muy buen precio.
Para los que no saben, la Polinesia está formada por 5 archipiélagos, siendo Islas de la Sociedad el que yo visité.
Las Islas de la Sociedad son 6, por cuestiones de tiempo (tenía sólo 25 días de vacaciones), visité 4, aunque por el mismo precio podría haber ido a todas.
Llegamos a Tahití a las 5am y nos fueron a buscar de la pensión Punatea Village (en Tahiti Iti), en donde nos íbamos a quedar los primeros 4 días. A excepción del primer día que había un casamiento en la pensión (y nos invitaron, aunque con el jetlag nos dormimos), los demás éramos los únicos huéspedes. Esos días fueron grises, con bastante lluvia pero igual se pudo disfrutar: kayak, bicicleta y la paz de la naturaleza.
Luego nos fuimos a otra pensión ubicada en Tahiti Nui, en donde nos quedamos una noche más antes de partir a Maupiti.
Tahiti es la isla más grande de la Polinesia, tiene algunas líneas de ómnibus, pero tanto para ahí como en las demás islas, elegimos hacer dedo. La gente es muy amable, nunca esperamos más de 5 minutos a que alguien nos llevara y la mayoría de las veces nos llevaron hasta donde íbamos, aunque fuera pasando su destino.
Llegó el día más esperado, partir hacia el verdadero paraíso (todo bien con Tahiti, pero…), ¡Maupiti nos esperaba!
Maupiti es una pequeña isla de menos de 2 mil habitantes, conocida como la hermana menor de Bora Bora, ya que su formato es bastante similar. Ahí no encontrarán hoteles 5 estrellas, empresas de turismo, ni turistas por todos lados. Es un lugar para descansar y disfrutar de las hermosas playas.
Nos hospedamos en el motu Auira,una pensión familiar en donde nos trataron muy bien. La dueña nos regaló frutas, nos llevó comida casera y unos buñuelos dulces que estaban espectaculares.
Después de 4 días, nos fuimos a Bora Bora.
Nos hospedamos en la pensión Chez Nono, ubicada en Matira Beach, la playa mas linda de la isla y (creo) la única playa pública.
Elegimos Bora Bora para gastar más en actividades y darnos todos los gustos. Alquilamos un barquito sin necesidad de licencia ya que es facilísimo aprender, hicimos parasailing, alquilamos autitos eléctricos para recorrer la isla e hicimos un tour nadando con mantarrayas, alimentando tiburones y finalizando con una visita a un motu con picnic incluido.
Luego de Bora Bora llegó el momento de ir a Moorea.
No me gusto demasiado y la verdad que no volvería. Creo que después de haber estado en las playas de Maupiti y Bora Bora, Moorea queda fuera de competencia. Alquilamos bicicletas para recorrer los aproximadamente 65km de carretera que circunvala la isla, y lo único que me dejó sin aliento fue la pedaleada, porque los paisajes no me impresionaron.
Lo que salvó la visita a Moorea fueron las ballenas y delfines que pudimos ver en su hábitat natural.
Se estaba terminando el sueño hecho realidad y ya era hora de regresar a Tahiti para pasar el último día, comprar regalos y volver a la triste rutina del trabajo de oficina.
Algún día volveré…
Les comparto un video de todo mi viaje.
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