Un error convertido en acierto
Mi esposa Ximena Herrera (tambien actriz) y yo viajamos a la ciudad de Phoenix, Arizona por cuestión laboral. Teníamos mucho tiempo sin estar juntos pues en ese entonces ambos trabajábamos en países distintos. Por lo que pensámos que este viaje era la oportunidad de tener una escapada romántica. El viaje no fue lo que esperábamos, los compromisos laborales no nos dejaron cumplir con nuestro objetivo y ambos estábamos algo frustrados y deprimidos.
De regreso, nuestro avión hacía escala en Colorado. Yo no conocía la nieve y al llegar al aeropuerto para hacer nuestro cambio de avión Xime me dice -Huele a nieve-. De repente se me prendió el foco y le propuse a mi esposa quedarnos ahí mismo. Hicimos un acuerdo: si la aerolínea nos dejaba bajar las maletas nos quedábamos, si no era posible, seguiríamos nuestra ruta de regreso a México. La respuesta de la aerolímea fue: No hay problema! en unos minutos bajamos sus maletas!
Así que allí estábamos, en Colorado, sin ropa para la nieve, sin reservaciones pero con el corazón lleno de ilusión por tener tiempo para nosotros. Conseguimos reservar un hotel en medio de las montañas. Nos lanzamos a un Outlet a comprar ropa de invierno, la gente nos veía raro pues yo iba vestido con ropa de primavera, pero no nos importaba estábamos felices.
Llegamos al hotel en la localidad de Copermountain, pero cual fue nuestra sorpresa cuando al llegar nos dijeron que nuestra reserva no era en ese hotel sino en otro ubicado en un pueblo distinto. Era tarde y no había forma de llegar al hotel al que realmente habíamos hecho la reserva, por lo que solicitamos nos hospedaran en el que ya nos encontrábamos. Pero NO HABIA HABITACIONES! Les pedimos, rogamos, suplicamos que nos dejaran quedarnos allí, que nos dormíamos en el lobby pues no teníamos donde pasar la noche. Al final accedieron y nos ubicaron en una increíble habitación con chimenea y vista a la pista de hielo.
Al final terminamos pasando las mejores vacaciones que hemos vivido juntos. Parecíamos niños pequeños jugando con la nieve, aprendí a esquiar no sin antes caerme mil veces y salir volando por los aires. Fue un viaje romantiquísimo. Íbamos en principio por tres días y nos terminamos quedando diez! pues cada día que llegaba no queríamos regresarnos a casa.
Una de las cosas más divertidas fue el “tubbing” una especia de tobogán de nieve en el que te deslizas sentado en una llanta. Comíamos delicioso, disfrutábamos de chocolate caliente justo después de esquiar y un viaje tan inesperado, sin planear, nos dió un increíble regalo a mi esposa y a mi.
Adoptamos una actitud de vivir intensamente el presente y no me arrepiento en lo absoluto. Alguna vez escuché la frase ” las mayores alegrías de la vida son las que no esperas” y con este viaje quedó más que comprobado.
Esta increíble la reseña. No fueron tips de novatos sino un gran reminder de atreverse a romper la rutina. Me encantó!!!
Me encantóooo!!! Q buena historia!!! DE hecho le puede pasar a cualquiera y el mensaje es fantástico! Grax x Compartirla Alan y Alex Sirvent!!!
Me encantó la historia de nuestro adorado Alex =) que bonito conocer más de su vida. Un abrazo desde Guatemala!
Que padre experiencia 🙂 !!! Las cosas que no son planeadas siempre son el doble de increíbles!! Que lindo que comparten sus experiencias viajeras 😀 !!!!!
Alan, una vez mas agradecerte por esta posibilidad de hacerme conocer otras culturas y lugares,al menos para mi, imposibles de llegar.Felicitaciones, ademas tus relatos son tan interesantes como divertidos. En cuanto a la anecdota de Alex, me parece fantastica, cuando menos programas algo, mejor sale y ahi tenes el ejemplo, además tambien felicitarlo a él por su bella esposa, por lo buen actor que es y por lo dulce que es cantando. Te esperamos por Argentina, y bueh!te hacemos un lugar en el depa para abaratar costos,eso si a mi me llebas con vos y mi marido se queda con los peques, te va? Besos, y segui asi Alan,tenes angel, carisma y mucho talento!☼