Hola bandita viajera, en esta nueva colaboración les cuento cómo le hice para ver auroras boreales en Canadá.
Yo lo hice con la agencia Dream Destinations México ya que conozco bien su experiencia y conocimiento del destino. El paquete que contraté incluía una noche en Vancouver (aunque yo la cambié por Calgary) y tres noches en Yellowknife, la capital de los Northwest Territories canadienses.
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Día 1. Hola Calgary
Vuelo desde Ciudad de México a Canadá con escala en Vancouver. La migra en Vancouver estuvo muy rápida, sin embargo tuve que correr porque mi tiempo de conexión era muy corto (siempre consideren mínimo 2 horas) y logré llegar a mi vuelo con destino final Calgary.
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Del aeropuerto tomé un Uber y me hospedé por dos noches en el Hilton Garden en el “downtown”. Hice la prueba del colchón al mero estilo de Alan por el Mundo y luego me fui a dar la vuelta por el centro, encontrando a mi paso aún la atmósfera navideña/invernal y gente patinando en el hielo.
Finalmente cené en Modern Steak unos dumplings de wagyu, un Black Angus con hongos cremini y shiitake, y de postre sticky tuffy pudding ¡Estuvo delicioso!
Día 2. Calgary, el Año Nuevo Chino y el Super Bowl
Bajé a correr al gym del hotel y luego a caminar por el Riverwalk, que en estas épocas del año está congelado. Pasé a un costado de la Prince’s Island Park y luego llegué al emblemático Peace Bridge. A pocas cuadras de ahí está el Hutch Café, donde desayuné deliciosamente (y atascadamente jajaja) un croque madame de locura, y un pan francés de plátano con nueces espectacular.
Foto: Hutch Café
Después caminé por el barrio chino hasta el Centro Cultural Chino de Calgary donde me tocaron las últimas celebraciones por el Año Nuevo Chino del dragón, y continué unas calles más hasta el símbolo de la ciudad: La Torre de Calgary. Solía ser la más alta de todo Canadá y del hemisferio norte en sus inicios (1968) y luego se convirtió en la llama olímpica más grande del mundo al ser encendida para los Juegos Olímpicos invernales de 1988. Las vistas de Calgary desde allá arriba son geniales.
Una vez abajo, me fui al Studio Bell, casa del Centro Nacional de Música. Su arquitectura me fascina y tiene varios pisos dedicados a la música canadiense, su historia pero también sus innovaciones y sus leyendas musicales, ¡me encantó!
Finalmente me fui por un helado a Village Ice Cream, me lo pedí de fresa y” red velvet” ¡Uff, deli!, y volví al hotel para encerrarme y ver el Súper Bowl, ¡arriba los Chiefs de Kansas City!
Día 3. El oso polar y la foca bebé
Nuevo vuelo ahora de Calgary a mi destino final, Yellowknife en los Northwest Territories de Canadá. Aterrizamos y descendimos en medio de la pista donde todo era nieve alrededor. En el carrusel de las maletas te recibe la taxidermia de un oso polar y una foca bebé.
Me fueron a recoger al aeropuerto y me llevaron al Explorer Hotel, en el Centro de Yellowknife. Una vez instalado en mi habitación, me puse mi ropa invernal y caminé alrededor de 15 minutos hasta Bullocks Bistro, un restaurante cuya especialidad es el fish and chips de diversas maneras y con diferentes pescados, ¡me gustó mucho! También me tomé una cerveza local de Northest Territories Brewery (NWT).
Al salir seguí a un hombre paseando a su perro y sin darme cuenta estaba caminando sobre un lago congelado jajaja. Ya en la noche, tipo 9 pm, me pasaron a buscar para llevarme al tour de auroras con guía en inglés. Te llevan al Aurora Village en un autobús y te asignan un tipi con calefactor y bebidas calientes, y también hay un “dining room” más grande para comprar comida. Existen diferentes “colinas” o “hills” para la observación de las auroras boreales, y aunque esa noche no tuvimos suerte, nos quedaban dos noches más en busca de estas luces danzantes extraordinarias.
Día 4. La danza de las Auroras Boreales
Me levanté a correr temprano en el hotel, y luego desayuné en su restaurante Trader’s Grill que tenía unos bellos ventanales decorados con la nevada matutina. Un sándwich con huevito y un tazón de fruta con yogurt para empezar bien el día.
Después, dediqué el resto de la mañana a caminar por el centro de Yellowknife. A mi paso vi sus particulares bicicletas, un cuervo gigante del tamaño de mis gatos, pero sobre todo hermosos paisajes urbanos llenos de nieve. Entré a una pequeña cafetería, Barren Ground Coffee, a tomarme un café guatemalteco delicioso y luego fui al otro lado de la avenida principal para ver el lago congelado donde la gente practica el esquí de fondo en invierno.
Por la tarde caminé hasta otro restaurante, The Woodyard, junto a la cervecería más importante de la región, NWT Brewery. El lugar me encantó y qué decir de la comida y la cerveza ¡me fascinaron! La Shack Burger espectacular con su mac and cheese con tocino ¡uff! Cuando salí del restaurante me tocó un atardecer alucinante.
En la noche pasaron por mí para ir al Aurora Village. Ya desde el autobús algo comenzaba a vislumbrarse pero cuando bajamos en el campamento las auroras boreales eran muy brillantes ¡qué espectáculo! Fui a acomodar mi GoPro para hacer un “Star Trail” y luego me puse a tomar fotos con mi cámara ¡fue de verdad un sueño hecho realidad!
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Cuando bajó un poco la intensidad me fui a meter a las sillas con calefacción desde donde puedes ver las estrellas ¡deli! Y tomé unas últimas fotos antes de volver al hotel. ¡ha sido una de las mejores experiencias de mi vida!
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Día 5. La marcha de los perritos
Desayuné nuevamente en el hotel y luego pasaron por mí para llevarme al Aurora Village. Es el mismo lugar donde observamos las auroras y de día tiene un encanto diferente.
Me calenté un bombón en el fuego y luego fui a mi actividad del día: el trineo con perritos. Muchos años evité esta actividad pero me he ido informando también. Aquí en especial, el cuidado y el amor a los perritos es ejemplar, los recorridos son pocos y breves, así que no implica un sobreesfuerzo para ellos. Y de cierta manera ellos parecen emocionados por correr por la nieve. Yo igual les di mucho cariño y me encantó.
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Después me fui a lanzar de la dona por un tobogán de hielo ¡divertidísimo! y por ahí de las 5 pm volvimos al hotel donde cené el menú de San Valentín yo solito jajajaja.
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En la noche nos subimos a los camiones para volver al campamento y a pesar de que no hubo tan buena visibilidad como el día anterior si logré ver auroras boreales en la bóveda celeste. Qué extraordinaria es la naturaleza.
Día 6. De Norte a Sur
Último día en Yellowknife, con su bonito amanecer y toda la cosa. Bajé a correr al gym y desayuné en el hotel una quesadilla que estaba buenísima.
Luego nos llevaron en los buses a Aurora Village y ahora me tocó hacer la caminata sobre nieve con raquetas. Me ayudaron a colocarlas correctamente y luego emprendimos una marcha de pingüinos en el bosque ártico.
El paisaje era precioso. A la mitad del camino nos mostraron cómo encender una fogata usando solo cerillos, cartoncillo y ramas de pinos. Al terminar me fui a calentar un poco en el “dinning hall” antes de regresar al hotel.
Finalmente bajé a cenar temprano un risotto de verduras y camarones, y me puse a editar fotitos hasta quedarme dormido. A las 4 am pasaron por mí para llevarme al aeropuerto y tomar mi vuelo a Ciudad de México con escala en Vancouver, que me regaló nuevamente unos tremendos paisajes.
Vaya viaje, lo amé. Ahora toca descansar y ponerse unos shorts jajaja.
El tour que hice yo con Dream Destinations México está a partir de 1300 dólares canadienses por persona -los vuelos no están incluidos en el precio ni tampoco las comidas- y se realiza cada año desde noviembre hasta principios de abril ¡Así que aún están a tiempo de ir en este 2024 o reservar de una vez para el 2025! Yo me la pasé increíble y es un viaje que nunca voy a olvidar ¿Se animan a ir bandita?