Autora: Dulce Jiménez
Hola Alan te descubrí por Twitter y te me hiciste muy simpático, me encanta tu página, eres un muy buen modelo a seguir en cuanto a viajes se refiere.
Les contaré como me fue en mi primer viaje de mochila; aunque siempre había querido hacer un viaje así por Europa, la oportunidad se presentó muy de repente, la idea comenzó como una broma y al final de la tarde había decidido vender mi coche, renunciar a mi trabajo y juntar mis ahorros para recorrer España, Italia, Paris y para terminar en Londres con mi hermano y su novia.
Mi país favorito fue Italia, desde las costas de Cinque Terre, caminando esos senderos montañosos a la orilla del Mediterráneo con vistas para morirse (dado mi mala condición física y los angostos caminos, lo de morirse fue casi casi literal) pero valió la pena!!!, nos seguimos a Roma pasando por Pisa para tomarnos la foto de obligación, un poco cliché.
En Roma nos agarró la lluvia el primer día, la cual arruinó mi cámara, y los dos que siguieron un abrazante sol (fuimos en verano), muy recomendable tomar el Roma Pass, que incluye pase directo al Coliseo y a otras atracciones, con poco tiempo para recorrer la ciudad el pase automático fue una gran ventaja.
Si vas a Roma lo que mas recomiendo es COMER!!!! Me hice fan del gelatto y venden la pizza por kilo, descubrí el barrio de Trastevere y sus encantadoras callejuelas, los pintores de acuarelas en la plaza y las osterias, descubrí un restaurantito con comida increíble y a un precio bastante modesto, visitar el castillo del Ángel y el Vaticano, no soy religiosa en lo absoluto, pero es sorprendente ver las obras de arte en todo detalle wow!!! Sin mencionar la capilla Sixtina que obvio no puedes tomar fotos ni video.
Seguimos hasta a Florencia y Venecia, mis dos ciudades favoritas, en Florencia probé el mejor tiramisú de mi vida, justo enfrente del museo donde exhiben al David de Miguel Angello, una ciudad muy romántica y en Venecia tuve oportunidad de recorrerla solita y fue una de las mejores perdidas de mi vida, el atardecer en la parte trasera del Vaporetto, el Puente de los Suspiros, el palacio Ducal, donde encontré mi nombre tallado en la pared, (dado que me llamo Dulce lo considere un poco extraño, yo no fui lo juro) comprar un rico lunch en uno de los bares de la ciudad y una máscara de carnaval (pensando que tengo un fácil disfraz por si algún día me invitan a una fiesta de Haloween).
Esos son los recuerdos que van conmigo siempre, una excelente experiencia ya que no sólo aprendes sobre los lugares que visitas, también aprendes cosas de ti y de la gente que te acompaña, una muy inteligente inversión.
París, Londres y el segundo mochilazo (en invierno y con mi hermana esta vez) son otra historia.
