Hay cosas que un viajero (educado) no debe hacer. Algunas son simples reglas de civismo y otras son consejos para que la experiencia de viaje sea más intensa. Esta es mi lista.
AMONTONARSE EN LA ENTRADA DEL AVION
No entiendo porque si todos nos vamos a sentar y el avión NO se va a ir sin nosotros, la gente insiste en amontonarse en la fila para entrar al avión como si fueran a quitarles su espacio.
He visto como las aerolíneas han tratado (sin éxito) de hacer más eficiente el abordaje por medio de grupos divididos. Pero no entendemos, aunque llamen a los pasajeros de ventanilla nosotros que tenemos el pasillo nos paramos y nos formamos, a estorbar, a entorpecer el abordaje como si fuéramos animalitos. Un viajero educado se levanta y se forma cuando es llamado, no antes.
FLATULENCIAS EN LOS AVIONES
A ese tema ya le dediqué un post completo que lo pueden leer aquí.
NO REVISAR SU MALETA
Aunque usted no lo crea la cantidad de maletas “perdidas” que en realidad fueron tomadas por otros pasajeros que pensaron que era la suya es bastante relevante.
Mi tío (que NO voy a decir nombres), llegó de su viaje de Los Angeles y al abrir su maleta descubrió una serie de sostenes y calzones que obviamente no le pertenecían (o quizá tiene una vida oculta que no nos ha revelado). Obviamente se equivocó de maleta y como buen ranchero no quiso ni intentó hablar a la aerolínea para comunicar su error. Tío, si me estás leyendo: TU MUY MAL!
ROMPER LA REGLAS
Es de viajeros “bien” leer anticipadamente sobre las reglas cívicas y legales del país que visitará. No se nos olvide que a dónde fueres haz lo que vieres, y eso aplica para bien y para mal. Es inútil hacer una fila para entrar al metro de Shanghai, en definitiva hay que amontonarse como lo hacen ellos; por el contrario, en Japón es imprescindible formarse y además guardar silencio en los trenes.
En cuestiones legales hay que tener cuidado. Lo que puede ser legal en tu país quizá es castigado en otros. Sean cautos. En los países musulmanes las muestras de cariño en público son muy mal vistas y en algunas naciones castigadas.
FRECUENTAR LAS FRANQUICIAS
La globalización ha ayudado a las comunicaciones en el planeta, cada vez estamos más conectados y se han diluido algunas diferencias. Sin embargo, en el terreno comercial parece ser que lo “único” está desapareciendo para darle paso a lo “común”: Starbucks, Mc Donalds, KFC, P. F. Changs, Burger king, H&M, Zara, Gap, Guess y la lista cada vez es más grande.
No viajamos miles de kilómetros para comprar o comer lo que tenemos en casa. Buscamos experiencias. Y aunque dice el dicho “Más vale malo por conocido que bueno por conocer” en los viajes yo prefiero lo contrario. No es que lo haga todo el tiempo pero evitar las franquicias es evitar la anti-memoria. Por muy malo que sea un restaurante local o una tienda de ropa única, nos creará un recuerdo permanente y nos alejará de la comodidad. Nos llevará a ese lugar donde se encuentra el aprendizaje.
COMPARAR CON NUESTRO PAIS
Visitar una nación extranjera sólo para compararla con el lugar donde nacimos es un error muy común que cometemos los viajeros. No viajamos para comparar, viajamos para disfrutar. Son las diferencias lo que hacen de cada país un universo único y fascinante. Mientras menos comparemos más aprenderemos. Aunque probablemente en nuestro país haya lugares más bonitos o grandiosos, comparar es negarnos a apreciar la belleza del planeta.
DAR LIMOSNAS
Esto aplica en los países en vías de desarrollo. Incluso si vives en uno de ellos. Está comprobado que las limosnas que les damos a la gente de la calle lo único que provocan es que los mantengamos allí, en la calle. Al darle limosna a un niño estamos comprometiendo su futuro en lugar de ayudarlo. Sí, puede ser duro. En lugares como la India la pobreza es tal que se te rompe el alma, pero si de verdad queremos provocar un cambio en nuestro planeta y no sólo sanar nuestras culpas no les demos dinero, si tanto te preocupa acércate a una institución o fundación y dona.
COMPRAR PRODUCTOS PROHIBIDOS
Para el viajero que no tiene idea es normal que no sepa lo que está comprando, pero un viajero responsable no puede permitirse ese lujo. En muchos países se venden productos penados por la ley, desde maderas hasta antigüedades. Hay que ser cuidadosos y de nuevo leer mucho antes de visitar el lugar, preguntar y asesorarse.Por ahora es todo lo que se me ocurre, si quieren compartir algo por favor háganlo en los comentarios.
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