Por: Engracia Muñoz
Siempre había tenido la curiosidad de tomar un crucero de solteros, llegué a preguntar en las agencias, y la respuesta era, que no siempre se hacía, pero si les llegaba información, me la enviarían. Durante el recorrido en Barrancas del Cobre, por una de mis compañeras de viaje, me enteré que ella y unas amigas tomarían uno, a lo que inmediatamente le pedí que si era posible que yo fuera, me avisara. ¡Y la aventura comenzó!
Después de reunirnos a platicar sobre el viaje, resultó que era un viaje que habían encontrado por internet, pero no tenían ni idea de cómo organizarse para integrarse al crucero. Y sí, imaginan bien, yo comencé a investigar, porque los organizadores provenían de Inglaterra, y teníamos que estar seguros de que era real y no nos iban a estafar con el dinero.
El crucero salía de Miami y la naviera era Carnival, por lo que primero era ver si ellos como compañía estaban apoyando este viaje, muy amables, me respondieron que no, que era independiente. Busqué en la página en donde ponerme en contacto con ellos, pero solo se podía a través de una agencia. Así que para no hacer larga esta parte, la agencia se contactó con ellos y no hubo respuesta, no nos quisimos arriesgar, pero tampoco quedarnos con las ganas de viajar en crucero.
Investigué el nombre, ruta y fecha de salida del crucero que tomarían y nos fuimos en el mismo, la idea era estar seguras de que si existía esa compañía. Contratamos el camarote más económico, sin ventanas y la verdad que solo es para dormir, pero en la noche no se mira nada, por lo que dejábamos prendida la luz del baño y la puerta cerrada, los cajones con tape porque con el vaivén del crucero los cajones se abren y se cierran y no dejan dormir.
El viaje estuvo espectacular, llegamos dos días antes para recorrer Miami, hicimos el tour por la ciudad, la Pequeña Habana y otros lugares muy bonitos, y el paseo por los Manglares… ¡Divertidísimo! Fuimos a cenar al Bongos Cuban Café, hicimos la reservación en línea, muy bueno y muy divertido y nos movimos por autobús, muy fácil de hacerlo y económico. Lo sentimos como dos viajes en uno, ya que por la noche preparamos maletas para comenzar nuestro viaje en crucero. Fueron por nosotros de parte de la naviera para llevarnos a puerto. Nos registramos, nos dieron un curso rápido de qué hacer en caso de emergencia y después de un par de horas, nos entregaron nuestro camarote, mientras esperábamos, nos tomamos fotos, y comenzamos a probar lo que el barco nos ofrecía, no sabíamos por dónde comenzar. Así que iniciamos por lo que nos habían recomendado, ¡Las hamburguesas! Y sí están deliciosas, lo más bueno que he probado en mi vida, hablando de hamburguesas.
El crucero, aparte de mucha comida, tiene un piso dedicado a la diversión, show nocturnos, casino, música en vivo, tiene restaurantes temáticos y también tiendas, en donde un día antes de terminar el viaje, lo venden todo con descuento, pero la verdad, son cosas de no muy buena calidad.
Visitamos Bahamas, San Thomas, Puerto Rico y San Martin, cada lugar te impresiona de lo bonito que está, el clima sensacional, en Bahamas, tuvimos un tantito de Wi-Fi, pues de ahí me conecté y saludé a la familia en Facebook y tan-tan, porque al regresar al barco, nada de internet. En cada isla tomamos un tour para recorrerlas y conocer sus encantos, como mi lindo Puerto Rico, tierra del grupo Menudo, del cual soy fan “de hueso colorado”, por lo que ahí usé una blusa que conservo de esa época.
¿Y los solteros? Jajaja, pues los solteros si estaban ahí, eran muchos, en uno de los pasillos, la compañía que los llevaba, todos los días publicaba una hoja con el itinerario de actividades, así nos enterábamos de dónde andaban.
El día que el Crucero lo llama la noche de gala, en la que el capitán cena con los pasajeros, tenían cita en el bar para la foto grupal, pues ahí nos fuimos a mirarlos. Desde lo alto de las escaleras, nos asomamos y tomé una foto que salió muy borrosa, pero se mira la cantidad de gente que era. Había uno que otro latino, que por cierto en una de las noches en la pista del casino se puso a bailar con nosotras.
Los primeros días andaban todos juntos, a partir de la mitad y final del viaje, algunos andaban en grupo o solos y no se miraban muy contentos. Tuvieron sus fiestas temáticas, de blanco y negro, de romanos, de arlequines, pero creo que no identificamos si alguien hizo pareja.
Solo concluimos que nosotras nos la pasamos mejor, nos divertimos mucho, porque a pesar de que el crucero te marca tiempos para cada isla, era una aventura aprovechar la estancia, algunas de las islas son para relajarte y disfrutar de la playa y el mar, otras para hacer aunque sea brevemente un recorrido.
Gran Turka en Bahamas fue nuestra primer Isla a visitar, muy chiquita, tan chiquita que tienes la posibilidad de ver los dos lados de la isla. Impresionante, de solamente seis millas (9,7 km) de largo y 3 millas (4,8 km) de ancho. En Puerto Rico visitamos El Morro y el Castillo de San Cristóbal y el viejo San Juan. Nos enteramos que la Isla de San Martin tiene dos nacionalidades y su nombre se escribe distinto, San Marteen del lado Holandés y San Martin del lado francés, tiene una de las pistas más peligrosas para el aterrizaje de los aviones, porque es muy corta, si buscan en youtube, hay videos en donde pueden ver a la gente esperando que aterricen los aviones. Nosotros no tuvimos oportunidad de vivir esta experiencia ya que estaba lloviendo, preferimos seguir avanzando, también tienen su playa nudista!!! Jajaja, solo un letrero dividía la zona, era muy curioso ver a la gente como nada más pasaba la raya y se iban quitando el traje de baño, sin pena. Y por último la Isla de San Thomas en donde visitamos una granja de mariposas.
El viaje en crucero invita a relajarte, a comer y a tomar a manos llenas (algo que no aproveché porque no tomo), todo está incluido… nosotras celebramos el cumpleaños de Sarita y mi segundo aniversario de Jubilada, así como el cumpleaños de Panchita y Rosy, hicimos muy buena amistad con los meseros que nos atendían. Un detalle interesante, hay jubilados americanos que viven en los cruceros, les sale más económico que mantener casa en tierra, esto lo comentó una señora que le dieron un reconocimiento por sus 25 viajes en crucero, tal vez eran más, pero no recuerdo el dato.
Y en nuestro último día…dijo un señor… “mañana a esta hora ¿Quién me va a tocar música para bailar, quién me va a cocinar, y quien va a arreglar mi cama?” Le sacamos provecho… muy felices de la experiencia vivida, y agradecidas con Rosy y Panchita por la invitación y para muestra, ¡Un botón!
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