“A mitad del camino de la vida,
en una selva oscura me encontraba
porque mi ruta había extraviado”.
(Canto I, versos 1 al 3)
Con estas palabras comienza la Divina Comedia, escrita por Dante Alighieri en el siglo XIV y es considerada una obra maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal.
La historia escrita por el poeta florentino narra el descenso de Dante por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, guiado por el poeta romano Virgilio. Llena de símbolos, esta obra es también un retrato de la época y la vida misma del escritor.
Pero, dejando la literatura aparte ¿se imaginan una entrada al infierno? Si consiste de fuego eterno como indica la tradición, el Pozo de Darvaza en Turkmenistán parece cumplir con la descripción.
Para entender este fenómeno hay que saber que no es un sitio que se creó de manera natural, fue resultado de unas prospecciones de gas en el desierto de Karakum, por parte de geólogos soviéticos en la década de 1970.
Tras un accidente en el año 1971, el cual literalmente ocasionó que la tierra se tragara las tiendas de los científicos que trabajan ahí, se creó este impresionante cráter de 69 metros de diámetro, 30 metros de profundidad y una temperatura en su interior de 400°C.
¿Por qué continúa ardiendo?
La zona es muy rica en petróleo y gas natural y fue precisamente una cueva subterránea llena de gas natural lo que ocasionó el incidente. Para evitar el escape de varios gases peligrosos el equipo decidió prenderle fuego.
Lo que en un principio pensaron que duraría unos cuantos días, ya lleva más de cuatro décadas resplandeciendo y se ha convertido en un sitio que llama la atención de los viajeros.
Para aquellos que deciden visitarlo, sólo hay que recomendar precaución por el material peligroso, una buena planeación (los servicios turísticos son escasos) y mucho cuidado de no caer como Dante en “la puerta del infierno”.