Autora: Rosa Estela Gudiño
Todo empezó con una especial de la linea aérea y un amigo que las cuestiones laborales lo llevaron a cambiar de residencia a Aguascalientes, el tiempo paso rápido y llegó el día de viajar. Un viajero arrepentido decide no ir y una viajera bien puesta que al final su trabajo no le permite ir. Eso me deja a mi; Rosa, tomando un vuelo sola a Aguascalientes, y junto con Arnulfo (el anfitrión) empezamos a hablar de que hacer, ya que al final solo seremos él y yo.
Yo ya iba con la idea de ir a la Huasteca, pero no quería imponer mi voluntad, así que deje que mi amigo hiciera su investigación en Internet, claro que me encargué de mostrarle las fotografías más espectaculares que pude encontrar del lugar. Después de checar distancias, Google decía sólo 6 horas de camino, decidimos partir al día siguiente. Escogimos la ruta por la Sierra Gorda de Querétaro, ya que según nos dijeron era la más segura y con menos tráfico.
Así que emprendimos el camino, las vistas en la carretera son espectaculares, cruzar la Sierra Gorda es un espectáculo, y ahí es donde empieza nuestra aventura, manejamos y manejamos, pasaron más de las 6 horas que Google “nos dijo” tomaría el viaje. Aunque las vistas eran espectaculares, ya nos empezábamos a cuestionar si había sido buena idea hacer ese viaje, al final después de casi 9 horas de viaje llegamos. Buscamos el hotel que habíamos seleccionado (Posada James) en la total oscuridad de la sierra, llegamos y sólo al atravesar el portón olvidamos por completo el largo camino. Nos recibieron muy amablemente, nos mostraron las instalaciones y nos entregaron el cuarto.
Ya desde ahí nuestra aventura en la Huasteca empezaba con el pie derecho, un hotel sencillo, sin lujos pero atendido por excelentes personas que te hacen sentir como en tu propia casa,y que decir de las instalaciones y las vistas. Al llegar nos tocó suerte que estaba ahí “Mundo” (que es todo un personaje) ofreciéndoles un paquete a otros de los huéspedes del hotel, nos unimos y quedó de pasar por nosotros a las 5 de la mañana. No muy agradable el horario pero para eso estábamos ahí.
Partimos del hotel antes del amanecer rumbo al Sótano de las Golondrinas. Son aproximadamente 600 escalones, y sólo pensaba en la subida, pero aun así seguí. Llegamos al mirador, el cual es impresionante. Esperamos un rato a que las golondrinas (que en realidad no son golondrinas sino vencejos) salieran de la fosa, lo cual es un espectáculo increíble que dura 15-20 min. Todos los días los vencejos salen por la mañana rumbo al Golfo de México en donde se alimentan, para después volver por la tarde al sótano, después de verlas partir nos tocó a nosotros seguir nuestro camino. Subir esas escaleras, ¿que les puedo decir? Por un momento pensé que no lo lograría pero todo vale la pena.
Una vez todo el grupo completo de vuelta en la camioneta partimos al poblado de Aquismón, ahí desayunamos comida típica de la región como el zacahuil y los bocoles. Una vez con energía recargada nos fuimos rumbo al Parque Natural la Morena, en donde tomamos una lancha por el río para llegar a la impresionante cascada de Tamúl. El paseo es divertido ya que puedes remar, jugar guerras de agua con las personas en las otras lanchas que son parte del paseo y de regreso una parada a nadar un poco en una cueva. Ya cansados y hambrientos volvimos a la entrada al parque a comer, descansar y relajarnos un poco antes de emprender el camino de regreso al hotel. Llegamos al hotel en calidad de bulto, pero la experiencia bien valió la pena. Vimos el atardecer desde la terraza del hotel, mas relajación y a dormir que aún nos faltaba mas recorrido.
Al día siguiente nos fuimos al Parque Surrealista de Edward James, otro lugar increíble para recorrer. Cascadas, vegetación, esculturas. Todo en conjunto forman un paisaje de ensueño y bueno aquí se nos terminó el paseo, había que tomar un baño y regresar a Aguascalientes por un par de días más antes de regresar a mi Tijuana bella.
Faltaron muchas lugares por visitar, muchas cosas por hacer (rafting, rappel, tirolesas) pero eso ya será parte de otra historia.
Nuestro agradecimiento a Google por “decirnos” que sólo eran 6 horas de camino, porque si hubiéramos visto desde el inicio que serían 9 seguramente el plan habría sido otro.
Así es… Dios tiene una manera tan maravillosa de marcarte los caminos a seguir, que el hecho de no tener la información correcta, respecto a los tiempos, los llevó a disfrutar de un viaje, que seguramente para ustedes será inolvidable… Gracias por compartir tu historia, este es uno de los puntos que me han recomendado visitar en México… así que gratamente, te comento, que tu historia y tu experiencia, son muy valiosos para mí… en el momento en que se dé visitar por allá. 😉 Saludos!