El Rey Carlos III anunció la apertura del Castillo de Balmoral para visitas públicas este verano, marcando un hito histórico al permitir un acceso sin precedentes a la residencia privada de la familia real británica en Escocia.
Las visitas tendrán lugar diariamente del 4 de mayo al 11 de agosto, brindando a los admiradores de la realeza la oportunidad única de explorar este icónico lugar.
Tras el anuncio, la demanda fue abrumadora y todas las entradas, valoradas en 100 libras esterlinas y que incluían la visita dentro del castillo, té y galletas, se agotaron en tan solo 24 horas.
Sin embargo todavía se pueden adquirir boletos para la entrada a los terrenos, jardines y exposiciones (sin poder acceder al castillo en visita guíada) por 17,50 libras para adultos, 9 libras para niños de 5 a 16 años y menores entran gratis.
Tomar el Afternoon tea tiene un costo de £60.00 y todas estas reservas se pueden hacer en la página oficial y algunas agencias de viaje revenden los boletos para las visitas al interior del castillo.
Balmoral, el castillo favorito de Isabel II
Situado majestuosamente a orillas del río Dee, en el corazón del Parque Nacional de Cairngorms, Escocia, el Castillo de Balmoral ha sido la residencia monárquica desde 1852. En esa época, el príncipe Alberto adquirió la propiedad para su esposa, la reina Victoria, convirtiéndola en un refugio de verano para la familia real.
Construido en estilo baronial escocés, el castillo es una obra maestra arquitectónica que combina elementos de castillos medievales con toques victorianos. Sus imponentes torres, torreones y almenas le otorgan un aspecto de fortaleza, mientras que sus interiores están decorados con lujosos muebles, tapices y obras de arte que reflejan el esplendor de la monarquía británica.
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A lo largo de los años, el Castillo de Balmoral ha sido testigo de momentos históricos y ha albergado a numerosos miembros de la familia real durante sus estancias en Escocia. Desde reuniones privadas hasta celebraciones familiares, el castillo ha sido el escenario de innumerables eventos importantes en la vida de la realeza británica y fue el sitio donde murió la reina Isabel II, quien lo consideraba su castillo favorito.
Los extensos jardines y terrenos que rodean el castillo son igualmente impresionantes, con parques paisajistas, bosques frondosos y senderos pintorescos que invitan a los visitantes a explorar la belleza natural de los alrededores. Además, el castillo cuenta con una granja y una destilería, donde se produce el famoso whisky de Balmoral, una delicia para los amantes de esta bebida.